Así se expresó Américo Cristófalo, vicedecano de Filosofía y Letras de la UBA al exponer en la jornada Debates de la Historia del Siglo XXI: Encuentro de Cátedras de Historia de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. La actividad, desarrollada en la sede de esa casa de estudios contó con amplia participación de docentes e investigadores, quienes reflexionaron sobre saberes históricos de cara a los desafíos que el Siglo XXI plantea en el terrenos de la Comunicación como herramienta crítica.
Los objetivos del encuentro que tuvo lugar durante casi toda la jornada del pasado jueves fueron presentados por la directora de la Licenciatura en Comunicación Social, Ayelén Sidun; la prosecretaria de Posgrado, Lía Gómez; y el profesor titular de Historia Contemporánea de América Latina, Carlos Ciappina. En ese contexto tuvo lugar el espacio Conversaciones. Pensar el Siglo XXI: Medios y Movimientos sociales en América Latina, con la participación de Carlos Raimundi, profesor de la Facultad y ex diputado nacional; María Isabel García, de la Universidad Minuto de Dios de Colombia; y Américo Cristófalo, vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
La apertura comenzó con el saludo de Sidun, quien inscribió la jornada en el marco de las políticas institucionales vinculadas al cambio de Plan de Estudio. En ese sentido, recalcó la idea de realizar entre todos “una revisión de los materiales que estamos dando y las actividades que estamos proponiendo”. En ese sentido, adelantó que “la Secretaría Académica convocará a cada materia a medida que se acerque el momento de implementarla”. Sidun propuso también que los equipos de las Cátedras “establezcan relación con las nuevas asignaturas y con las de otros ejes que también se dictarán por primera vez”.
Lía Gómez, por su parte, contó que “el marco en que surge la propuesta es el Programa Universitario de Historia Argentina y Latinoamericana”, a partir del cual aparece la posibilidad de hacer un manual de historia latinoamericana del siglo XXI. “Nos parece importante este encuentro para conocer lo que cada cátedra viene discutiendo y compartir saberes”, completó la prosecretaria.
“Siento una gran alegría -contó el profesor Ciappina- de ver a los y las colegas que están en esta aula para replantearnos nuestra mirada sobre historia contemporánea”. Según explicó el docente, la discusión urgente es “cómo vemos desde las historias en plural estos casi veinte años de siglo XXI, poder registrarlo y fundamentalmente compartirlo”. Al terminar Ciappina comenzó la instancia expositiva del encuentro, en la cual cada docente contó en 15 minutos la experiencia personal y de cada asignatura.
Alberto Bozza, profesor adjunto de Historia Argentina Cátedra II, destacó la “apremiante voluntad de actualizar temáticas y buscar núcleos característicos o novedosos”. También pidió considerar que “muchas problemáticas que llamamos del tiempo reciente se formaron en el siglo pasado, sobre todo en el último cuarto de esa centuria”. Con respecto a cuáles podrían ser esos núcleos, mencionó “la financiarización de la economía, el predominio de las empresas informáticas y de comunicaciones en la valorización capitalista, el endeudamiento internacional, la globalización: conflicto y guerras, el persistente papel protagónico de los medios, y los proyectos de rechazos novedosos, de índole anticapitalistas o reformistas”.
Luis Casas, docente adjunto de Historia Contemporánea de América Latina Cátedra l, presentó una línea de indagación sobre los movimientos sociales en relación con la política, el Estado y el sistema de partidos. El profesor contó “la experiencia del Conamuri en Paraguay, un movimiento campesina indigenista constituido y organizado por mujeres”. Al respecto, propuso como clave “pensar el indigenismo y el feminismo actuales desde una larga historia previa invisibilizada”.
Víctor Ego Ducrot, profesor titular de Historia del Siglo XX Cátedra II, dijo que el objetivo estratégico es “pensar la historia para aprenderla pero también para convertirla en insumo, en herramienta para la producción y análisis de contenidos comunicacionales”. Fernando López, JTP de la misma cátedra, propuso “desarticular la falsa dicotomía entre objetividad y subjetividad, el periodismo es necesariamente ambas cosas a la vez”. En ese sentido, destacó la necesidad “trabajar con el sentido común, para deconstruirlo y recrearlo”. Patricia Rodrigo, docente adjunta de la misma materia, pidió “pensar nuevas formas de evaluación en el marco del Plan de Estudios: es una preocupación que intentamos año a año aportar novedades para que el alumno se sienta incluido”.
El profesor Sergio Pujol, titular de Historia del Siglo XX Cátedra I, señaló que “uno podía observar el trabajo de otros colegas cuando los estudiantes al opinar traían contenidos de asignaturas previas, pero no había un diálogo explícito como el que se abre ahora”. El docente fue muy claro: “tenemos que seguir cuestionando nuestra matriz eurocéntrica”, proclamó, refiriéndose a la omnipresencia de la historia europea en las currículas, sea para solazarse en ellas o cuestionarlas. “Para que el futuro comunicador pueda debatir con más precisión -explicó el docente-, un aporte imprescindible que debemos hacer las historias es ayudar a comprender términos como fascismo, liberalismo, comunismo, ya que esto permite distinguir las definiciones y procesos históricos de usos sociales que muchas veces son ideológicamente intencionados”.
Las intervenciones continuaron retomando los aportes de los anteriores expositores, quienes coincidieron en celebrar la oportunidad de proponer metodologías de trabajo conjunto que permitan orientar la reflexión sobre y el estudio de la historia reciente hacia la producción de estrategias de emancipación.
Luego del debate inter-cátedras, se desarrolló el panel “Pensar el Siglo XXI: medios y movimientos sociales en América Latina”, que contó con la participación del profesor de esta casa de estudios y ex diputado nacional, Carlos Raimundi; el licenciado en Letras y vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Américo Cristófalo; y la magister en estudios culturales de la Universidad Minuto de Dios de Colombia, María Isabel García.
Por su parte, Américo Cristófalo, analizó la “fuerza homogeneizadora” del neoliberalismo y el papel de los medios de comunicación en ese sentido.
“A fines de los ‘80, en Chile, se realizó un referéndum que hizo Pinochet para legitimarse en el poder, y los partidos de izquierda contrataron a un publicista para hacer la campaña del no: ‘Ya viene la alegría’ fue el slogan de esa campaña que se parece mucho a una campaña de la derecha”, recordó el vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y añadió: “Lo que creo que está detrás de las figuras del marketing usadas en la izquierda y las derecha, es que el neoliberalismo es una fuerza homogeneizadora, y la novedad del sistema capitalista contemporáneo es la homogeneización de la vida”.
En ese marco, afirmó que muchos gobiernos populares de América Latina se caracterizaron por apelar a la figura de lo heterogéneo, pero el principal problema de esos movimientos populares según Cristófalo es “que estaban dotados de una enorme fragilidad”.
Por otro lado, explicó también el proceso de concentración que sufrieron las industrias editoriales a partir de los años 70’, y cómo ese proceso ayudó al proyecto homogeneizador en el campo de la literatura: “La gran novela universal, fácilmente legible, que asuma la lectura como una modalidad exclusivamente de entretenimiento es la consecuencia”.
“Estamos en un momento de disputa, de construcción y crecimiento de un actor a nivel mundial tan desmesurado, que ha generado mucho poder pero que paradójicamente no ha podido genera ningún horizonte de esperanza, que es el poder financiero globalizado”, sostuvo Carlos Raimundi durante su exposición, y consideró que el Siglo XXI es “una etapa signada por un sentimiento de profunda inestabilidad”.
En ese marco, analizó que las disputas de poder hoy se dan entre los movimientos populares contra un conglomerado que engloba “los intereses financieros, petroleros, armamentísticos, mediáticos y un nuevo actor a nivel internacional que son los poderes judiciales”.
Finalmente, María Isabel García realizó un recorrido por el rol que jugaron las corporaciones y los medios de comunicación en el conflicto armado colombiano desde hace 60 años, y la respuesta de los movimientos sociales.
“Hay un primer actor desde el comienzo del conflicto que es el paramilitarismo, que surge como la estrategia contrainsurgente financiada por grandes grupos económicos constituidos por las oligarquías colombianas que tiene dos facciones: una la podríamos llamar burguesía industrial, y la otra es la latifundista”, expresó. En este punto, destacó el claro posicionamiento de los medios de comunicación a favor de las fuerzas paramilitares.
Por otro lado, destacó la existencia de tres grandes grupos mediáticos monopólicos: la Organización Luís Carlos Sarmiento, la Organización Ardila Lülle y el Grupo Empresarial Santo Domingo. Carlos Ardila Lülle fue, según la Magíster en Estudios Culturales de Colombia, uno de los principales financistas de la campaña por el NO en el referéndum que se realizó en el proceso de paz colombiano.