Estaban suspendidos desde el 31 de marzo pasado. Les habían garantizado el pago una parte de los salarios, pero todo quedó en la nada. “Tomamos la fábrica porque la patronal nos dio licencia y no apareció más”, explicó Omar Arcebio, uno de los 300 operarios afectados.
La fábrica GGM de Las Flores, que producía calzado para las marcas Pony, Signia y Asics, fue tomada por sus trabajadores luego de varios meses de conflicto por suspensiones y deudas salariales que ascienden a 15 millones de pesos.
En febrero, ante la amenaza de despidos, los 300 trabajadores de la planta aceptaron reducir su jornada laboral, pero un mes después comenzaron las suspensiones con el compromiso de recibir el 75% de sus sueldos. Desde entonces no ven un peso y el Ministerio de Trabajo bonaerense conducido por Marcelo Villegas no les da ninguna respuesta.
“Tomamos la fábrica porque la patronal nos dio licencia por dos meses y no apareció más”, explicó el trabajador Omar Arcebio a AM 750 y detalló que la mayoría de los afectados son mujeres que “tienen criaturas a las que les damos de comer acá”.
Cuando comenzaron a suspenderlos, los empresarios justificaron la medida en la caída de las ventas y la apertura indiscriminada de importaciones que impulsó el Gobierno de Mauricio Macri.
“Nos dicen eso, pero de yapa la patronal se aprovecha”, agregó Arcebio para recordar que “los dueños siguen sin aparecer”.
Según un informe presentado en febrero por la Federación Argentina de la Industria del Calzado y Afines (FAICA), el sector pasó de producir 36 millones de pares en 2001 a 125 millones en 2015. Un año después se registraron sólo 111 millones de pares, lo que representa un caída del 11,2%.
En 2016 ingresaron 27,3 millones de pares importados al país, lo que representa un crecimiento del 22% con respecto al 2015. Este año la tendencia se profundizó significativamente: sólo durante el verano, la importación de calzado aumentó 62% en detrimento de la industria nacional.