En el 75 por ciento de los femicidas los asesinos fueron parejas, ex parejas o familiares de las víctimas. Por esos crímenes, al menos 244 niñas y niños quedaron sin madre; sólo en el 25 por ciento de los casos hubo denuncias previas. Una mujer es asesinada cada 34 horas y el Estado sigue haciendo gestos y nada más, porque es machista y misógino. La nueva movilización #NiUnaMenos, prevista en todas las plazas de del país para el 3 d este mes debería ser masiva. Pero el tema es después qué.
“En 2016, hubo 254 femicidios, 19 más que el año anterior, de acuerdo con el Registro de la Corte. En el 75 por ciento de los casos, los femicidas fueron parejas, ex parejas o familiares de las víctimas. Por esos crímenes, al menos 244 niñas y niños quedaron sin madre; sólo en el 25 por ciento de los casos hubo denuncias previas. Durante 2015, en Argentina 254 mujeres, cinco de ellas trans, fueron asesinadas sólo por ser mujeres. En el 75 por ciento de los casos, los victimarios fueron varones a quienes conocían y en quienes al menos alguna vez habían depositado su confianza (parejas, ex parejas, familiares). Por esos femicidios, al menos 244 niñas y niños quedaron sin madre. Por esos femicidios, actualmente hay 258 imputados y sólo en el 25 por ciento de los casos (60 causas) las víctimas habían denunciado previamente a los victimarios por violencia machista. En promedio, víctimas y victimarios tenían edades similares: el 49 por ciento de las mujeres asesinadas tenía entre 21 y 40 años; el 58 por ciento de los femicidas, entre 19 y 40. Sin embargo, la violencia machista también registró víctimas y victimarios adolescentes: 15 chicas menores de 16 años fueron víctimas de femicidios; tres varones menores de 16 fueron victimarios. Pero también hubo 17 adultas mayores (mujeres de más de 60 años) víctimas de femicidio y 10 imputados mayores de 60. Hasta ahora, sólo hubo sentencia condenatoria en el 9 por ciento de los 254 femicidios registrados y el 47 por ciento sigue en etapa de investigación. Los números forman parte del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, que la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema relevó por tercer año consecutivo”. Así reporta este jueves la colega Soledad Vallejos en el diario Página 12.
En un video que acompañó la presentación online del Registro (está disponible en www.cij.gov.ar), la jueza Elena Highton de Nolasco adelantó, además, que se creará “un observatorio de femicidios del Poder Judicial”. “Ahora que tenemos los números, los datos, es bueno compararlos. Vamos a relacionar las variables, ver la incidencia de los diversos factores”, detalló, aunque también advirtió que aunque juezas y jueces aporten estadística de casos judicializados “hay que evitar los femicidios” y “hay que seguir trabajando”.
El Registro que releva los casos de 2016 es el primero en incluir casos de travesticidios y transfemicidios “incorporándose la variable ‘sexo/género de las víctimas’, que tuvo dos categorías: mujeres biológicamente femeninas y mujeres trans/travestis”, señaló el estudio. Durante el año pasado, los travesticidios y transfemicidios registrados judicialmente fueron cinco y se perpetraron en Formosa, Jujuy, Mendoza, Corrientes y Río Negro.
De acuerdo con los datos aportados por los organismos del Poder Judicial de todo el país, la jurisdicción en la que más cantidad de femicidios se cometieron el año pasado fue la provincia de Buenos Aires (90 casos), seguida por Córdoba (23), Mendoza (21), Santa Fe (4) y la Ciudad de Buenos Aires (14). En cambio, si se considera la tasa de femicidios por jurisdicción (esto es, la relación entre el número de víctimas y el total de la población local, consideradas las cifras de víctimas cada un millón de mujeres), el lugar donde en 2016 resultó más peligroso ser mujer fue Jujuy, donde la tasa fue del 2,68 y hubo 10 femicidios (una víctima cada 37.296 mujeres). Le siguieron Mendoza (con una tasa del 2,16, es decir, una víctima cada 46.204 mujeres), Río Negro (1,97 de tasa: una víctima cada 50.792 mujeres), Santa Cruz (1,87 de tasa, una víctima cada 53.391 mujeres) y Santiago del Estero (con una tasa del 1,49, una víctima cada 67.279 mujeres). El lugar donde menor resultó la tasa fue Tucumán, con 0.49 (se registraron cuatro femicidios el año pasado allí, uno cada 204.341 mujeres).
Más de la mitad de los imputados en las causas judiciales fueron varones jóvenes, de entre 19 y 40 años (149 del total de 258). El 27 por ciento tenía entre 41 y 60 años, mientras el 4 por ciento era mayor de 60 y el 3 por ciento tenía entre 16 y 18 años. Hubo, además, tres imputados de menos de 16 años. En el 3 por ciento de los casos no hay datos que acrediten las edades de los victimarios.
Las estadísticas judiciales siguen ratificando que en el caso de los femicidios la violencia machista acecha la mayoría las vínculos familiares y amorosos de las víctimas: sólo en el 8 por ciento de los casos entre víctima y victimario no había ningún tipo de vínculo. En cambio, en el 75 por ciento de los casos la mujer y quien la asesino tenían relación previa: en 164 casos, el femicidio fue perpetrado por la pareja o ex pareja de la mujer; en 37, por familiares; en 31, por conocidos. En 15 casos, las causas no dan cuenta de cuál era la relación entre la mujer y el femicida, o si había alguna.
En el 53 por ciento de los casos (139 causas), contra los victimarios no había denuncias por violencia machista radicadas por las mujeres que luego serían sus víctimas. Sin embargo, en el 25 por ciento de los casos (25 causas) sí la hubo. En el 22 por ciento de las causas no hay datos al respecto.
El Registro relevó también el camino que atravesaron o siguen atravesando esas las causas por esos crímenes. “En cuanto a la actuación de la Justicia, debe señalarse que de los femicidios cometidos durante el 2016, 22 cuentan con sentencias condenatorias al momento de la recolección de los datos (marzo/mayo 2017), lo cual representa un 9 por ciento del total”. Además, “se contabilizan 3 sobreseimientos (1 por ciento) y no se registran sentencias absolutorias”. En tanto, “el 22 por ciento de las causas (53 de ellas) corresponden a otras formas de terminación del proceso durante la instrucción o en la etapa oral. Asimismo, de las causas iniciadas en 2016, el 21 por ciento (52 causas) ya se encontraba al momento de la recolección de los datos en la etapa de juicio oral, mientras que un 47 por ciento (113 causas) permanece en la etapa de investigación”. Por lo demás, en Santa Fe hay dos causas “cuyo estado procesal era de ‘etapa de investigación preparatoria’ al momento de la recolección de los datos, lo cual no coincide con ninguna de las variables propuestas”.
Con 47 votos a favor, el Senado sancionó la ley para que los femicidas no puedan ejercer la responsabilidad parental sobre sus hijos, como establece el proyecto que contempla la misma disposición para responsables del delito de lesiones gravísimas y de abuso sexual cometido contra sus hijas o hijos. La iniciativa incluye también la suspensión de la responsabilidad parental a mujeres que hayan asesinado a sus parejas, pero sólo si no se trató de un caso de legítima defensa y por haber sido ella víctima de violencia machista. En la misma sesión, el Senado dio media sanción también al proyecto de Ley Brisa, que establece reparación económica para chicas y chicos menores de edad cuyas madres hayan sido víctimas de femicidio, y otro que otorga pensión a víctimas de trata de personas, iniciativas que ahora deben ser tratadas en Diputados.
De acuerdo con el texto aprobado, la suspensión de la responsabilidad parental se realizará de manera automática en cuanto sea dictado el procesamiento por el delito. El proyecto había sido aprobado a fines de abril en Diputados, donde la versión original, que establecía la “pérdida” de la responsabilidad parental, sufrió una modificación para determinar su “privación”. De esta manera, “cuando la persona cumple la condena que le fue dictada, recupera la responsabilidad parental completa, algo que no pasaba con el proyecto original”, advirtió a este diario Laura Novo, una de las abogadas de la ONG La Casa del Encuentro, que impulsó el proyecto e impulsa, también, el de Ley Brisa.