Una suerte de Terrorismo de Estado Siglo XXI, con sus patotas y Grupos de Tareas. Así quedó identificado el escenario represivo que desplegó la policía porteña de Cambiemos sobre la Av. 9 de Julio. Fue una operación de manual: los efectivos con equipamiento “antiterrorista” se movilizaron como cerco en torno a los manifestantes mientras los representantes de estos negociaban una reunión con funcionarios del ministerio de Desarrollo Social. Después, todo siguió como está previsto en los entrenamientos de estos nuevas escuadras policiales, especializadas en actuación urbana. Por supuesto el aparato mediático concentrado cumplió su rol específico, demonizando la protestas social y creando, con el latiguillo de los palos y pañuelos, una suerte de neo teoría de “los dos demonios”, incluso en la programación del canal C5N, que suele utilizar – a veces en forma burda – su retórica antimacrista y progresista para encubrir operaciones comunicacionales en defensa de la gobernadora María Eugenia Vidal y del intendente Rodríguez Larreta, por ejemplo, y casi siempre dejando bien parado al Frente Renovador – aunque no pueda probarse se sabe que corre “una buena moneda” o “la de ellos”, como se dice en la jerga politiquera -, incluso en esos segmentos se fustigo la autodefensa de la organizaciones sociales, calificándola de democracia. Otros canales ni hablar: América TV entrevistaba a un diplomático estadounidense acreditado en Buenos Aires; TN pedía más represión. Y podría seguir la lista de casos.
El despliegue represivo “esta vez fue sobre la 9 de Julio, cuando hombres, mujeres y niños reclamaban trabajo y emergencia alimentaria frente al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. La Infantería porteña arremetió con camiones hidrantes, balas de goma y gases lacrimógenos, mientras efectivos de civil salían a la caza de manifestantes como en la dictadura”, dice una resumen publicado por el colega Fernando López, editor de esta agencia, en el diario Contexto de La Plata, que pasamos a reproducir.
A un año y medio de gobierno de Mauricio Macri, el ajuste y la brutalidad represiva no dan tregua. Las víctimas son siempre las mismas: trabajadores desocupados, familias que pasan hambre, jóvenes sin oportunidades y otros sectores excluidos por las políticas neoliberales de Cambiemos.
Unas veinte organizaciones que integran el Frente por Trabajo y Dignidad Milagro Sala se concentraron ayer sobre la avenida 9 de Julio, frente al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, para reclamar empleo y emergencia alimentaria, pero la única respuesta que obtuvieron fue la de la Policía de Horacio Rodríguez Larreta, que arremetió con camiones hidrantes, balas de goma y gases lacrimógenos.
Mientras la Infantería porteña avanzaba contra los manifestantes, efectivos de civil que se habían infiltrado en la protesta marcaban a quién detener y encabezaban persecuciones sobre las calles aledañas. Estas cacerías propias de la dictadura se extendieron incluso hasta la zona de Retiro, donde requisaron colectivos y retuvieron a personas identificadas con algunas de las organizaciones.
En total hubo ocho detenidos, dos de ellos menores de edad, y cuatro heridos que debieron ser hospitalizados por impactos de balas de goma y golpes en distintas partes del cuerpo.
Según informó el Frente Milagro Sala, Leandro Arias, Maximiliano Godoy, Hernán Álvarez, Juan García y Víctor Bolaño quedaron alojados en la Comisaría 30, mientras que otro detenido, Carlos Jerez, fue derivado al Hospital Argerich con heridas graves. En tanto, Alberto Rodríguez, de catorce años, y Ulises Coria, de diecisiete, se encontraban demorados en el Instituto de Menores Inchausti; y tres heridos de balas de goma –Clara Alarcón, Brian Antoni y Marcelo Barrera–, internados en el Hospital Presidente Perón (ex Finocchietto) de Sarandí, partido de Avellaneda.
Carolina Arribi, de la Tupac Amaru, relató a Contexto que un grupo de representantes había ingresado a Desarrollo Social a negociar con las autoridades cuando vieron llegar a cientos de uniformados.
“Acordamos que íbamos a liberal el carril del Metrobus, aclarando que no podía ser de manera inmediata porque había muchas organizaciones con ollas populares, carpas y mujeres amamantando a sus hijos. Pero no les importó nada, avanzaron igual. Desde un primer momento la intención fue reprimir”, dijo Arribi.
La referente social detalló que exigían empleo para unos 40 mil cooperativistas bonaerenses que se quedaron sin trabajo en los últimos dieciocho meses y la declaración de la emergencia alimentaria en todo el país.
“A todo nos dijeron que no. Está claro que la única forma de que el modelo macrista se instale es con ajuste y represión. Lo que sucedió en la 9 de Julio es ejemplo de eso”, sostuvo Arribi, y también responsabilizó a los medios hegemónicos que legitimaron la brutalidad policial hablando de “incidentes” o “enfrentamientos”.
“Ninguno de esos medios dice que defendemos derechos o que hay un Estado que se corre de sus responsabilidades indelegables; lo que sí dicen es que somos negros que hacemos quilombo, que nos enfrentamos a la policía con palos y capuchas. Básicamente, lo que hacen es estigmatizar a los sectores más vulnerables”, completó.
Otro de los dirigentes del Frente Milagro Sala, Alejandro “Coco” Garfagnini, remarcó que la nueva represión macrista se da en “un clima de permanente agresión a las trabajadoras y trabajadores, el deterioro del salario y los ingresos populares”.
“Desmantelaron las políticas públicas de empleo y desfinanciaron el desarrollo de programas destinados a fortalecer el modelo de trabajo cooperativo. Destruyen derechos y agreden a los más débiles. Avanzan contra las personas con capacidades diferentes, contra nuestras abuelas y abuelos, contra nuestras pibas y nuestros pibes más humildes. La guita no alcanza, el hambre crece y la miseria que genera el Gobierno de Macri no se puede esconder más”, advirtió.
Las organizaciones permanecían anoche frente a la Comisaría 30 en reclamo de la liberación de todos los detenidos. Hasta el lugar se acercó Hebe de Bonafini para expresar la solidaridad de las Madres de Plaza de Mayo, al igual que otros defensores de los derechos humanos y legisladores del Frente para la Victoria (FpV).
“Hablamos con los chicos. Estaban asustados porque fueron muy golpeados y perseguidos”, informó Bonafini al salir de la seccional, y añadió: “Esto empezó hace un año y medio, cuando entró Macri en el Gobierno, y va a ser cada vez peor”.