El Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta pretende imponerla a partir del año que viene en 17 colegios secundarios. Estudiantes y docentes alertan que los nuevos cambios degradarán la educación pública en función de una “precarización laboral encubierta”.
Alumnos secundarios de una decena de escuelas porteñas protestan en contra de la reforma educativa de Horacio Rodríguez Larreta y María Soledad Acuña, ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
“Las tomas de los colegios y la movilización de hoy son la respuesta que damos los estudiantes al intento del Gobierno de avanzar en la degradación de la escuela pública con una reforma que reforzará la precarización de contenidos e impondrá prácticas en empresas como mano de obra de barata. Rechazamos la eliminación del quinto año de la escuela secundaria para reemplazarlo por trabajo gratuito en empresas”, remarcaron desde el Centro de Estudiantes del Carlos Pellgrini, antes de marchar esta tarde desde el Palacio Pizzurno al Ministerio de Educación porteño.
Otros establecimientos tomados son el Liceo 9 “Santiago Derqui”, el Bellas Artes “Rogelio Yrurtia”, el Colegio “Antonio Devoto”, la Técnica 33 “Plumerillo”, el Normal 1 “Roque Saenz Peña”, el Normal 10 “Juan Bautista Alberdi”, la Escuela N° 8 “Julio A. Roca”, el Bellas Artes “Manuel Belgrano” y el Comercial 7.
Todos ellos formarán parte del plan piloto de la nueva reforma impulsada por Acuña, que comenzará el año que viene en 17 escuelas y luego se extenderá al resto de los secundarios porteños. El proyecto oficial, denominado la “Secundaria del Futuro”, plantea la división en un ciclo básico de dos años, otro orientado de dos y el último presentado como “integrador y formativo del más allá de la escuela”. También agrupa las materias por áreas de contenidos, implementa un sistema de créditos para reemplazar las notas tradicionales e instaura las prácticas laborales del último año.
“La ministra Acuña miente deliberadamente cuando dice que son ‘prácticas para formarse’, tratando de ocultar la precarización laboral a la que quieren someternos. La escuela no es una empresa”, agregaron los estudiantes del Pellgrini.
Por su parte, Amanda Martín, secretaria adjunta de ADEMYS, sostuvo que “acompañamos la lucha de los estudiantes en defensa de la escuela pública” y advirtió que la reforma busca “reemplazar a los docentes por ‘facilitadores’ precarizados”, avanzando “en un nuevo recorte de materias y contenidos, como ocurrió con la aplicación de la ‘Nueva Escuela Secundaria’ hace 3 años”.
El secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Eduardo López, también se manifestó en contra de “una reforma que le quita horas de estudio a los jóvenes, porque hay medio año de quinto que no van a estar en el colegio”.
“No estamos en contra de articular con el mundo de trabajo, pero hay que hacerlo sin perder un segundo de clase”, afirmó López al diario Página/12 y rechazó cualquier intento de “precarización laboral encubierta”.
Federico Echaüe, presidente del Centro de Estudiantes del Normal 1, señaló que la posición de los alumnos es “primero el presente y después el futuro”.
“Hay un montón de problemas y falencias para atender en la escuela pública, como los problemas de infraestructura, la invasión de ratas, las viandas que mandan con comida podrida y el hecho de que cuando llueve muchas escuelas se inundan”, enumeró.