La Policía porteña arremetió con extrema violencia contra manifestantes que reclamaban la liberación del dirigente mapuche Facundo Jones Huala, quien lleva adelante una huelga de hambre en el penal de Esquel. Hay al menos siete personas detenidas, una de ellas hospitalizada.
A menos de una semana de la feroz represión a cooperativistas del Frente por Trabajo y Dignidad Milagro Sala, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires volvió a la carga contra otra protesta pacífica sin mediar negociación alguna.
Esta vez fue frente al Palacio de Tribunales, donde los efectivos del macrista Horacio Rodríguez Larreta atacaron a militantes de organizaciones sociales y de agrupaciones políticas que reclamaban la liberación del dirigente mapuche Facundo Jones Huala.
Según consignó el diario Página/12, los manifestantes “ni siquiera habían cortado una calle ni impidieron la circulación en las cercanías de la esquina de Talcahuano y Tucumán”, simplemente intentaron encender unas cubiertas. Fue entonces cuando la policía avanzó con extrema violencia, realizando persecuciones por las calles aledañas.
La Corriente contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) informó que hay al menos siete detenidos, uno de ellos hospitalizado por las heridas, y llamó a movilizarse para exigir la inmediata liberación de todos los manifestantes. Los puntos de concentración son Zavaleta y Amancio Alcorta, y California y Herrera.
Huelga de hambre
La detención arbitraria de Facundo Jones Huala se produjo el miércoles pasado en la localidad rionegrina de Río Villegas, poco después del encuentro entre los presidentes Mauricio Macri y Michele Bachelet, en Santiago de Chile.
El referente de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) permaneció alojado en una comisaría de Bariloche hasta el sábado. Luego de rechazar una solicitud de excarcelación, el juez federal Gustavo Villanueva ordenó su trasladado a la cárcel de Esquel, donde Jones Huala comenzó una huelga de hambre.
Su abogada, Sonia Ivanoff, explicó que está privado de la libertad por un pedido de captura internacional del Gobierno trasandino, que lo acusa de haber participado en 2013 de un ataque incendiario contra la casa de los cuidadores de un campo cercano a la ciudad de Valdivia, donde fue detenido y luego liberado.