Como cada año en el mes de octubre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) acoge este evento, dedicado en esta oportunidad a reflexionar sobre políticas centradas en la silvicultura sostenible y la urbanización.
En la jornada inaugural realizada la víspera el director general del organismo internacional, José Graziano da Silva, llamó a empresas y consumidores a intensificar esfuerzos para transformar los sistemas alimentarios pues, advirtió, aumentan cada vez más las amenazas del hambre y la obesidad. Así informó la agencia Prensa Latina.
Comparó que en 2016 cerca de 815 millones de personas padecían hambre, mientras cada vez más niños y adultos sufren de obesidad, lo cual representa un riesgo para las generaciones futuras, por lo que solicitó políticas más activas para el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles.
Da Silva abogó a favor de acciones para producir alimentos más saludables, con normas claras de publicidad de manera que los consumidores conozcan qué comen.
De igual modo anunció que la FAO junto a la Organización Mundial de la Salud organizarán a principio del año 2019 una Conferencia Internacional sobre Inocuidad de los Alimentos, a partir de los debates de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición efectuada en 2014.
‘El hambre puede reaparecer y ser más fuerte de lo que era antes’, afirmó por su parte Gilbert F. Houngbo, Presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA).
Sólo las estrategias e inversiones a largo plazo -puntualizó- pueden acabar con el hambre y la pobreza e impedir que ambos regresen lo cual es el fundamento de la sostenibilidad.
En ese sentido, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, llamó a los líderes de todo el mundo a cesar los conflictos y la violencia, al recordar que el 80 por ciento de los niños menores de cinco años con retraso en el crecimiento habitan en territorios azotados por esos flagelos.
La FAO presentó además su informe anual sobre el estado de la agricultura y la alimentación a nivel global, en el cual destacó la importancia de una transformación rural inclusiva que permita acabar con la pobreza y la malnutrición.
Las economías rurales transformadas no serán necesariamente una panacea que solucione todas las causas que llevan a la gente a marcharse, pero generarán empleos muy necesarios y contribuirán a que la migración sea más bien una alternativa y no una necesidad, destaca el texto.
Sobre ese tema, Graziano propuso invertir en la industria agroalimentaria y obras de infraestructura, promover políticas públicas e inversiones que permitan reducir la pobreza, y lograr un enfoque territorial.