Hebe de Bonafini dijo sentir “tristeza, dolor y vergüenza” por la represión y cuestionó a los triunviros de la central obrera, que “están atrapados en su propia mierda”. Uno de los despedidos contó que el “desalojo fue terrible” y que “no hubo un muerto de casualidad”. Distintas organizaciones confluyeron en Plaza de Mayo para manifestar su repudio.
Las Madres de Plaza de Mayo realizaron su marcha 2048 junto a los despedidos de PepsiCo, quienes esta mañana fueron brutalmente reprimidos. El presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal enviaron a sus fuerzas de seguridad para desalojarlos de la planta de Florida, en Vicente López, donde permanecían de manera pacífica en reclamo de sus fuentes laborales.
“Me da tristeza, dolor y vergüenza”, dijo Hebe de Bonafini al tomar la palabra y lamentó la ausencia de muchos dirigentes, que están más preocupados por las PASO que por aquellos que pierden su empleo.
“No tengamos miedo, compañeros. Hay que ir a poner el cuerpo. Si te cagan a palos que te caguen, pero por lo menos sos una persona digna. No importa de qué partido sean los que vayan, lo que importa son los hombres y mujeres que se quedan sin trabajo”, remarcó.
Hebe también apuntó contra los triunviros de la CGT, Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña. “Podemos hacer un habeas corpus a ver si los encontramos”, ironizó y los acusó de hacerse “ricos a costa de los trabajadores”.
“Yo conozco muy bien lo que es la CGT, sé la cantidad de trabajadores que están peleando por su salario y ellos están en silencio. Están encerrados, atrapados en su propia mierda. ¿Qué se creen, que los trabajadores se van a quedar adentro porque ellos no salen? El pueblo va a salir y ya está saliendo”, señaló la presidenta de Madres, mientras los manifestantes gritaban “paro general”.
Schmid, Daer y Acuña brindaron más tarde una conferencia de prensa para condenar la represión –luego de unas diez horas de silencio-, pero no hubo convocatoria a ninguna medida de fuerza. Sólo se limitaron a anunciar un plenario para el 28 de julio y una movilización para el 22 de agosto próximo.
Luis Medina, uno de los trabajadores de PepsiCo que marchó con las Madres de Plaza de Mayo, contó que “el desalojo fue terrible” y agregó: “A las compañeras las golpearon sin piedad, mujeres obreras que tienen diez, quince o veinte años de fábrica. No hubo un muerto de casualidad”.
“En mis 43 años –continuó- nunca viví algo similar. De esto me hablaba mi papá, que trabajaba en la fábrica Ford en la época de la dictadura, cuando sus delegados fueron desaparecidos. Hoy lo viví en carne propia con mis compañeros y compañeras de trabajo”.
Medina explicó que la multinacional quiere “avasallar los derechos de los trabajadores” y “se siente envalentonada” para hacerlo con un gobierno como el de Macri y una “burocracia sindical” como la del titular del sindicato de la Alimentación, Rodolfo Daer, que “nos dio la espalda”.
“Lamentablemente, los burócratas sindicales no se ponen al frente de la lucha de los trabajadores, entonces los trabajadores de base nos tenemos que organizar. Tenemos que pararle la mano a este gobierno para pocos que viene por todos”, subrayó.
En la marcha se hicieron presentes obreros del Sindicato Químico y de la UOCRA de Zárate, maestros de UTE-CTERA y docentes universitarios de CONADU, estatales de ATE, los Metrodelegados del Subte, bancarios y miembros de la Corriente Federal de los Trabajadores de la CGT.
Otras organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, nucleadas en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ), también confluyeron en Plaza de Mayo para movilizar con las Madres-Línea Fundadora en repudio de la represión y el despido de los 600 operarios de PepsiCo.