Que un violador serial haya quedado en libertad por decisión de un juez que aparece como indiferente ante la tragedia que una y otra vez lacera a la sociedad argentina, y en aparente complicidad con un policía de la provincia de Buenos Aires, a su vez familiar del sospechoso, son elementos que no agotan ni mucho menos la interpretación de estos hechos depredadores pero deben llevar a la reflexión sobre la compleja trama que se esconde en la bruma del crimen como conducta habitual, y no de cualquier crimen sino uno sistemático como lo son el femicidio y la violencia de género.
“Atraparon al principal sospechoso de la desaparición de Micaela García. Fue apresado en la localidad bonaerense de Moreno y esta mañana lo trasladaron a Entre Ríos. Sebastián Wagner intentó quitarse la vida al momento de ser detenido”, repican los medios digitales sobre el medio día de este sábado.
Sebastián José Luis Wagner, el principal sospechoso de la desaparición de la joven Micaela García en la ciudad entrerriana de Gualeguay, fue detenido anoche en la localidad bonaerense de Moreno, informó a DyN el jefe de la Policía de Entre Ríos, el comisario Gustavo Maslein.
Según indicó el jefe policial, Wagner fue detenido cuando «volvía a la casa de la madre», y quiso quitarse la vida con un revólver 32 al momento de ser apresado, pero falló en su intento. La confesión de la madre permitió su captura.
Esta mañana, pasada las 7, el sospechoso fue trasladado a la provincia de Entre Ríos para ponerlo a disposición de justicia, según informaron fuentes judiciales.
Se sabía que Wagner había salido de Gualeguay en un camión hacia Campana y el padrastro, efectivo de una policía local de la provincia de Buenos Aires, ahora detenido, lo había ido a buscar en una camioneta. Estuvo martes y miércoles en su casa, armado y muy nervioso.
Según lo informado, Wagner tiene un perfil de violador serial, con un patrón de ataque apuntado a chicas jóvenes y atacaba durante períodos. Por otro lado es el típico atacante serial y sexual desorganizado: dejó numerosas pistas pese a haber lavado el auto que encontró la policía el miércoles.
El sospechoso tenía una doble condena y salió por haber cumplido dos tercios de ella. Una de 9 años por dos ataques sexuales en 2010, al cumplir 6 años, el juez Carlos Rossi decidió dejarlo en libertad pese a tener en contra de los exámenes del sistema penitenciario y la oposición del fiscal.
En una entrevista que brindó en 2014, el juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú, Carlos Rossi, con 17 años en el cargo, explicó su metodología a la hora de decidir sobre la libertad condicional de un recluso. “Ninguna de las opiniones que intervienen en los informes sobre un recluso es vinculante con mi decisión. Son estudios que me dan orientación para una mejor decisión. Si me aparto, lo debo fundamentar. Incluso alguna de las partes puede recurrir mi decisión”, expresó por entonces al diario El Argentino de Gualeguaychú. Así testimonia el sitio Análisis Digital, de la ciudad de Paraná.
En la entrevista realizada por el periodista Nahuel Maciel en diciembre de 2014, recuerda el medio entrerriano citado, Rossi dio detalles sobre su trabajo como magistrado encargado del seguimiento y de controlar el cumplimiento de las penas de los reclusos condenados por los tribunales Concordia, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, independientemente del lugar de cumplimiento de las condenas.
Ante una consulta, describió el proceso por el cual se llega a otorgar un beneficio de salidas transitorias, libertad condicional u otros similares a un condenado. “Cumplida una parte de la pena, la persona tiene derecho a aspirar a una de las salidas previstas, que puede ser para objetivos socio familiares, laborales, por estudios y la libertad condicional o libertad asistida. Esas salidas aparecen como posibilidad recién cuando se ha cumplido como mínimo la mitad de la condena, nunca antes”, indicó, antes de mencionar “otras condiciones vinculadas con la disciplina y la predisposición y confianza que genere la persona privada de la libertad”.
“Son regímenes de confianza y no son para todos, sino para aquellos que han pasado el período de prueba dentro del sistema penitenciario”, remarcó el magistrado, hoy en foco por haber dejado en libertad hace nueve meses, en julio del año pasado, a Sebastián Wagner, principal sospechoso por la desaparición de Micaela García.
Una recomendación negativa fue la que los equipos de la Unidad Penal Número 9 de Gualeguaychú dictaminaron contra Wagner, no obstante lo cual el magistrado decidió concederle el beneficio.
“Ninguna de las opiniones que intervienen en esos informes es vinculante con mi decisión. Son estudios que me dan orientación para una mejor decisión. Está claro que si me aparto lo debo fundamentar en el mismo rango de rigurosidad. Incluso, algunas de las partes puede recurrir mi decisión. Ejemplo: recibo todos los informes y adhiero a la perspectiva de dar un permiso de salida transitoria, pero el fiscal puede apelar en queja para que Casación revise mi decisión. Lo mismo el interno, que puede recurrir en queja si le niego esa salida”, graficó.
El jefe de Policía no descartó ayer que Wagner haya contado con un cómplice para llevar a cabo el ataque, o bien para deshacerse de la chica. Asimismo, indicó que hoy desde las 8 se reiniciará la búsqueda de la joven.
Micaela García, oriunda de Concepción del Uruguay, fue vista por última vez en la madrugada del sábado pasado en la discoteca King, en la zona céntrica de Gualeguay. Fuentes de la investigación señalaron que con las cámaras de seguridad se determinó que salió del local a las 5.23, vestida con un short animal print, una musculosa blanca y sandalias.