Organizaciones sociales de todo el país se movilizaron hasta las oficinas porteñas de YPF para reclamar garrafas que la petrolera dejó de enviar. Lograron un preacuerdo. Desde 2004, gracias a un convenio con YPF, cientos de comedores y merenderos de los barrios más humildes de la Argentina que no cuentan con gas natural recibían garrafas sociales mensualmente para cubrir sus necesidades energéticas. Sin embargo, la petrolera cortó ese suministro a principio de año.
Fernando M. López (*) / Luego de varios reclamos, desde la empresa alegaron que con el cambio de gestión habían dejado de tener autorización para entregar las garrafas y propusieron dar por año lo mismo que antes proveían en un mes.
Fue entonces cuando el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), junto al Movimiento de Resistencia Popular (MPR), el MTD Aníbal Verón, la Corriente Clasista Rene Salamanca y el MTR Por la Democracia Directa decidieron movilizarse hasta las oficinas que YPF tiene en el barrio porteño de Puerto Madero.
Ezequiel Gamarra, referente del MPR, dijo a Contexto que la decisión de la compañía los puso en jaque: “En muchos comedores ya no se podía cocinar y había que hacer un esfuerzo muy grande para poder mantenerlos, sobre todo en un momento en que estamos desbordados por la cantidad de familias que se acercan a paliar un poco la situación”.
Ante la protesta en Puerto Madero, funcionarios de YPF se reunieron ayer con representantes de las organizaciones, que reclaman 260 garrafas mensuales. Por el momento, se comprometieron a entregar 130 para cubrir la quincena y a seguir negociando la semana que viene un número definitivo.
“El principal costo de los comedores siempre tiene que ver con la energía, y 260 garrafas mensuales, para una empresa como YPF, es prácticamente nada en términos monetarios. Esperemos poder llegar a un acuerdo”, sostuvo Gamarra.
Esas garrafas aliviarían el sostenimiento de los comedores y merenderos populares que reciben a miles de chicos y chicas que hoy son víctimas de la política de ajuste del gobierno de Mauricio Macri, aunque la energía no es el único problema que deben enfrentar día a día.
Las organizaciones también reclaman a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, que aumente las partidas de alimentos porque no dan abasto, como tampoco dan abasto los centros comunitarios, las iglesias ni los comedores del gobierno.
El propio Macri, que cada tanto repite como un loro que “Argentina crece después de años de estancamiento”, no se dedica a inaugurar fábricas u obras púbicas que generen empleo, sino comedores comunitarios, como lo hizo este miércoles en la ciudad santiagueña de Añatuya junto a Margarita Barrientos.
“La situación no mejora. Hoy las organizaciones estamos defendiendo lo que teníamos y, cuando logramos a través de la lucha que nos dupliquen la cantidad de alimentos, la realidad es que la cantidad de gente en los comedores se triplica. Estamos corriendo detrás de la miseria, literalmente”, lamentó el referente del MPR.
(*) Periodista y docente de la UNLP. Editor de la agencia AgePeBA. Artículo publicado por Contexto.