Los maestros bonaerenses habían preferido dejar la huelga y optar por otras medidas, pero el gobierno reprimió la carpa de CETERA. Los docentes en conflicto salarial maestros habían votado en favor de impulsar medidas alternativas a los paros, pero fueron reprimidos cuando intentaban una modalidad que les permitiera mantener el reclamo salarial sin afectar las clases. Iban a dar charlas y cursos públicos. El gobierno de la Ciudad comunicó que “hacían uso indebido del espacio público”. La CTERA intentó armar anoche una escuela itinerante frente al Congreso Nacional. A la manera de la Carpa Blanca, el gremio buscó apelar así a una medida de acción alternativa a los paros como modo de sostener el reclamo.
«Un país donde la policía y el gobierno le pega a los maestros, es un país sin futuro», estampó Florencia Saintout en las redes al solidarizarse con la CTERA, tras la represión que sufrieron el domingo por la noche en Plaza Congreso. En forma inmediata, la decana de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, concejala y principal referencia del kirchnerismo en La Plata utilizó sus cuentas en la redes sociales para sumarse a esa definición dada por Roberto Baradel, líder de SUTEBA y difundir imágenes al respecto.
“En la plaza ubicada frente a las escalinatas del Congreso, los docentes llegaron a montar el armazón de la escuela cuando desde el gobierno se ordenó reprimirlos. Efectivos de la policía federal, que desembarcaron en la plaza en varias combis, pertrechados con equipos antidisturbios, golpearon y tiraron gas pimienta contra los maestros –que en su mayoría eran mujeres–. Se llevaron también a cuatro detenidos”, dice Página 12 en un artículo de la colega Laura Vales
La semana pasada, el Juzgado de Primera Instancia del Trabajo N° 58, a cargo de Dora Eva Temis, ordenó al Ministerio de Trabajo convocar dentro de un plazo de cinco días a la paritaria nacional docente, el principal reclamo de los gremios. En respuesta, el gobierno anunció que va a apelar el fallo, ratificando su decisión política de eliminar la paritaria. Esta situación, sumada a la reciente consulta en la que los maestros bonaerenses votaron en favor de impulsar medidas alternativas a las huelgas, había decidido a la Ctera a montar la carpa.
Sonia Alesso, la titular de CTERA le dijo a Página 12: “Agotamos todos los caminos. Hay una Ley de Financiamiento Educativo que dice que el gobierno tiene que convocar a la paritaria. Hay además un fallo judicial que le ordenó hacerlo, y que también el gobierno desconoce. Tenemos 18 provincias con conflictos abiertos por las paritarias docentes”, cuando todavía los efectivos de la policía no habían llegado para el desalojo y los docentes avanzaban con el armado de la estructura de la escuela itinerante.
Lo hacían sin cortar la calle, en el mismo espacio público que ocupó, hace veinte años, la carpa blanca. El sindicato había informado a la Jefatura del gobierno porteño que realizaría un acto en el lugar. Siguieron el trámite de rutina en estos casos: el viernes ingresaron un escrito para notificar a la administración porteña que este lunes harían un acto frente al Congreso. La idea era montar ayer la escuela itinerante, dejar en el lugar a una guardia de maestras e inaugurarla hoy, con una clase pública.
Para acompañar el armado de la carpa fueron a la plaza del Congreso los principales dirigentes de la CTERA, como Roberto Baradel -titular además del Suteba, sindicato de los maestros bonaerenses- y Eduardo López, de la Unión de Trabajadores de la Educación, que agrupa a docentes porteños. También habían ido a respaldar el armado de la escuela itinerante un grupo de maestros de los dos distritos.
La represión no tuvo la excusa de un incidente como detonante. Primero mandaron a la plaza del Congreso a cuatro patrulleros de la comisaría sexta con la orden de frenar el armado de la carpa. Los docentes hicieron entonces un cordón humano en torno a la estructura a medio construir.
“Luche, que se escuche”, “No caímos / no caímos / a la escuela pública nosotros la elegimos” fueron algunos de los cantitos de respuesta a la policía. Pronto aparecieron en el lugar funcionarios del ministerio de Ambiente y Espacio Público del gobierno porteño. Como el armado de la estructura avanzó, rodeado del cordón de maestros, mandaron a la policía antimotines.
En el desalojo, los efectivos cargaron en un cuerpo a cuerpo contra los maestros. Para romper el cordón, la policía les tiró gas pimienta a la cara. Hubo también manifestantes golpeados. Muchos debieron ser auxiliados por sus compañeros para poder alejarse del lugar, descompuestos por los efectos del gas.
Se registraron al menos cuatro detenciones – Miguel Acuña, Juan José Mauro, Pablo Aschero y Carlos Díaz -, según los dirigentes sindicales. Las mismas fuentes informaron un rato después ante las cámaras de la TV, cuando llamaron a la desconcentración pacífica, que los detenidos habían recuperado su libertad.
Horas antes, el presidente Mauricio Macri había vuelto a criticar los paros docentes y reclamado a los dirigentes gremiales que busquen otros métodos que no afectaran el dictado de las clases. “Los paros se hacen desde hace diez años y ya se mostró que no sirven. Si hacemos las mismas cosas, no podemos pretender resultados distintos”, dijo.
“Nos dijeron que hubo una orden directa de la Presidencia de la Nación. La policía nos agredió, no hay ningún docente agrediendo a la policía. Nos pedían que modificáramos la protesta con una forma creativa y miren qué pasa. Parece que ante cualquier palabra que al gobierno no le guste va a actuar con represión. Eso no es un gobierno democrático”, decía anoche el dirigente de SUTEBA, Roberto Baradel.
Por su parte, Eduardo López señaló: “lo que quiere el gobierno es que aceptemos una propuesta salarial a la baja y la desmembración de la escuela pública. Le exigimos que respeten el derecho a reclamar. No queremos modificar nada que no exista en la Argentina desde el retorno a la democracia, desde el 83 a esta parte”.