La frase pertenece al líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, quien encabezó con el presidente Juan Manuel Santos el acto simbólico por el fin del desarme, tras más de 50 años de conflicto interno con un saldo de 220.000 muertos.
En un día histórico para Colombia y América Latina, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) culminaron con el proceso de desarme y ahora esperan que el Gobierno haga lo mismo con la liberación de los guerrilleros que aún permanecen en prisión después de seis meses de firmada la ley de amnistía.
“Adiós a las armas, adiós a la guerra”, declaró el líder de las FARC-EP, Rodrigo Londoño Echeverry, conocido como “Timochenko” o “Timoleón Jiménez”, antes de soltar al aire a decenas de mariposas amarillas, como homenaje al premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.
Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos dijo que “la paz es un convenio entre corazones y almas que entienden que hay formas mejores de vivir y resolver las diferencias”.
En este marco, el mandatario recordó que el conflicto armado interno “no sólo nos duró más de cinco décadas, sino algo peor: nos duró más de ocho millones de víctimas en general y más de 220 mil compatriotas muertos”.
Desde el departamento suroriental de Meta, el jefe de la misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, informó que se han recibido un total de 7.132 armas individuales y que los ex guerrilleros quedarán con 700 fusiles para cuidar los 26 sitios dispersos en el territorio nacional. La misión tiene previsto recibir estas últimas armas el 1 de agosto próximo.
El acto tuvo lugar luego de casi cuatro años de diálogos entre las FARC-EP y el Gobierno colombiano en La Habana, Cuba, donde se logró a fines de 2016 el acuerdo de paz que pone fin a más de 50 años de conflicto armado interno.