Al retirarse de su jornada laboral y pasar por los controles detectaron una importante dosis de radiación en su cuerpo. La víctima es Se trata Damián Straschenco, quien trabaja en la Planta Nuclear de Atucha y es secretario adjunto del gremio Luz y Fuerza de Zárate. Desde un comienzo, su rutina el pasado 9 de mayo transcurrió como si fuera un día normal. Pero la conmoción se disparó cuando se retiró de la usina y cruzó los controles de seguridad. Fue entonces que el sistema detectó lo inconcebible: su cuerpo estaba contaminado por material radiactivo. La investigación interna reveló que alguien quiso envenenarlo al introducirle el tóxico en una botella de agua que tenía en sus oficinas.
Por fortuna, la radiación no llegó a dañar la salud de Straschenco, aunque regularmente debe realizarse estudios médicos. “Estoy bien. Se me hizo un tratamiento médico para eliminar la radiación que incorporé. Me hacen controles periódicos y mediciones para ver cómo evoluciona esto”, contó el dirigente de Luz y Fuerza, quien presentó una denuncia penal en el juzgado de Zárate por “tentativa de homicidio”.
De acuerdo con la investigación en el complejo, el elemento que ingirió Straschenco desde su botella personal se trató de “agua pesada”, un material que modera la fisión adentro del reactor.
La pregunta de fondo es cómo llegó el tóxico a la oficina del sindicalista. Tanto para las autoridades de Atucha como para la víctima no hay dudas de que se trató de un hecho intencional.
Además, el dirigente gremial realiza sus tareas cotidianas dentro del complejo de Atucha I y II, pero está ubicado a 200 metros del reactor nuclear y de la denominada “zona radiológicamente controlada”, a la cual no tiene acceso.
“Para ingresar a esos sectores necesitás una marca personal, una tarjeta y un código. Yo no estoy autorizado”, señaló en declaraciones radiales.
El atentado reviste de suma gravedad internacional e institucional. Más allá del escalofriante ataque en sí, que publicó el diario Ámbito Financiero, el hecho pone en riesgo a la actividad nuclear argentina, ya que supone la violación de los altos estándares y las estrictas medidas de seguridad que dispone la usina nucleoélectrica para evitar filtraciones.