José Pedro Potocar, separado transitoriamente de la Policía de la Ciudad, es acusado de ser uno de los líderes de la banda de policías que exigía dinero a comerciantes y vecinos porteños a cambio de seguridad privilegiada. El juez de la causa debe determinar si da lugar al pedido de detención elevado por el fiscal.
Tras ser suspendido como jefe de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, la situación de José Pedro Potocar se complicó aún más con un pedido de detención del fiscal José María Campagnoli por presunto cobro de coimas. La solicitud está en manos ahora del juez Ricardo Farías.
Campagnoli lo acusa de ser uno de los líderes de la banda de policías de la Comisaría 35 que exigía dinero a comerciantes y vecinos de Núñez y Saavedra a cambio de seguridad. La causa fue abierta el año pasado, cuando Potocar era el jefe de la Dirección General de las Comisarías, e involucra a otros cinco efectivos, entre ellos el jefe de la seccional denunciada, Norberto Villarreal.
El subcomisario Marcelo Stefaneti declaró que Potocar habría recaudado entre 35 y 40 mil pesos por mes, mientras que otro efectivo sostuvo que parte de la recaudación era distribuida a instancias superiores, como la Circunscripción VII, la Dirección General de Comisarías y la Superintendencia de Asuntos Internos de la Policía Federal.
En un cuaderno secuestrado de la oficina de Villarreal se encontraron anotaciones con las siglas DGC, que se presumen corresponden a la Dirección General de Comisarías, entonces bajo el mando de Potocar.
El sábado pasado, en medio del escándalo, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta decidió suspenderlo de sus funciones al frente de la Policía de la Ciudad, aunque el ministro de Justicia y Seguridad local, Martín Ocampo, salió a defenderlo en las últimas horas.
“Esperamos que él aclare su situación en la Justicia y rápidamente vuelva a desempeñarse como jefe de la fuerza”, enfatizó Ocampo y agregó que “Potocar no está imputado ni procesado, está mencionado en la causa”.
Sin embargo, el legislador porteño de Bien Común, Gustavo Vera, remarcó que “la gangrena continúa en la Policía de la Ciudad y se puede ver con Guillermo Calviño, ex jefe de Potocar y superintendente hoy de la misma policía, denunciado en una causa abierta por avalar a efectivos corruptos”.
La fuerza porteña, creada por Rodríguez Larreta con policías de la Federal transferidos a la Ciudad de Buenos Aires, salió a las calles en enero de este año. Desde entonces se ha dedicado a reprimir a los sectores más vulnerables y a los trabajadores que alzan la voz contra las políticas de ajuste del macrismo, como ocurrió el domingo 9 de abril, cuando efectivos de Infantería apalearon, gasearon y detuvieron a docentes que armaban la Escuela Pública Itinerante frente al Congreso.
La semana pasada, la Policía de la Ciudad volvió a la carga en el mismo lugar, disponiendo un fuerte cordón policial alrededor de la Escuela Itinerante para amedrentar a los maestros, mientras que otros uniformados de la fuerza ingresaron armados al Colegio Mariano Acosta para intimidar a los estudiantes que organizaban una clase pública sobre el conflicto docente, que había sido autorizada por las autoridades escolares.