Porque es duro eso de saber que cada gol que se grita, cada emoción por victoria o derrota es como la banderita del taxi pero por millones para una banda organizada, aunque atravesada por internas y peleas, que hace del fútbol, de todo aquello que contenga multitud, un excelente negocio para muy pocos. Por ejemplo, aquí esa mafia le entrega la pelota a las corporaciones Fox y Turner, con el Grupo Clarín entre los beneficiados; y como será de cerrada la trama de complicidades que un ex recolector de basuras que trabajaba para Manliba/Macri, que luego entró en el clan de los Camioneros/Moyano – ¡sí con la banca de los pesos pesados de la CGT dirigida en general por millonariosc- ahora estaría por encabezar la AFA: “el Chiqui” Tapia. Que el ex mejor jugador y actual patético incontinente Diego Armando Maradona apoya a Daniel Angelici, calificado como de avería hasta por las aliadas de Macri – Carrio dice– y siendo que el titular de Boca, que hizo público el arreglo de árbitros y partidos como si nada hasta había sonado cono jefe de la AFI o ex SIDE, la que quedó al fin en manos de otro sujeto de calaña parecida, de contactos con las bandas rusas y los grupos de coimeadores brasileños, Gustavo Arribas. Y a no olvidarse que el propio presidente Mauricio Macri utilizó las redes mafiosas del fútbol – ex presidente de Boca – para saltar primero a la intendencia de Buenos Aires y luego a la Rosada; pobre, ya convertida en un aguantadero, al que no sería extraño que aspire el capo de la TV basura, un tal Marcelo Tinelli, quien puso al frente de San Lorenzo a uno que se dice progre y kirchnerista; si hasta por ahí suena una posible candidatura suya por el FpV en la Ciudad de Buenos Aires. Entonces: ¡Abra Cadabra, que la sociedad se joda y lo mire por TV, pero paga!
Por Carlos López / Daniel Angelici, el hombre protegido de Macri, logró un nuevo paso para quedarse con el fútbol argentino luego de que la televisación sea entregada a las empresas norteamericanas para volver a privatizarlo. Correr al Estado del fútbol era el principal objetivo de los conductores de la AFA para volver a controlar los negociados para unos pocos. Moyano y Tapia, responsables junto a otros dirigentes de la crisis actual en el fútbol, completan la lista de los «pesos pesados» que quieren adueñarse de la sede de Viamonte. Un futuro oscuro para los clubes y los amantes del deporte más popular del país.
Mauricio Macri había prometido que el Fútbol para Todos iba a tener continuidad en su gobierno “pero sin política”. Aprovechando la profunda crisis de la Comisión Normalizadora que regía en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la promesa se esfumó rápidamente el año pasado y este año los argentinos deberán pagar un plus para acceder a la programación de los partidos del fútbol argentino.
Es que esta semana la AFA confirmó la adjudicación para las empresas FSLA Holding L.L.C. (cadena Fox) y Turner Broadcasting System Latin America INC. de los derechos de la televisación del deporte por excelencia en el país durante los próximos cinco años, a cambio de 3.200 millones de pesos anuales más una garantía inicial de 1.200 millones, luego de superar las propuestas por encima de las productoras estadounidense ESPN y la española MediaPro.
Las cadenas norteamericanas desembarcarán con todas sus fuerzas en el país y privarán del fútbol a millones de argentinos. Como todo negocio oscuro de dirigentes y empresarios, se estima que los usuarios actuales de televisión paga desde agosto deberán sumar 300 pesos más para contar con el servicio, o se podrán abonar 600 pesos desde 2018 para ver sólo los partidos de Primera División (algo así como el Netflix del fútbol). Un concepto de distribución liberal al extremo donde el que más tiene más puede observar, y el que menos tiene volverá a escuchar la radio o a mirar las tribunas mientras los periodistas deportivos de las señales privadas comenten lo que ellos sí pueden ver.
El negocio de la pelota no sólo salpica al gobierno macrista, sino que además desde la AFA orquestaron un plan para que el fútbol inevitablemente sea de Fox y Turner. La razón es y será siempre la misma: Que los mismos poderosos que lucraron con el fútbol durante la longeva presidencia en AFA de Julio Grondona -principalmente en la década del 90 y hasta 2009-, vuelvan a tener los derechos de decidir cuánto cuesta seguir a un equipo por televisión.
El fútbol argentino viene mostrando señales de corrupción con los arreglo de partidos y levantamiento de sanciones a jugadores como los que se dieron a conocer del presidente de Boca, Daniel Angelici. Pero si algo faltaba para contentar a la mafia de dirigentes que dirigen la orquesta de la sede de Viamonte, era la presencia de Cambiemos en el Estado. Macri no sólo bregó por la privatización de la televisación del fútbol sino que además se encarga de proteger a Angelici, su socio más importante para operar en la Justicia y en las cuestiones más políticas del fútbol.
Angelici quiere quedarse con todo, por eso acompaña como vicepresidente primero la lista del presidente de Barracas Central, Claudio “Chiqui” Tapia, en su candidatura para las elecciones del próximo 29 de marzo en la AFA. El combo explosivo de la corrupción lo completa Hugo Moyano como vicepresidente segundo.
“El Tano” tuvo de donde aprender a negociar. Durante la presidencia de Macri en Boca, cuna de Cambiemos, los títulos internacionales que conseguía el equipo argentino taparon una serie de negociaciones dirigidas por Gustavo Arribas, hoy jefe de la AFI, para evadir el pago de impuestos a través de clubes pantalla. Ahora, con la gestión de Cambiemos y la incorporación del sector privado de lleno en los asuntos de la redonda, los oscuros negocios de hombres del fútbol y políticos, que llevaron a la condena pública a la FIFA a nivel mundial, podrá ser más posible que nunca en la Argentina. Por esa razón Fútbol para Todos era una piedra en el zapato para el presidente.
Como si fuera un viejo recuerdo vuelto presente, el Grupo Clarín vuelve a ser beneficiado por la movida de capitales norteamericanos. Los amigos del presidente le entregaron en bandeja el fútbol a Turner, empresa que pertenece a t&t, que a su vez es dueña de DirecTV, que maneja a Torneos, nada menos que una de las principales empresas socias de Clarín, grupo portador del mayor cableado para cobertura de televisión paga en el país con Cablevisión.
Macri y compañía tienen el camino libre para volver a sus negociados como en las mejores épocas, que paradójicamente fueron las peores para la gran mayoría de los argentinos en términos económicos. Angelici es resistido incluso hasta por una gran porción de los socios de Boca, sin embargo, la protección de Macri y las alianzas en la AFA, y que se extienden incluso a la Conmebol, harán muy fácil el andar para el operador presidencial en la Justicia y en el fútbol.
En noviembre del año pasado Página/12 publicaba un artículo titulado “¿Quién lo para a Angelici?”, basado en un libro sobre su vida y que anticipaba este momento actual. “El presidente de Boca influye en el fútbol, y coloca jueces y espías. Dirigente de fútbol, operador político, abogado y escudero privilegiado del presidente de la Nación”, alertaba el texto publicado por Gustavo Veiga. “El Tano” fue siempre apuntado por pinchar los teléfonos en las oficinas de Boca junto al ex comisario Jorge “Fino” Palacios, quien ocupaba la gerencia de Seguridad del club durante el tercer mandato de Macri.
Esa misma mafia que se recicla, que sigue devorando sectores de poder, es la que hoy está al mando del fútbol argentino. Es la que hoy aceptó una oferta millonaria que generará muchos más millones de ganancia para las empresas norteamericanas. Millones que ni los hinchas, ni los clubes, ni el Estado, ni nada que porte la bandera argentina van a poder aprovechar. ¿Acaso los 3.200 millones anuales son las inversiones que tanto prometió Macri para el segundo semestre?
Lo cierto es que el fútbol argentino se desmorona cada vez más, los clubes tuvieron que prolongar la pretemporada de este año por deudas y muchos jugadores tanto de Primera División como de la B Nacional aún siguen sin cobrar desde noviembre del año pasado. Pero para Macri y sus amigos de la mafia futbolera, los millones están llegando. Obviamente, jamás se sabrá para quién, ni para dónde, ni para qué utilidad.