El embajador bolivariano ante la Organización de Estados Americanos, Samuel Moncada, denunció que el bloque hemisférico insiste en involucrarse en los asuntos internos de su país, mientras que desde Estados Unidos dan órdenes a sus aliados para “que inicien la ola de destrucción”.
Desde Caracas alertaron este viernes que la Organización de los Estados Americanos (OEA), conducida por el uruguayo Luis Almagro, tiene pensando realizar una reunión ministerial para continuar los planes desestabilizadores contra Venezuela y buscar una nueva excusa para sancionarla.
Canadá propuso ayer en el Consejo Permanente del organismo que el encuentro de cancilleres sea el 22 de mayo con un reglamento especial, en el cual no serían necesarios los votos de 18 países para tomar decisiones, sino dos tercios de los presentes.
“Quieren hacer un grupo de amigos, esa es la estrategia, supuestamente preocupados por Venezuela y cuando se les niegue la entrada a esos cancilleres de la indignidad a Venezuela van a decir entonces que aquí no hay ningún interés de diálogo o paz”, señaló este viernes el embajador bolivariano ante la OEA, Samuel Moncada.
El diplomático sostuvo que “es evidente” la relación entre los llamados intervencionistas de la OEA y Estados Unidos con el incremento de la violencia por parte de la oposición de ultraderecha venezolana, que en poco más de un mes ha dejado 38 muertos y más de 700 heridos, según consignó la cadena Telesur.
“Cuando se reduce la intensidad del conflicto en Venezuela, desde allá se pide más violencia. Es decir, aquí (Venezuela) se ponen las víctimas para que desde allá (OEA) puedan aprobar lo que quieran aprobar”, denunció Moncada y agregó que el bloque hemisférico insiste en involucrarse en los asuntos internos de su país, mientras que desde Estados Unidos dan órdenes a sus aliados para “que inicien la ola de destrucción”.
El embajador también rechazó el envío de cartas permanentemente de la Casa Blanca a las naciones del Caribe en las que aseguran que están “concentrados como nunca antes en la situación venezolana”.
Estados Unidos usó pronunciamientos, sanciones unilaterales extraterritoriales, financiación económica de organizaciones con fines terroristas, bloqueo financiero, amenazas de intervención militar, para enmascarar un abierto proceso de intervención marcado por el injerencismo grosero y la violación del Derecho Internacional.
La Cancillería venezolana precisó que en los últimos cinco meses se recibieron 105 acciones y declaraciones hostiles, que “basados en falsos supuestos procuran torcer la realidad” en el país.