La ley de reforma tributaria tiene es el caballo de Troya de la política de apropiación indebida de la riqueza social por parte de las corporaciones y la lumpen burguesía que expresa Cambiemos: el apartado destinado sobre seguridad social, con el que el Gobierno pretende rebajar las contribuciones patronales a través del establecimiento de un mínimo no imponible de la masa salarial hasta llegar a los 12 mil pesos en 2022; unificar la alícuota de las contribuciones patronales, que afecta a las pymes y al sector de servicios en beneficio de las grandes empresas, especialmente del sector industrial. Además, se elimina paulatinamente el tope actual de 81.918 pesos para la aplicación del descuento jubilatorio mientras que se derogaría el techo para el pago de las jubilaciones. Otro aspecto sensible del plan del macrismo para el sistema de seguridad social que no está incluido en el proyecto de reforma tributaria es la modificación de la ley de movilidad (se incluiría en la reforma previsional), que supondrá un recorte en los ingresos de jubilados, pensionados y titulares de las asignaciones familiares y de la asignación universal por hijo del orden de los 120 mil a 140 mil millones de pesos el año que viene. La pérdida anual para los que cobran la mínima está en el orden de los 11 mil pesos. También será muy relevante que el 20 por ciento de lo recaudado por Ganancias, según las conversaciones del acuerdo fiscal que el Gobierno mantiene con las provincias, dejará de destinarse a la Anses, que en cambio percibiría el 30 por ciento del impuesto al cheque. Expertos advierten que como el impuesto al cheque podrá ser tomado a cuenta de Ganancias, hay peligro de que crezca el agujero fiscal de la Anses.
Segú el seguimiento del tema que viene haciendo el diario Página 12, un informe de CEPA estima que con las medidas que impulsa el Gobierno, la Anses perdería 114.956 millones el año próximo. Por ese motivo se impulsa un cambio en el cálculo de las jubilaciones, que habilitaría el recorte de más de 100 mil millones a los jubilados. Las medidas que impulsa el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, desfinanciarán la Anses.
El gobierno nacional les propuso a los gobernadores coparticipar el 100 por ciento del impuesto a las Ganancias, efectuando un reparto entre todas las arcas provinciales. El objetivo es paliar el efecto negativo que supondría tanto la concesión a la Provincia de Buenos Aires del Fondo del Conurbano como la baja de ingresos brutos. Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advierte que la “compensación” implicaría en los hechos una nueva merma en los recursos de la Anses dado que actualmente una porción de sus ingresos dependen del 20 por ciento del impuesto a las Ganancias. A esa perdida se le sumará la rebaja de contribuciones patronales. Es por eso que además se impulsa un recorte en las jubilaciones y pensiones. De este modo, serán los jubilados y pensionados los que financien el Fondo del Conurbano y la baja de las contribuciones patronales.
En la actualidad, el impuesto a las Ganancias se coparticipa en un 64 por ciento. Del 36 por ciento restante, ahora reciben 2 por ciento a Ministerio del Interior, 4 las provincias sin Buenos Aires, 10 la Provincia de Buenos Aires con un tope de 650 millones de pesos y 20 por ciento a Anses. El porcentaje correspondiente a la Provincia de Buenos Aires queda limitado a sólo 650 millones por lo que ese 10 por ciento en la práctica resulta “repartible” entre el resto de los rubros.
El Impuesto a las Ganancias estimado es de 557 mil millones de pesos. Eso significa que el 20 por ciento que pierde Anses alcanza los 111 mil millones. Adicionalmente, Anses perderá el año próximo 3 puntos de lo determinado por la Corte sobre el monto que actualmente resulta coparticipable. Esto alcanza los 12 mil millones de pesos adicionales (3 puntos sobre 407.165 millones de pesos, lo que resulta en 12.215 millones de pesos).
A su vez, la propuesta del Gobierno establece un mínimo no imponible por trabajador que se actualizará por IPC Indec y que arranca en 2.300 pesos en 2018 y termina en 11.500 pesos en 2022. Este es el eje central del recorte de contribuciones. Conjuntamente, se reducirían progresivamente las alícuotas de la actividad de servicios del 21 por ciento en 2018, medio punto por año hasta llegar al 19 por ciento, mientras que para resto de actividades la alícuota arranca en 17 por ciento y se incrementa medio punto por año hasta llegar al 19 por ciento. En 2022 se unifican en 19 por ciento. El informe de CEPA remarca que las contribuciones representan aproximadamente 371.457 millones de pesos, y en 2018, aplicando el mínimo no imponible y una inflación estimada del 1 por ciento mensual, se reducirían a 274.452 millones de pesos. Por lo tanto, se perderían 42.915 millones de pesos.
Sumados los 111.497 millones que Anses perderá por Ganancias, los 12.215 que le restará el fallo de la Corte que favoreció a las Provincias y los 42.915 que se irán por la baja de contribuciones patronales, el total que dejará de percibir es de 166.627 millones. El Gobierno propuso compensar la merma de recaudación destinando el 100 por ciento del Impuesto a Créditos y Débitos para el Anses (hoy alcanza el 70 por ciento). Esto significaría un ingreso adicional de 51.671 millones de pesos. Por lo tanto, igual Anses perderá 114.956 millones. Es por eso que la reforma fiscal va de la mano de una reforma en el modo de calcular el haber previsional que le restaría a jubilados y pensionados más de 100 mil millones.
“Al observar el conjunto de reformas propuestas por Cambiemos es posible confirmar que son los jubilados, los beneficiarios de la AUH y quienes perciben las asignaciones familiares, los que financiarán el Fondo del Conurbano y compensarán a las provincias por la pérdida de ingresos resultante de las modificaciones del Impuesto a los Ingresos Brutos. Asimismo, serán los jubilados, los beneficiarios de la AUH y quienes perciben las asignaciones familiares quienes financiarán la reducción de Contribuciones de las empresas”, concluye el informe de CEPA firmado por Hernán Letcher y Julia Strada. A su vez, la promesa oficial es eliminar el impuesto al cheque. Por lo tanto, el agujero que se producirá en los recursos de la Anses podría ser todavía mayor. Eso deja abierta la puerta para que la próxima reforma previsional apunte a un recorte todavía mayor de las jubilaciones y las pensiones con el argumento de que el sistema no es sustentable.
Para entender cómo las políticas tarifarias, “antiinflacionarios” y financieras en general del gobierno de Macri operan en el mismo sentido que ahora quiere profundizar con las llamadas “reformas” resulta útil la lectura de una nota que este martes se ve en La Política On Line (LPO): “El presidente del Banco Central República Argentina (BCRA) decidió salir a combatir la inflación con su única y poderosa herramienta que es la tasa de interés. Para ello elevó la tasa de corto plazo al 28,75% anual, y la tasa de las Lebac cotizan rozando el 30% anual. El motivo de la suba de tasas está ligado a aumentos en los combustibles, y los incrementos en tarifas públicas que van a operar en los meses de noviembre y diciembre. La meta de inflación que se ubicaba en el 17% anual para el año 2017 no se podrá cumplir, y la inflación se ubicaría en el 23% anual. La media de los analistas de mercado viene subiendo la expectativa de inflación durante los últimos 12 meses, y el ente monetario no prestó atención a tal advertencia. En lugar de modificar las metas, el BCRA sigue planteando una baja en la inflación que no es posible cumplir, y para ello presiona con la suba de tasas a niveles estrafalarios (…). No conforme con esta medida, procedió a eliminar los créditos productivos que las entidades financieras otorgaban a tasas del 17% anual, esta financiación que es vital para las pequeñas y medianas empresas será desplazada del mercado gradualmente hasta quedar totalmente eliminada a finales del año 2018. Esto implica que las Pymes deberán financiarse con capital propio, pagar tasas no menores al 36% anual, buscar financiamiento en el mercado de capitales, asociarse con un socio capitalista o vender la empresa”.
Por supuesto que Macri encubre su línea en pro de la concentración corporativa de la economía – destrucción de pymes y conculcación de derechos laborales y previsionales son parte de un mismo programa – con una de sus tantas frases malévolas: “Me pregunto por qué las empresas chicas son buenas y las grandes son malas. Les estamos dando un mensaje a todos estos chicos que van a incubar acá de que nunca crezcan, que nunca mejoren, porque van a pasar a ser malos”, dijo en la inauguración del Centro de Desarrollo de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (CDTIC) de la Universidad Nacional de La Matanza.
Al respecto, en Pagina 12 de este martes el colega Fernando Krakowiak escribió: “El mandatario dio por hecho de ese modo que para que las pymes “mejoren” deben convertirse en grandes empresas, cuando numerosos estudios demuestran que son precisamente las pymes las que contribuyen en mayor medida con el empleo, la competitividad, la sostenibilidad y la estabilidad de las sociedades en las que están insertas. Forman parte intrínseca de la comunidad y su suerte está en gran parte atada a ella. Distinta es la situación de las grandes multinacionales que, cuando los costos son más baratos en otro lugar, deslocalizan su producción e incluso su cuartel general. El mejor ejemplo lo ofreció ayer la firma Mercado Libre que, paradójicamente, horas después de que Macri la destacara, amenazó con irse del país porque le quieren cobrar más impuestos (…). ‘El 99 por ciento de las empresas argentinas son pymes y generan el 70 por ciento del empleo formal: 4,1 millones de personas todos los días van a trabajar en las 850.000 pymes que hay en el país”, aseguró el ministro de Producción, Francisco Cabrera, el 27 de junio de este año en una nota de opinión publicada en el diario Clarín. No obstante, su importancia no sólo radica en la cantidad de empleo que generan sino también en la sostenibilidad que le aportan a las sociedades en las que están insertas, lo que se conoce como el ‘modelo Mittelstand’, un tipo de organización industrial basado en las pymes a la que numerosos analistas atribuyen el desarrollo alemán. Desde este punto de vista, el bajo desarrollo comparativo de Italia y España con respecto a Alemania no pasa por el hecho de tener un amplio entramado pyme sino porque esas pymes tienen poca productividad y bajos niveles de inversión. En Alemania, las pymes ocupan un lugar destacado, pero son firmas especializadas, con productos de alto valor agregado y orientadas a la exportación”.
La pregunta es: ¿cómo harían las pymes para convertirse en grandes, según las palabreja presidencias, si el gobierno lleva a que LPO escriba lo ya mencionado, “las Pymes deberán financiarse con capital propio, pagar tasas no menores al 36% anual, buscar financiamiento en el mercado de capitales, asociarse con un socio capitalista o vender la empresa”.