Están con los docentes y los sindicatos, consideran que Macri tiene que ceder y están preocupados por los salarios y la pérdida de empleo. La base de esas posturas está claramente en la economía. Dese hace meses, siete de cada diez personas afirman que la situación es mala o muy mala y se percibe un gobierno que no da respuestas. Reconocen que el gobierno “no ve la realidad”, y lo notable es que en ese porcentaje entran, por supuesto, los que se consideran opositores, pero también un 80 por ciento de los que se declaran independientes y hasta un 30 por ciento de los que se definen como oficialistas. En paralelo, también hay respaldo a las medidas de fuerza de los docentes. Un 66 por ciento piensa que el reclamo de los maestros es justo y también seis de cada diez personas piensan que el gobierno debe aflojar. Esto último entra en la lógica de la mayoría porque hoy la principal preocupación pasó a ser el salario, o mejor dicho, la pérdida de poder adquisitivo. Globalmente, los datos siguen mostrando a un gobierno con serias dificultades, que encima tiene que afrontar un test electoral dentro de unos meses.
Las conclusiones surgen de una amplia encuesta nacional realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1200 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico social. Las entrevistas fueron telefónicas y también se respetaron las proporciones por ciudades grandes y chicas y la distribución entre el interior, el Gran Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires.
Esa encuesta fue consignada este domingo por el diario Página 12. “La economía, otra vez la maldita economía, se ha instalado en el centro de la escena y la percepción que los argentinos poseen acerca de su marcha remata en un inexorable mal humor social –afirma Bacman–. Pero hay una diferencia con respecto a los meses anteriores: el principal componente de esta preocupación dejó de ser la inflación y se corrió al concepto del nivel de los salarios. Dicho de otro modo, es una forma concreta de expresar la sensación de que los ingresos no alcanzan para llegar a fin de mes. Obviamente, un tema que impacta en mayor medida a los asalariados, a los trabajadores independientes de bajos ingresos y a los más jóvenes. Si se hila más fino y al mencionado nivel de los salarios se le suman las percepciones de alta inflación, marcha de la economía y el temor a la desocupación, el valor de preocupación por la economía trepa hasta ubicarse en más de un 68 por ciento”, dice la nota del rotativo.
“En un año que al oficialismo se le presenta complicado –diagnostica el titular del CEOP–, donde debe afrontar una elección de renovación parlamentaria de medio término, con fuertes componentes plebiscitarios, seis de cada diez argentinos coinciden con el planteo que Mirtha Legrand le hizo al presidente en su clásico programa, que no están siendo conscientes de la realidad. ¿A que remite el término realidad? Indudablemente a la economía”, añade Página 12 en la nota firmada por el colega Raúl Kollmann, que pasamos a reproducir en su párrafos más significativos.
Este último desconocimiento de lo que realmente pasa se asimila en la mayoría a un concepto del que la administración Macri no se puede desprender: que es un gobierno orientado hacia la gente acomodada, un Ejecutivo de CEOS, que no vive de cerca ni las dificultades salariales ni el descomunal aumento en las tarifas.
Bacman sostiene que “en este marco, no debe extrañar a nadie que cuando se les pregunta a los entrevistados acerca de su opinión relacionada con el paro nacional convocado por la CGT para el próximo jueves 6 de abril, obtenga un significativo nivel de adhesión. La gente no sólo está de acuerdo (seis de cada diez), sino que incluso lo justifica (exactamente 54 por ciento). Como es lógico suponer, los que adhieren en mayor medida son los opositores y los trabajadores (pertenecientes al nivel bajo). Impacta también, que en consonancia con lo ya expresado, casi seis de cada diez independientes señalen su acuerdo con este paro convocado por la central obrera”.
“Y hablando de paros –redondea Bacman–, esta encuesta también incluyó la evaluación del largo conflicto que mantienen los docentes; conflicto que, en definitiva, está por cumplir un mes. Mucho se ha hablado al respecto, demasiado se ha especulado, incluyendo la existencia de un posible efecto cansancio con este paro. Sin embargo, a la luz de estos resultados no parece ser tan así: el 66 por ciento de los argentinos sigue afirmando la justicia del reclamo. Prácticamente el mismo valor que obtenía en el trabajo de campo llevado a cabo el mes pasado. Es cierto que la realidad cotidiana de mucha gente se hace cada día más compleja cuando paran los docentes, pero es cierto también que la gente comprende su postura, que no es solo por un salario digno, sino que también incluye una acérrima defensa de la escuela pública. En definitiva los argentinos esperan que sea el gobierno quien ponga punto final a este conflicto: así lo afirma el 58,2 por ciento de los entrevistados. La ecuación es sencilla y contundente: si el reclamo es justo, son los gobernantes los que tienen que ceder”.
Algunos comentaristas vienen insistiendo con que el conflicto docente fortaleció a María Eugenia Vidal. No es lo que concluye Bacman quien registra una caída de la imagen de la gobernadora bonaerense de trece puntos en los últimos seis meses. No se puede descartar que esa pérdida tenga que ver con la situación económica, pero Bacman sostiene que la huelga de maestros la perjudica. “La actual gobernadora bonaerense sigue siendo la dirigente argentina con mejor imagen positiva de nuestro país. Sin embargo en la actualidad redondea un 47,2 por ciento de popularidad, algo más de trece puntos de pérdida en relación al 60,8 por ciento que obtenía en octubre del año pasado. ¿Existe una relación directa entre la caída de su imagen y el conflicto docente? Es muy difícil establecerlo con absoluta certeza. En ciencias sociales frente a un fenómeno generalmente se detecta una multicausalidad de factores. Y este es un factor más, que -obviamente- no comenzó en el mes de noviembre. Sin lugar a dudas el contexto social y económico que en la actualidad el gobierno debe enfrentar y resolver, no sólo afectó la popularidad del Presidente, también ha comenzado a influir en la imagen de la Gobernadora. Para el oficialismo son tiempos difíciles y también llegó el momento de pensar en no descuidar a la joya de la corona. Hasta ella corre riesgos”, concluye el titular del CEOP.