La Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) está viviendo una de las crisis más graves de su historia después que un grupo de hackers le robara el código de las aplicaciones que el servicio de inteligencia utilizaba para “hackear” los dispositivos informáticos en diferentes partes del mundo, informa The New York Times (NYT).
El código que la NSA probablemente usaba para crear sus virus y “malware” para atacar computadoras de todo el mundo ha sido compartido por el grupo Shadow Brokers.
La agencia hasta ahora no ha comentado la situación, sin embargo, según The New York Times, las “ciberarmas” robadas sí que pertenecen a dicho servicio de inteligencia. Este hecho también fue confirmado por los exagentes entrevistados por el medio estadounidense.
La nota de NYT sostiene que las acciones de Shadow Brokers han tenido “consecuencias catastróficas” para la NSA. Las capacidades para proteger sus potentes “ciberarmas” y la validez de esta agencia para la seguridad del país han sido puestos en duda.
“La agencia que se considera el líder mundial en el hackeo de las redes enemigas no consiguió proteger sus propias redes”, reza el artículo.
El medio compara el robo de datos de la NSA con un “sismo que sacudió la NSA hasta sus cimientos”. Se supone además que el daño causado por Shadow Brokers puede ser incluso mayor que el de las filtraciones de Edward Snowden.
El exagente de la NSA solo reveló las “palabras clave” del código, mientras que el grupo Shadow Brokers filtró el código entero, lo que posibilitó que fuera usado por terceros, prosigue la nota.
“Snowden destrozó la moral, pero al menos sabíamos quién era. Y ahora tenemos una situación en la que la agencia interroga a personas que estaban 100 por ciento orientadas a sus misiones y les dice que son mentirosos”, declaró un exempleado de la NSA.
Una captura de pantalla muestra el programa maligno que afectó sistemas de software alrededor del mundo el pasado verano. El gobierno ucraniano publica la foto en su página oficial de Facebook.
De acuerdo con los datos de NYT, los servicios de inteligencia de EE.UU. ni siquiera son capaces de determinar cómo se produjo la filtración y qué empleados podrían estar involucrados en ella. El organismo se somete a numerosas investigaciones y sus trabajadores pasan la prueba del detector de mentiras. De hecho, varios de ellos han sido suspendidos de empleo.
Las unidades de hackers de la NSA han estado creciendo a lo largo de los últimos años, lo que aumenta el número de posibles “traidores” dentro de la agencia hasta centenares de personas.
“La moral se ha desplomado, los especialistas experimentados dimiten y se van a empresas privadas que protegen sus redes de los ciberataques que utilizan las herramientas diseñadas por la NSA”, alerta la publicación.
Jake Williams, exempleado de una unidad de hackeo de la NSA, en una entrevista con NYT calificó los sucesos de “desastres en múltiples niveles”. El entrevistado declaró que es muy vergonzoso que las personas que están detrás de las filtraciones todavía no hayan sido llevadas ante la justicia.
El artículo, entre otras cosas, menciona que Rusia sigue siendo uno de los posibles sospechosos, sin embargo, Moscú en numerosas ocasiones ha rechazado esas acusaciones. El medio estadounidense no ha ofrecido pruebas de la supuesta implicación de los servicios de inteligencia rusos.
No obstante, The New York Times menciona que la empresa rusa Kaspersky Lab, especializada en ciberseguridad, fue una de las primeras que logró rastrear las acciones de las unidades de hackers de la NSA y modificó su software para proteger las computadoras de sus usuarios ante un posible hackeo por parte de los servicios especiales de EEUU.