Desde que se registraron las filtraciones de Wikileaks en el año 2010, en Venezuela nadie duda sobre el origen de los recursos que recibe la oposición al chavismo para sostener las protestas violentas callejeras. Desde abril de 2002, cuando se ejecutó el golpe de Estado en contra del presidente Hugo Chávez, en Venezuela comenzó a especularse sobre cómo se sostenía económicamente la oposición política.
Durante diciembre de 2002 y febrero de 2003, muchos comerciantes privados se sumaron a un ‘lock out’ patronal (que devino también en un sabotaje petrolero) y durante sesenta días cerraron sus establecimientos de venta de comida, ropa, electrodomésticos y otros tipos de productos. ¿Cómo puede un pequeño o mediano empresario cerrar su local durante sesenta días y no irse a la quiebra? Una vez más, el fantasma del financiamiento extranjero se apoderaba del debate político venezolano. Así se pregunta y trata de responder el periodista Ernesto J. Navarro, de RT, a quien pasamos a citar,
Año 2005: El libro titulado «El código Chávez», escrito por la abogada Eva Golinger, hace de conocimiento público una serie de documentos desclasificados de los archivos del Departamento de Estado y de Defensa estadounidenses.
Venezuela: El futuro de la Revolución bolivariana y del pueblo están en juego. Una reseña de este libro escrita por los periodistas cubanos Rosa Miriam Elizalde y Rogelio Polanco realizó una predicción que la realidad se encargó luego de confirmar.
«En este libro aparece en detalles cómo ejecutaron los Estados Unidos en Venezuela su Plan A de intervención y de subversión para América Latina. Que haya fracasado esta vez no significa necesariamente que el agresor se dé por vencido».
Año 2010: En diciembre de 2010, el sitio Wikileaks publicó una filtración de documentos diplomáticos clasificados por el Gobierno de EE.UU. con información sobre las reuniones mantenidas con figuras de la oposición venezolana, coordinaciones, ofrecimientos y sobre diferentes tipos de ayudas canalizadas por la embajada de ese país en Caracas.
Luego de revisar la documentación filtrada, la agencia de noticias AVN publicó un informe que ofrecía detalles de esos documentos.
Uno de los más relevantes estaba firmado por Robert Downes, exconsejero político de la embajada de EE.UU. en Caracas, y se denominaba ‘Cinco puntos estratégicos del equipo en el país para el apoyo programático de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional’ (Usaid, por sus siglas en inglés). En él, EE.UU. se proponía realizar una serie de acciones entre 2004 y 2006 para promover la salida del chavismo del poder político.
Los cinco puntos del documento estipulaban el «fortalecimiento de las instituciones democráticas, penetrar la base política de Chávez, dividir al chavismo, proteger los negocios vitales de EEUU, y aislar a Chávez internacionalmente», precisó AVN.
Lluvia de dólares: Wikileaks reveló que a través de la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) de la Usaid, Washington entregó entre 300 organizaciones civiles venezolanas quince millones de dólares bajo la pantalla de los derechos humanos y programas de educación, dice el informe.
Las filtraciones también revelaron otro documento de la embajada en Caracas titulado ‘Solicitud de fondos para ayudar a fortalecer a los gobiernos locales y los grupos de la sociedad civil’, que fue clasificado por el entonces encargado de negocios de la representación diplomática, John Caulfield.
La embajada consideraba que los siete millones de dólares aprobados para el financiamiento a la oposición venezolana en 2009 eran insuficientes, por lo que pidieron a Washington que sumara otros tres millones a esa cantidad.
Esto llevaría en 2011 al Parlamento venezolano a reformar la Ley orgánica contra la delincuencia organizada y el financiamiento del terrorismo, con el fin de controlar los movimientos de dinero desde el exterior destinados a atentar contra la República.
Guarimba 2014: El plan violento para derrocar a Nicolás Maduro en 2014, que sus adversarios denominaron como «La Salida», tampoco fue obra de la voluntad de los militantes de base de la oposición.
Siendo presidente del Parlamento, el diputado Diosdado Cabello denunció que los opositores recibieron 2.381.824 dólares «por parte de la organización no gubernamental Fundación Nacional para la Democracia» (NED por sus siglas en inglés), que tiene su sede en Washington.
«La Salida» no logró derrocar a Maduro, pero dejó un total de 43 venezolanos muertos y más de 800 heridos. Por esos eventos fue juzgado y condenado a prisión el dirigente Leopoldo López.
Año 2017: El pasado 16 de abril, el presidente Nicolás Maduro mostró en televisión pruebas la relación sobre la directa entre la oposición y los actos violentos de las últimas semanas, informó Telesur.
Maduro difundió un video en el que un joven detenido confiesa haber recibido de parte de dirigentes opositores un pago de 300.000 bolívares (unos 412 dólares) para destruir la sede de la Magistratura: «Presento las pruebas autorizadas por la Fiscalía y el Ministerio Público. Son solo algunas. Habrá justicia», prometió el presidente.
Los herederos: Un mes más tarde, el 27 de mayo de 2017, el periodista e investigador Víctor Hugo Majano publicó en su blog de noticias una extensa investigación que revela el origen de al menos «cien mil dólares» enviados a la oposición desde EE.UU. «en menos de un mes».
Majano explicó que «ellos (los recaudadores en Estados Unidos) enmascaran esa operación financiera con una recolección de recursos para pagar insumos médicos».
El periodista cree que las personas que recaudan este dinero son «hijos de la oligarquía venezolana». Además, subrayó que la prensa local los retrata como «héroes que apoyan a unos guarimberos que se defienden de las actuaciones del Estado. Así logran legitimar en la opinión pública que puede ser lícito recopilar dinero para ese tipo de actividades violentas».
Nuevas fuentes: Para el sociólogo y escritor francés Romain Migus, el financiamiento estadounidense al antichavismo «no solo no es nuevo, también opera mediante una especie de triangulación» con fundaciones y organizaciones no gubernamentales creadas por agencias oficiales estadounidenses que han dado paso a otras formas de recaudación.
Indicó que «en medio de la actual coyuntura de violencia, lo novedoso es que con la entrada en escena del ‘dólar today’, del fenómeno conocido como bachaquerismo, el narco-paramilitarismo y el tráfico de billetes o el papel moneda venezolanos; los sectores adversos han generado focos de financiamiento autónomo, paralelo al que reciben de Washington».