Macri, Triaca y los otros tienen pesadillas: sueñan que en Expo Empleo Joven les cortaron sus cabezas, para que rueden y rueden. A todos los que conforman la banda de Cambiemos la otra noche les sucedió lo mismo. Dicen por ahí que se despertaron con terror y hediondos, porque sudaban lo que son. Una banda de pibes se había hartado de la burla y la pobreza e iban por ellos. Es que sonaba y sonaba: “Desde que empieza a dar sus primeros pasos en la vida, el niño proletario sufre las consecuencias de pertenecer a la clase explotada. Nace en una pieza que se cae a pedazos, generalmente con una inmensa herencia alcohólica en la sangre. Mientras la autora de sus días lo echa al mundo, asistida por una curandera vieja y reviciosa, el padre, el autor, entre vómitos que apagan los gemidos lícitos de la parturienta, se emborracha con un vino más denso que la mugre de su miseria”. Y enseguida: “El pibe de los astilleros nunca se rendía, tuvo un palacete por un par de días. Rapiñaba montado a los containers el maldito amor que tanto miedo da. Fue por una lluvia que realmente moje (que pusiera fin a su aventura). Un final feliz para pimpollos allí estaba, al fin, acechándolo. Ciertos reyes no viajan en camello; ellos andan el tranco del amor. Esos tipos soplan con el viento al rebaño y su temor”. Provocan y provocan porque aun no se sabe bien cual es límite del blindaje que la derecha ha logrado desde su aparato cultural para que con tanto escarnio “lo dueños de la tierra”, como los seguiría llamando David Viñas, continúen martirizando a las grandes mayorías de la sociedad, especialmente a los más vulnerables: jóvenes, mujeres y aquellos más que son la víctimas preferidas del “indiscreto sadismo de la burguesía”, para usar una expresión acertada de Duanel Díaz, de la Princeton University.en un texto que escribiera sobre “El niño proletario”, de Osvaldo Lamborghini. Y la otra cita del párrafo anterior, como sabrán, corresponde a una letra de “los Redondos”. Cuando aquél blindaje se acabe, una suerte seguramente será incierta.
Por Carlos López / El gobierno de Mauricio Macri celebró con bombos y platillos que más de 200 mil jóvenes se aglomeren a las puertas de la Rural de Palermo para dejar un currículum impreso que no llegará a las manos de ningún empresario ni empleador que les dé la posibilidad de conseguir un trabajo. Después de los despidos y el ajuste que eleva la tasa de desempleo juvenil al 23,63%, ahora el marketing del PRO se encarga de prometer empleos que no son más que la precarización laboral a manos de empresas multinacionales. Pero Macri tiene la solución para los pobres y los desempleados: » A ser felices y recibir amor». ¿El amor le dará de comer a los pobres que genera el macrismo?
La Expo Empleo Joven del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recibió esta semana a unas 175 mil personas. Lejos de ser un éxito, el evento reflejó el constante aumento de la cantidad de gente que busca trabajo sin conseguirlo desde la asunción de Mauricio Macri en diciembre de 2015. Sin embargo, para Cambiemos paradójicamente fueron jornadas de alegría. Es que el gobierno suele festejar las preocupaciones ajenas de las grandes mayorías. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, no sólo despide a cientos de trabajadores desde que dirige la cartera nacional sino que además se divierte ante la desesperación de miles de jóvenes que no logran conseguir trabajo.
El festejo macrista en medio de la bochornosa feria Expo Empleo fue montado por varios funcionarios de Cambiemos que aseguraron que se lograron trabajos para 11 mil jóvenes, mientras que los propios pibes y pibas que asistieron al encuentro desde distintos puntos de Capital Federal y el Conurbano bonaerense criticaron la organización por ser una mera puesta en escena de las empresas para dejar bien parado al presidente. El director general de políticas de juventud de la Ciudad, Fabián Pereyra, precisamente aseguró que «la Expo Joven superó ampliamente las expectativas. Esperábamos 100 mil personas entre los dos días y solo el martes llegamos a 175 mil asistentes». Pero el cinismo máximo llegó cuando el funcionario PRO argumentó que “el 70% vino a cambiar de trabajo” y sólo un “12,5% estaba desempleado”. Rápidas estadísticas que poco se condicen con la realidad de miles de jóvenes que asistieron a la Rural de Palermo engañados con una fachada marketinera.
En el galpón de la Rural no sólo la cantidad de pibes y pibas se vio desbordado, sino que además las empresas asistieron con sus equipos de marketing para realizar un mero acto de promoción y publicidad, con folletos y un mail de contacto a donde quien quiera puede enviar su curriculum de manera online. Es decir, nada distinto a lo que cualquier joven podría realizar desde una computadora en su casa, incluso quizá con mayores posibilidades de alcanzar una entrevista laboral que asistiendo a la feria macrista.
Lo más sorprendente de esta situación a la que el gobierno expone a los jóvenes es que sus propios funcionarios, como el caso de Jorge Triaca y el el vicejefe de Gobierno de la Capital Federal, Diego Santilli, se hicieron presentes en la feria para celebrar la supuesta asignación de 11 mil puestos de trabajo, aunque cada uno de los miles de pibes que salían de los pabellones aseguraban que no existía posibilidad alguna de una selección. Así funciona la propaganda de Mauricio Macri. Prometer, engañar con espejitos de colores y dejar de lado a los que más necesitan, y de esta manera mantener la misma línea de promoción del empleo que en su momento realizó con el acuerdo con McDonald’s, el gigante que explota a jóvenes en todo el mundo a cambio de que el empleado todos los meses sea gratificado con su imagen en un cuadro de una pared.
La situación a la que fueron expuestos miles de jóvenes al asistir a la Expo Empleo fue degradante, ya que no sólo no funciona como un evento para conseguir un trabajo, sino que además muchos de los postulantes se encuentran en situaciones económicas desfavorables, con lo cual debieron gastar dinero en pasajes para llegar a la Rural y encima, encontrarse con una marea de gente que sólo asistía al show del desempleo. “Mañana mismo seguimos trabajando por generar trabajo y oportunidades como hacemos a diario desde este gobierno”, afirmó luego del evento Diego Santilli. El funcionario que estuvo a cargo de la feria fue el escudo para defender el cinismo que comenzó desde la inauguración del encuentro el martes pasado con la presencia de Macri, y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
Al mismo tiempo, en un intento por corregir la burla del gobierno a los jóvenes desempleados, Triaca salió rápidamente a reflotar la ley Primer Empleo, la cual lleva más de un año cajoneada en el Congreso por rechazo de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados. Casi como reforzando la explotación que atraviesa gran parte de la juventud en las empresas, la nueva norma que Cambiemos busca retomar propone incentivos para los empleadores que incorporen a trabajadores con menos de tres años de experiencia en el mercado laboral formal, con edades de entre 18 y 24 años en todo el país. Es decir, una ley con un nombre engañoso que más que generar nuevos puestos de trabajo, reafirma los beneficios que el gobierno cede a empresarios y multinacionales, en detrimento de los empleados.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) emitió esta semana un informe en el que remarca que “Desde la llegada de Cambiemos se han acentuando los programas de inserción laboral bajo condiciones de precarización, en detrimento de los programas que incentivaban la formación profesional y universitaria de la juventud. De esta manera se comienzan a vaciar programas como el PROGRESAR, para darle más importancia a convenios de primer empleo con empresas como McDonald’s, el Plan Primer Empleo o el Programa de Inserción Laboral”. Para llegar a esta conclusión el análisis se basa en que entre la tasa de desempleo en jóvenes entre 18 y 25 años pasó de 17,86% durante el segundo trimestre de 2015, al 23,63% en el segundo trimestre de 2016.
A su vez, un informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), titulado “Panorama Laboral de 2016”, detectó que en América Latina hay 25 millones de personas sin empleo, con un aumento de 5 millones con respecto al 2015. En este contexto, gracias a las políticas neoliberales de Macri la Argentina se ubica cuarta en el ranking junto a Colombia, Barbados y Costa Rica. Estos índices son en gran parte aportados por los miles de jóvenes permanecen sin empleo y que se ven obligados a aceptar pasantías no rentadas en una de las empresas que se mostraron por la feria Expo Empleo, o incluso que han llegado al límite de postularse para ingresar al Ejército Argentino, situación que se vive en varias provincias argentinas, como es el caso de Misiones. Más precisamente en Posadas esta semana se difundió un video donde una gran cantidad de jóvenes hacían largas colas para buscar su lugar en el regimiento local.
El gobierno macrista llegó al poder a base de falsas promesas sobre pobreza cero y salarios dignos. Unos 18 meses después la cantidad de pobres en el país no para de crecer, al igual que los desempleados, entre los que se encuentran miles de jóvenes que no encuentran estabilidad ni futuro, producto de las políticas neoliberales que destruyen a la producción nacional y el accionar de las empresas que tienen el camino libre para despedir sin titubear. Por ello, con Macri los estudiantes de las universidades privadas más onerosas tendrán su lugar asegurado en alguna empresa que los reclute para reproducir la meritocracia del mercado, mientras que los jóvenes con menores recursos deberán seguir desfilando por las ferias del desempleo en las que el macrismo reparte bolsitas amarillas y lapiceras para todos los que no tengan más alternativa que dejarse precarizar por una empresa amiga al poder de turno.