Los documentos sobre la muerte de John F. Kennedy publicados ayer, y que continúan este viernes bajo escrutinio, develan memorandos sobre intentos de asesinar al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
Varias organizaciones periodísticas que desde este jueves indagan en los dos mil 891 documentos desclasificados por los Archivos Nacionales difundieron las menciones a la participación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en complots para provocar la muerte del dirigente cubano.
“Los planes involucraban una serie de esquemas extraños y, en al menos una instancia, comprendían algún contacto con elementos del crimen organizado. Entre los medios considerados estaban el veneno, las píldoras de botulismo y el uso de grupos cubanos del exilio“, indicó un reporte de 1975.
Según el texto, la CIA estuvo envuelta en planes de homicidio contra Fidel Castro en fechas tan tempranas como 1959 o 1960, que comenzaron a gestarse al mismo tiempo que los preparativos para la fallida invasión mercenaria por Playa Girón, ocurrida en abril de 1961.
Otro documento de 1975, sobre la participación de la CIA en esquemas de homicidio a líderes extranjeros, señaló que el fiscal general Robert Kennedy, hermano del expresidente norteamericano, conocía sobre un complot para buscar a un pistolero que disparara contra Fidel Castro.
A decir del material, el fiscal general comunicó al Buró Federal de Investigación (FBI) que la entidad de inteligencia contrató a un intermediario para acercarse al mafioso Sam Giancana con la propuesta de pagar 150 mil dólares con el fin de encontrar a alguien para cometer el asesinato.
En esa misma línea, un memorando del FBI de 1964 describe una reunión en Florida en la que se acordó desembolsar 100 mil dólares por el asesinato de Fidel, 20 mil por el de su hermano Raúl Castro, e igual suma por el del guerrillero cubano-argentino Ernesto “Che” Guevara.
Uno de los materiales hizo alusión a un proyecto de la CIA que estableció un sistema de recompensas financieras para los cubanos por “matar o entregar vivos a comunistas conocidos”.
Quienes presentaran una prueba de muerte “concluyente” y una tarjeta de membresía revolucionaria o partidista de la persona fallecida obtendrían hasta 100 mil dólares si se trataba de un funcionario del gobierno y 57 mil 500 en casos de ser “jefes de departamentos”.
Dos de los planes relatados pretendían aprovecharse del interés del Comandante en Jefe de la nación caribeña en el buceo.
En uno de los casos, que ya se reveló en documentos desclasificados en otras ocasiones, la agencia pretendió utilizar la relación establecida entre el líder cubano y el abogado William Donovan para que este le regalara un traje de buceo contaminado con hongos causantes de una enfermedad cutánea y con el bacilo de la tuberculosis.
Donovan sin embargo, no siguió las indicaciones de la CIA, sino que se presentó con “un traje de buceo sin contaminar como un gesto de amistad”.
Otros intentos mencionados en esos textos incluyen hace explotar una concha marina en las áreas donde Fidel Castro buceaba o inyectarle veneno mediante un bolígrafo con una aguja hipodérmica.
De acuerdo con medios cubanos, los servicios de la Seguridad del Estado de la isla contabilizaron un total de 638 tentativas de asesinato contra el líder revolucionario, fallecido el 25 de noviembre de 2016 a los 90 años.