La Infantería de la Policía Bonaerense desalojó con gases y balas de goma a trabajadores desocupados, que se encontraban realizando un acampe en una dependencia municipal denominada «Calidad de vida» para pedir trabajo y alimentos. En el lugar había también menores de edad. Hay detenidos. La violenta represión se produjo esta mañana en Mar del Plata como respuesta a la toma de una sede del Ministerio de Desarrollo social de esa ciudad balnearia, una de las localidades con la tasa de desocupación más alta del país. El último invierno, el intendente Carlos Arroyo comparó a las personas en situación de calle con “perros callejeros” al decir que siempre “vuelven al lugar donde se sienten cómodas”.
Trabajadores desocupados, jubilados y discapacitados se encontraban desde el lunes en el interior de la sede municipal denominada «Calidad de vida» para pedir trabajo y alimentos ante la evidente crisis que atraviesa la ciudad y que repercute en las familias más vulnerables, según Infonews y otros medios.
Esta mañana, la decisión de la administración municipal que comanda Carlos Arroyo fue enviar a la infantería para avanzar con el desalojo, en un lugar donde también había menores de edad. La avanzada incluyó balas de goma y gases lacrimógenos y finalizó con tres detenidos.
«Tienen hambre, quieren trabajo, ¿qué hacen?”, gritaba desde adentro una empleada estatal del Ministerio de Desarrollo Municipal, al tratar de impedir la avanzada de las fuerzas de seguridad.
«Estamos todos ejerciendo nuestro legítimo derecho de exigir se cumpla desde el estado con necesidades básicas y con pago de los trabajos hechos», denunciaron los trabajadores mediante un comunicado.
«Violencia es este atropello, violencia es no tener que comer, no tener trabajo, vivir en condiciones infrahumanas. Violencia es la indiferencia de los responsables y principalmente de la secretaria Patricia Leniz que nunca se hizo presente ante las organizaciones», concluyeron.
“Nunca en los cinco días de toma nos ofrecieron dialogar ni ningunra respuesta concreta. Sólo se acercó el primer día un funcionario, escuchó el reclamo y hoy a las 6 de la mañana la Infantería rodeó todo el lugar”, le contó a Página/12 Magalí Cornide, integrante del Movimiento Teresa Rodríguez, que presenció el desalojo violento de esta mañana.
Según contó la trabajadora, a las 9 de la mañana llegaron también integrantes de la Caballería y ahí dieron la orden de desalojar. “Entraron a los palos, tirando gases y balas de goma. Muchos se descompusieron”, contó Cornide, que sostuvo que en medio del operativo violento detuvieron a dos manifestantes. “A uno lo agarraron entre cinco efectivos y lo golpearon mientras estaba tirado en el piso, le tiraron gas directo sobre los ojos, le fracturaron un tobillo y sigue detenido porque lo acusan de haber golpeado a un policía. Al otro, entre tres policías de civil, lo subieron a un auto gris y lo llevaron a ‘dar una vuelta’ y después lo soltaron”, contó la trabajadora.
Tras la represión, las organizaciones sociales, que mantenían con el acampe en el interior del edificio, convocaron a continuar el reclamo pero esta vez en la calle, frente al ingreso principal. “Ahora estamos cortando la calle y se van a sumar más organizaciones para darnos el apoyo”, sostuvo Cornide.
La protesta había comenzado el lunes pasado con la toma del edificio de Calidad de Vida. Las cooperativas Votamos Luchar, Barrios Unidos en Lucha y el Movimiento Teresa Rodríguez decidieron ocupar la dependencia luego de no recibir respuestas a sus reclamos. Pedían por la continuidad de los puestos de trabajo, el pago de salarios adeudados y la entrega de materiales adeudados que necesitan para trabajar. Además reclamaban una ayuda económica o de mercadería para que las familias puedan festejar las fiestas de fin de año.
“La desocupación y precarización acá en Mar del Plata es enorme por eso pedimos trabajo genuino además de los reclamos concretos por salarios y materiales adeudados”, afirmó Cornide, que criticó que en los cinco días de toma la titular de la secretaría, Patricia Lenis, no se acercó a escuchar el reclamo.
La represión suma un escándalo más a la polémica gestión del intendente Carlos Arroyo, representante de Cambiemos. El último invierno, Arroyo comparó a las personas en situación de calle con “perros callejeros” al decir que siempre “vuelven al lugar donde se sienten cómodas”. Sus dichos fueron repudiados por dirigentes de todo el espectro político, incluidos los del propio espacio de Cambiemos. Unos meses antes, el propio intendente fue hasta una escuela secundaria y patoteó a la directora por reclamar que desde diciembre estaban sin Internet, lo que les impedía dictar la totalidad de los contenidos. Arroyo se hizo presente en el edificio escolar con policías, algo que luego fue denunciado como un intento de intimidación.