Lo que sigue sobre baleros tornillos y saludes es apenas un sentido figurado, no vaya a ser cosa que alguno piense que le deseamos un mal al primer magistrado de la republiqueta. De tanto torcer su cogote a la derecha a Mauricio Macri se le puede desatornillar el balero. Ojalá que así sea, y de paso a muchos de su más garcas colaboradores, como es el caso de ese patético personaje llamado Esteban Bullrich, ignorante de ignorancia perfecta, facho y chupa cirios del Opus Dei, es decir entre lo peor de la Argentina, quiere que vuelvan las clases de religión a las escuelas.
«Por más que soy católico, trato de ser un apóstol y buen discípulo, sí creo que en las escuelas debemos enseñar otras religiones también, que también tienen lecciones para aprender», dijo el ministro y agregó estar convencido «de que las enseñanzas del Evangelio deben ser aprendidas, el ejemplo de Jesús debe ser aprendido, pero también el ejemplo de Mahoma, las enseñanzas del budismo y el hinduismo, otras religiones también para crecer juntos reconociendo al otro». Estos tipos asustan. Y la pregunta es, qué sucede entre los argentinos que una mayoría, por cierto no muyamplia, pero mayoría al fin los eligió para gobernar, haciendo que por primera vez los trogloditas vernáculos llegaran al gobierno vía elecciones.
El farabute estudió Licenciatura en Sistemas en la Universidad Caece y cursó un máster en Administración de Empresas en la Escuela Kellogg (Estados Unidos). Becario de la Fundación Eisenhower Fellowships, donde profundizó sus conocimientos en políticas públicas educativas. Incursionó en política dando sus primeros pasos con Ricardo López Murphy ingresando al partido Recrear. En otras cosas, votó a favor de la toma de juramento de Luis Abelardo Patti en la Cámara de Diputados, procesado por delitos de lesa humanidad. En 2012 fue denunciado ante la justicia por mal desempeño de las funciones, debido a la implementación de un número telefónico gratuito (0800 “buchón”) para denunciar actividades políticas dentro de las escuelas, que fue rechazado con la movilización de los estudiantes y docentes. Durante su gestión se ordenó el cierre de 221 cursos en todos los niveles: afectando a 144 cursos de nivel primario, 52 de nivel medio y 25 de escuelas técnicas. Cierres, cursos de poco alumnos en la zona norte y desdoblando grados de más de 30 alumnos en el sur. A comienzos del 2014 implementó el famoso sistema de “inscripción on line” que hizo saltar la ficha de las problemáticas de construcción de escuelas; el 3 de febrero afirmó que su renuncia está a disposición de Mauricio Macri tras reconocer su error por los 9000 niños del nivel inicial que quedarán sin vacantes en las escuelas públicas de la Ciudad. En 2015, Esteban Bullrich, realizó desde su ministerio al menos diez contrataciones directas por montos superiores a los 300 mil pesos a la empresa trucha de Fernando Niembro. Sus asesores suelen provenir del Opus Dei y la Vicaría de la Educación del Episcopado, de la misma Iglesia que a escala mundial sigue protegiendo a los pedófilos.
Ahora, el El ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, afirmó en Corrientes que «vendría muy bien que todas las religiones tengan su espacio» en las escuelas, al responder el pedido de un sacerdote en la localidad de Esquina, donde el funcionario inauguró obras de infraestructura escolar junto al gobernador Ricardo Colombi, el mismo que tanto lugar ocupó en los medios últimamente por casos de narcotráfico acaecidos en su provincia.