La Policía Militar utilizó balas de goma y gases lacrimógenos contra las manifestaciones en San Pablo y Río de Janeiro, ocasionando varios heridos. Fue en medio del histórico paro general convocador por la Central Única de Trabajadores frente a las reformas neoliberales del Gobierno ilegítimo.
La primera huelga general de Brasil desde 1996, considerada por todos los gremios y movimientos sociales como la más contundente de la historia del país, culminó hoy con una brutal represión ordenada por el golpista Michel Temer.
Mientras se desarrollaban movilizaciones y cortes de ruta en casi todas las ciudades, la Policía Militar salió en Río de Janeiro y San Pablo a atacar a los manifestantes con balas de goma y gases lacrimógenos, dejando un saldo de varios heridos.
Numerosos efectivos de la Policía y de las Fuerzas Armadas también fueron desplegados en Brasilia, según reportaron medios locales.
El paro fue convocado por la Central Única de Trabajadores (CUT) en un intento por defender los avances obtenidos durante los periodos presidenciales de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, quien fue destituida el año pasado a través de un golpe parlamentario.
Las organizaciones gremiales y movimientos sociales rechazan las reformas laborales y previsionales de carácter neoliberal que impulsa Temer en el Congreso, que ya recibieron el visto bueno de la Cámara de Diputados.
La Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) 287/2016 enviada por Temer al Congreso a finales de 2016 establece, que tanto hombres como mujeres, así como los trabajadores urbanos o rurales podrán retirarse solo después de cumplir 65 años de edad y tener 25 años de contribución en la empresa o institución.
Otros de los sectores que se verán afectados por este plan de reformas son los de la educación y la agricultura, porque desvinculan los beneficios de la jubilación del salario mínimo.
El pasado 23 de marzo la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que autoriza la tercerización en todas las actividades empresariales, uno de los últimos acontecimientos criticados por la clase obrera.
Las reformas neoliberales impulsadas por el gobierno ilegítimo de Temer llegan en medio de un escenario de profunda crisis en el que el desempleo en Brasil alcanzó al 13,7% de la población económicamente activa en el primer trimestre y llegó al récord de 14,2 millones de personas sin trabajo, según los propios datos oficiales.