Un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas señala que los beneficiarios de la devaluación fueron las grandes empresas que privilegiaron la lógica financiera de valorización por sobre la productiva. En el último año, facturaron un 19% más que el Producto Bruto Interno corriente.
Mientras el neoliberalismo macrista destruye pymes, comercios y cientos de miles de empleos, genera precariedad laboral y empuja a millones de argentinos a la pobreza más extrema, la riqueza del país se concentra rápidamente en un puñado de grandes empresas, entre ellas la de la propia familia presidencial y las ligadas al gobierno como la de Nicolás Caputo y el Grupo Clarín.
En un reciente informe, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) sostiene que las 54 empresas que componen la cúpula económica que cotiza en la Bolsa de Valores incrementaron su facturación por encima del PBI corriente. Mientras éste creció en un 34,8% anual durante los primeros nueve meses, las grandes firmas lo hicieron en un 53,4%.
“Por un lado, los datos confirman que las ganancias extraordinarias de las empresas más grandes –en especial las productivas- se explican principalmente por la valorización financiera de sus excedentes económicos, que han sido multiplicados gracias a la devaluación. Este fenómeno aporta elementos para verificar una tendencia creciente hacia la financiarización económica por parte del capital concentrado”, afirmó Ana Rameri, coautora de la investigación del IPyPP.
El documento pone en evidencia el impacto inmediato de la devaluación en la cúpula empresaria argentina a partir de la presentación de sus balances contables, y destaca el caso de la estatal YPF y Pan American Energy, líderes del oligopolio petrolero, que concentraron más del 90% de la acumulación positiva de las diferencias de cambios entre las firmas productivas.
Según el informe consignado por la agencia de la CTA Autónoma, creció exponencialmente el rubro “diferencia de cambio”, que es el resultado del cambio en la cotización de las divisas extranjeras (el dólar como expresión más común) por efecto de la devaluación. Este impacto es mayor en la medida en que más activos financieros dolarizados presenten las firmas. Se trata de un concepto que mide el impacto en moneda local de los efectos de modificar el tipo de cambio. Este rubro tuvo un crecimiento exponencial del 945,9% anual.
De este modo, las diferencias de cambio pegaron un salto en los balances de las firmas. Representaban apenas el 10% de las ganancias netas en el primer trimestre del 2015 y llegaron a alcanzar el 120% en el primer trimestre de 2016.
El estudio también advierte que la devaluación afectó de manera heterogénea al conjunto de la economía. Si bien en el primer trimestre del 2016 las ganancias netas del conjunto de las firmas cayeron un 14,5% respecto de 2015, hacia el interior de los sectores se redujeron un 46% en las firmas productivas, pero se incrementaron en las financieras en un 36%.
“Se podría hacer otra valoración política, asociada a que el comportamiento rentístico verificado de las empresas está muy alejado de poder concretar la lluvia de inversiones pregonada por Mauricio Macri. A pesar del proceso de transferencia regresiva del ingreso llevado a cabo por diversas vías con el objetivo de promover la inversión productiva (devaluación, quita de retenciones, tarifazo, etc.), muy por el contrario éstas facilitaron la acumulación de capital en nichos financieros”, sostuvo Rameri.
En este sentido, la investigadora detalló que “si bien las empresas financieras presentaron un importante incremento del 374%, las productivas son las que tienen el salto exponencial: en ellas este rubro crece al 1226%”.