El presidente logró esquivar los piquetes que se realizaron por su visita a la provincia, pero no los insultos y abucheos en su contra cuando llegó en camioneta blindada al centro de evacuados de la localidad de Monteagudo.
No importa el lugar. Cada vez que aparece Mauricio Macri, el pueblo responde con escraches. Esta vez fue en la provincia de Tucumán, donde el mandatario fue repudiado con protestas que incluyeron cortes de ruta y quema de neumáticos.
Alertado al llegar de los piquetes en su contra, Macri logró esquivarlos a bordo de su camioneta blindada, pero no pudo hacer nada frente a los inundados que se concentraron en las inmediaciones del Centro de Operaciones de Emergencia de la localidad de Monteagudo para abuchearlo e insultarlo.
“¡Oligarca hijo de puta!”, gritaron los manifestantes cuando vieron el vehículo negro que transportaba al presidente.
Macri se reunió con el gobernador Juan Manzur y el titular del Plan Belgrano, José Cano. Del encuentro también participaron los ministros del Interior, Rogelio Frigerio, y de Desarrollo Social, Carolina Stanley, así como el secretario de Vivienda de la Nación, Domingo Amaya, quienes también fueron objeto de repudio.
En los últimos meses, el mandatario vivió varios escraches. En marzo, durante su visita a Holanda, un grupo de argentinos residentes en Ámsterdam se autoconvocó en la céntrica plaza Dam para expresarle un fuerte rechazo. Semanas antes, una situación similar se registró en la fábrica de PSA Peugeot en El Palomar, donde los trabajadores le gritaron en la cara “aguante Cristina”; y en febrero también hubo escraches en el marco de la llegada de Macri a Río Negro, protestas que terminaron con detenciones de gremialistas, entre ellos el titular local de ATE, Rodolfo Aguiar.