El aumento de las personas en situación de calle y la creciente mortalidad infantil en el distrito más rico del país son datos que no pueden pasarse por alto. Reflejan las consecuencias de un modelo de ajuste neoliberal que sólo genera desempleo, hambre y pobreza.
El genocidio social de Cambiemos se extiende incluso en la ciudad de Buenos Aires, el distrito más rico del país, donde se registró un significativo aumento de las personas en situación de calle y de la mortalidad infantil.
La Subsecretaría de Fortalecimiento Familiar y Comunitario del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta admitió que 1.066 personas duermen en la vía pública, lo que representa un 23,09% más que en 2016, aunque las organizaciones sociales estiman que el número real es muy superior al reconocido oficialmente.
El Estado porteño, conducido desde hace diez años por el PRO, está obligado por ley desde 2010 a realizar un relevamiento anual sobre esta problemática y a ofrecer políticas adecuadas.
Ante los incumplimientos del macrismo, más de 40 organizaciones sociales, políticas y barriales darán a conocer el próximo miércoles el Primer Censo Popular de Personas en Situación de Calle, donde se detallarán “las complejidades a las quedan expuestas las personas cuando se ven obligadas a vivir en la calle, dimensionando la gravedad de la problemática”.
A esto se suman los datos sobre la mortalidad infantil, que aumentó de 6,0 en 2015 a 7,2 por mil nacidos vivos en 2016.
La Fundación Soberanía Sanitaria señaló como principales factores de esta mortalidad la pérdida de poder adquisitivo de los sectores más vulnerables de la Ciudad, la reducción del presupuesto nacional en Salud (de 1,68% en 2015 a un 1,36% en 2016), la subejecución presupuestaria de alrededor de un 5% y la desarticulación de programas sanitarios nacionales como el Remediar, el Plan Qunita y la asistencia médica de Acumar en los barrios cercanos al Riachuelo.
“En las zonas de más altos ingresos la mortalidad infantil mantuvo el descenso en la misma tendencia con la que venía, con oscilaciones, desde 2003. Pero en las comunas con menores ingresos la mortalidad aumentó”, explicó a Página/12 Nicolás Kreplak, presidente de la entidad y ex viceministro de Salud de la Nación.
Kreplak también denunció la falta de información publicada por el Gobierno sobre la mortalidad infantil a nivel nacional: “Yo creo que la están ocultando, porque si en la Ciudad de Buenos Aires, que es en donde los ingresos son más elevados y en donde la infraestructura sanitaria es mayor, la mortalidad subió, en el resto del país la situación debe ser muchísimo peor”.
“Si bien Argentina es grande, no es información difícil de procesar porque son datos duros. Ya tendrían que estar saliendo los resultados, pero seguramente van a esperar hasta después de las elecciones porque los resultados van a ser alarmantes”, agregó.
Mientras el modelo neoliberal de Cambiemos continúa generando desempleo, hambre y pobreza, cada vez son menos las familias que tienen acceso a programas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Según las propias cifras oficiales del primer trimestre de 2017, un total de 231.542 beneficiarios dejaron de percibir la AUH a lo largo y ancho del país.
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sobre la evolución del programa -en base a un relevamiento realizado en varios distritos del conurbano bonaerense- reveló que alrededor del 20 por ciento de los estudiantes secundarios abandonaron la escuela por la pérdida de poder adquisitivo de sus familias, lo que causó que se quedaran sin la ayuda social.
El CEPA también dio cuenta de una pérdida neta de poder adquisitivo de la AUH, que se redujo en 6 puntos porcentuales respecto de diciembre de 2015 debido a la suba generalizada de los precios y los tarifazos en los servicios públicos.