El gobierno nacional aspira a un dramático ajuste laboral tendiente a que los empresarios – ni siquiera sus empresas – sean cada vez más ricos, y los trabajadores cada día más pobres. Si el proyecto de Cambiemos nos emboca, la pálida será por tiempo indeterminado. Por eso es clave la movilización de las organizaciones obreras y del conjunto de la sociedad; la prevista para este martes y las que deben proponerse en más, con huelgas y planes de lucha contundentes.
Una lectura apretada de las propuestas del gobierno de Mauricio Macri para su denominada “reforma laboral” en consonancia con la llevada adelante recientemente en Brasil, arroja las siguientes conclusiones:
Un golpe para los convenció colectivos: Permite negociar a nivel individual fraccionamiento de vacaciones, jornada laboral y otras condiciones
Atenta contra las “comisiones internas”: Permite crear una comisión no sindical de representantes de los trabajadores para negociar con la empresa.
Afecta a la jornada laboral: Una jornada máxima es de 12 horas diarias con 36 de descanso semanal.
Más empleo en negro encubierto: Crear la figura de trabajador autónomo o monotributista que presta servicios a un único empleador.
Fomentar la inestabilidad y la precarización laboral: Establecer la categoría de trabajador intermitente y a disposición del empleador, que sólo cobra por los períodos en que presta servicios
Golpea al concepto de salario al permitirle a los empleadores no pagar en forma mensual sino sobre base horaria o diaria.
Elimina el aporte sindical obligatorio, que pasa a ser voluntario
Crea la desvinculación (despido) de «común acuerdo»: se paga la mitad de la indemnización
Amplía la posibilidad de tercerizar, incluso actividades centrales de la empresa.
Las dos CTA, la CGT y un conjunto de organizaciones sociales encararán mañana martes una movilización contra las políticas económicas de Mauricio Macri. Dato importante aunque hasta ahora sólo se haya hecho notar por su ausencia, por una cierta anomia de las centrales sindicales.
La marcha se da luego del encuentro en el que un sector –vinculado a “los Gordos”– intentó frenar la movilización a raíz del resultado electoral de las PASO. Y a más de un mes de la represión y el desalojo de la fábrica de Pepsico, que fue el motivo original que desencadenó la movilización. En ese contexto también está en juego que el movimiento obrero de pasos hacia más unidad y no en un sentido contrario, como alientan algunos sindicatos ( con los llamados gordos a la cabeza) y el gobierno.
En tanto un estudio elaborado por la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA indica que,en sólo un año de gobierno Cambiemos, el país retrocedió a los niveles de desigualdad de 2010. El proceso implicó un empobrecimiento de los trabajadores –con la excepción de los que ocupan cargos gerenciales– y de los sectores más vulnerables de la sociedad, mientras al mismo tiempo, el decil de mayores ingresos se enriquecía.
Los autores del informe utilizaron el coeficiente Gini y observaron además cómo evolucionó la brecha de ingresos entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre de la población a lo largo del período 2003-2016,informa este lunes el diario Página 12.
El Gini es el recurso utilizado más habitualmente para medir cómo se distribuyen los recursos económicos en una sociedad. El índice va de 0 a 1, donde 0 indica la igualdad perfecta –todos los miembros de la sociedad tienen lo mismo–, mientras que 1 señala la inequidad absoluta-.
De 2003 a 2015, durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner, la desigualdad había bajado desde 0,53 a 0,41, es decir 12 puntos porcentuales. Esta fue una característica propia del período. El informe detalla que “excepto en 2014 –y algunos trimestres puntuales en años anteriores–, el Gini evidenció sistemáticamente tasas de variación inter-anual negativas entre el tercer trimestre de 2004 y el segundo de 2015”.
Este proceso se revirtió nítidamente tras la llegada del presidente Mauricio Macri a la Casa Rosada. En el segundo trimestre de 2016, el Gini aumentó y volvió a hacerlo en el tercer trimestre de ese mismo año, hasta llegar a 0,44. Luego, en el cuarto trimestre de 2016, logró una leve reducción -de un punto porcentual hasta 0,43-, aunque quedando un nivel de inequidad que no se registraba desde fines de 2010.
Dentro del conjunto de los ocupados, no todos sufrieron el aumento de la desigualdad del mismo modo. Entre el segundo trimestre de 2015 y el mismo período de 2016, mientras el 70 por ciento de los ocupados con menores ingresos vio reducido su poder de compra, el 30 por ciento de trabajadores de mayores ingresos pudo aumentar, aún en un contexto recesivo, sus ingresos reales.