La canciller venezolana apuntó contra su par argentina, tras la sesión extraordinaria de la OEA, donde los injerencistas al servicios de Washington fueron derrotados. La señaló como articuladora del “plan de intervención y tutelaje para Venezuela”, y aseguró que tuvo que salir “por la puerta de atrás” luego de su fracaso.
El Gobierno de Venezuela celebró la derrota de un grupo de cancilleres de la Organizaciones de Estados Americanos (OEA), que el miércoles pasado intentó aprobar una declaración condenatoria sobre la Asamblea Constituyente convocada por el presidente Nicolás Maduro.
La sesión extraordinaria del organismo interamericano, que impulsaron Estados Unidos, México, Perú, Canadá y Panamá con el apoyo de Argentina, fue frustrada por los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), que no recogieron la mayoría de las demandas que planteaban los injerencistas.
“En sus caras está marcada la derrota. La silla vacía de Venezuela representa la dignidad y respeto hacia los países, respeto a los principios básicos del Derecho Internacional como lo es la ‘no intervención en los asuntos internos de los Estados’, el principio de ‘autodeterminación de los pueblos”, dijo ayer la canciller Delcy Rodríguez mostrando una foto de la sesión durante una conferencia de prensa en Caracas.
Pero en esa imagen faltaba alguien, Susana Malcorra, a quien Rodríguez no pasó por alto: “Allí en esas caras no está, por cierto, otra de las articuladoras de este plan de intervención y tutelaje para Venezuela, la canciller que dejó de ser canciller de Argentina”.
“Entró a su cargo con un escándalo y se va con más escándalos. Dicen que salió por la puerta de atrás de esta reunión. No se les vio, estaban completamente desorbitados porque frene al mandato que tenían que cumplir, inexorablemente se levantó un muro moral a recordarles las normas del derecho internacional”, subrayó.
Malcorra, que el lunes anunció su renuncia y que el 12 de junio será reemplazada por el actual embajador argentino en Francia, Jorge Faurie, fue patrocinada por la CIA y el MI6, los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Gran Bretaña, que la reclutaron luego de desempeñarse como ejecutiva de IBM y Telecom, y más tarde como jefa de Gabinete del ex secretario general de Nación Unidas, Ban Ki-moon, desde donde dirigía el Programa Mundial de Alimentos y las relaciones con las “Misiones de Paz” en África.
En 2014 trece niños de la República Centroamericana fueron abusados sexualmente por soldados de la ONU, de Guinea Francesa, Guinea Ecuatorial y Chad. El escándalo se conoció en 2015, por denuncias del diario inglés The Guardian. Había pruebas y testimonios no sólo de los damnificados sino también de especialistas en Derechos Humanos, como el sueco Anders Kompass, quien había alertado al gobierno francés.
Malcorra debería haber intervenido a favor de las víctimas, pero no lo hizo con el objetivo de garantizar la impunidad de los soldados de la ONU.
Los escándalos de Malcorra siguieron una vez que fue designada por Macri como canciller argentina, en especial por su actuación en el seno del Mercosur para lograr la expulsión de Venezuela.
“Dio un golpe al Mercosur con su aliado, el canciller de Temer, que es el aliado preferido de Macri en toda la región. En diciembre del año pasado, la canciller usurpó la presidencia del Mercosur en un hecho sin precedentes en la historia de la cancillería mundial y convocó ella a un reunión cuando la presidencia le correspondía a Venezuela. No sólo echó a Venezuela del bloque sino que sacaron físicamente a la canciller venezolana en un acto fuera de toda legalidad”, recordó la ex embajadora de argentina en Venezuela, Alicia Castro.
No obstante, Castro consideró que “lo más desastroso de la gestión de Malcorra fue el acuerdo con Gran Bretaña donde se le permite la explotación del petróleo en Malvinas”.
“No sólo fue grave el pacto, también el secretismo con que manejaron la diplomacia contra los intereses del pueblo de nuestro país. Porque ese acuerdo plasma las verdaderas intenciones de Gran Bretaña sobre nuestros recursos naturales”, opinó la ex diplomática, para quien otro episodio grave de la gestión de Malcorra fue no atender el reclamo de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que exigen la libertad inmediata de Milagro Sala.