Los choferes se movilizaron hoy masivamente frente a la sede de UTA, mientras que el intendente Ramón Mestre puso en circulación unas 150 unidades custodiadas por fuerzas federales y la empresa abrió una convocatoria laboral para reemplazar a los huelguistas.
A pesar de la fuerte ofensiva de las autoridades gubernamentales y de la patronal, los colectiveros de la ciudad de Córdoba resisten y continúan con la huelga que ya lleva nueve días, al tiempo que otros gremios analizan un paro general en toda la provincia.
Con apoyo del presidente Mauricio Macri y el gobernador Juan Schiaretti, el intendente radical Ramón Mestre puso en circulación unas 150 unidades custodiadas por Gendarmería y Policía Federal, mientras que la empresa Ersa abrió una convocatoria laboral para contratar carneros que reemplacen a los trabajadores de paro.
Los colectivos que comenzaron a funcionar de manera gratuita esta mañana eran conducidos por choferes que recibieron aprietes y temen perder sus fuentes laborales, como ocurrió con decenas de trabajadores que fueron despedidos en los últimos días.
La protesta es llevada adelante por las bases y los delegados de la intervenida Unión Tranviarios Automotor (UTA) de Córdoba, en rechazo al acuerdo paritario del 21% en tres tramos sellado por la UTA Nacional y en reclamo de la reincorporación de 86 choferes.
El secretario general del sindicato a nivel nacional, Roberto Fernández, salió a despegarse hoy del conflicto y advirtió que si los choferes cordobeses no acatan la conciliación obligatoria “quedarán fuera de la cobertura gremial de UTA”.
Este lunes, los trabajadores se movilizaron hasta la sede de la UTA local, junto a organizaciones sociales y partidos políticos, y ratificaron que continuarán con la medida de fuerza. En tanto, algunos gremios como Luz y Fuerza ya evalúan la posibilidad de declarar una huelga general en toda la provincia.