Esas fueron algunas de las reflexiones centrales que formulara el ex juez de la Corte Suprema de Justicia, Raúl Eugenio Zaffaroni, en el marco de una clase pública y abierta de la cátedra Análisis y Producción Crítica de Narrativas sobre Delito y Violencia, de la Maestría en Comunicación y Criminología de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.
«De armas y discursos: totalitarismos del siglo XXI». Ese fue el tema abordado el jueves por la noche por Zaffaroni, director académico de esa maestría y actual miembro de la Corte Interamericana de Justicia (CIJ). Por su parte, Víctor Ego Ducrot, titular de la cátedra que abrió sus clases, se refirió a las narraciones de la violencia en sus diversas formas, tal cual se manifiestan particularmente en los dispositivos mediáticos centrales y se preguntó: «¿qué posibilidad tiene el mundo de los justos de oponer narraciones, textualidades sobre la violencia, que no respondan a las agendas, las voces y las gramáticas, a los estilos, que tiene el mundo de los que ostentan el poder?¿Cómo narrar la violencia que nos somete? Y recorrió las posibilidades que ofrece en sentido el analizar los modos de contar que van desde “El Matadero”, de Esteban Echeverría, la obra plástica de Luis Felipe Noé, los dos Juan Moreira, el interpretado por la Peña Carlos Gardel en el Hospital Borda, a principios de los ’70 y con el trabajo terapéutico que desarrollara entonces Alfredo Moffatt, y el de la película de Leonardo Favio; y las irrupciones revolucionarias en los siglos XVIII y XIX del Marqués de Sade, Charles Buadelaire y Gustave Flaubert, como casos disruptivos.
En el segmento central de la clase, Zaffaron propuso diversas formas de abordar el concepto de criminología mediática y afirmó: «se crea realidad a través de los medios, vivimos una realidad creada a través de los medios, que al mismo tiempo determinan nuestra conducta». Sostuvo además que «el poder planetario siempre explicó el poder represivo en dos niveles: el académico y el de divulgación o creación de realidad mediática». En ese sentido alertó como las corporaciones utilizan la gigantesca capacidad actual de almacenamiento y transmisión de datos (la “big data”) como herramienta de control social y político; y aseguró que, en muchos casos, los comportamientos de los agentes económicos dominantes en la actual etapa del sistema capitalista global incurren en conductas delictivas, violatorias de los códigos penales.
«Vivimos en un mundo virtual. Los autócratas que manejan corporaciones han empezado a copar el lugar de la política» afirmó y agregó: «los poderes políticos son rehenes de las corporaciones y esto se traslada al poder punitivo», aunque, aclaró: «no conozco ninguna cárcel del mundo que esté llena de ricos».
En ese sentido, resaltó: «Hoy son los monopolios los que desempeñan el papel central en el control punitivo. Ellos manejan nuestros miedos, los construyen, los manipulan».
El ex juez refirió que el actual gobierno quiere bajar la edad de imputabilidad a 14 años a pesar de que, según ejemplificó, en la ciudad de Buenos Aires la incidencia en crímenes de esa franja etárea es muy pequeña. «La idea es estereotipar un enemigo, fabricarlo», dijo.
Finalmente, y luego de una extensa exposición, pidió a los alumnos de Periodismo que «tengan cuidado del uso que hacen del instrumento mediático».
«Quieren deprimirnos, demostrarnos que detentan todo el poder. Pero todo poder tiene fisuras y orificios de escape y la resistencia no se hace con depresión», concluyó.
Por su parte, la secretaria académica de la maestría, Azucena Racosta, pidió justicia por Emilia Uscamayta y por la aparición de Johana Ramallo, frente a la presencia de las familias de ambas jóvenes. También pidió por la libertad de Milagro Sala, por Julio López y Santiago Maldonado.