Así informó la policía londinense, Cressida Dick, acerca de los episodios acaecidos en la noche del viernes y atribuídos a presuntos “terroristas”. Lo dijo en un mensaje televisivo la máxima responsable de Policía Metropolitana de Londres (Scotland Yard).
Dick precisó, además, que los sospechosos de llevar a cabo los ataques en el Puente de Londres y en el cercano mercado gastronómico de Borough fueron abatidos por las fuerzas de seguridad en tan solo ocho minutos.
La comisaria jefa de Scotland Yard estimó que el incidente está bajo control, pues la policía no cree que haya huido ningún participante en los sangrientos hechos, en los cuales resultaron heridas 48 personas.
‘Nuestra prioridad ahora es trabajar con nuestros colegas de la red antiterrorista y también con los organismos de inteligencia y otros servicios de seguridad para tener más detalles sobre estos individuos que llevaron a cabo el atentado y los antecedentes’, agregó.
El ataque se inició cuando una furgoneta atropelló a un grupo de peatones en el Puente de Londres y se reportaron múltiples apuñalamientos en el mercado de Borough.
Tras embestir contra los viandantes, tres de los agresores se dirigieron en el vehículo hacia la concurrida zona de bares y restaurantes de Borough y atacaron con cuchillos a varias personas.
Los sospechosos llevaban algo que parecían cinturones explosivos, pero luego se revelaron falsos, corroboró Dick.
Llamó a los londinenses y a los turistas en la capital británica a mantener la calma, al tiempo que subrayó la necesidad de ‘permanecer vigilantes e informar de cualquier acción sospechosa’.
La primera ministra británica, Theresa May, catalogó los hechos de un ‘potencial acto de terrorismo’ y convocó al comité Cobra, el máximo órgano de seguridad, a una sesión de emergencia para esta jornada.
El incidente tiene características similares al atentado del pasado 22 de marzo en el Puente de Westminster, al oeste del Puente de Londres. Ese día un hombre mató a cinco personas después de conducir su coche a través de una multitud para luego apuñalar a un agente de policía en terrenos del Parlamento.
Sucede, además, casi una semana después del perpetrado en el estadio Manchester Arena, al norte del país, en el que 22 personas murieron y más de 60 resultaron heridas, y a cuatro días de las elecciones generales británicas.