El principal vocero del macrismo le sigue mintiendo descaradamente a los argentinos y ahora busca convencer a su círculo rojo de CEOs que no abandonen el barco. Es que el gobierno tiene todo en contra: En poco más de un año, Macri logró 1,5 millones de pobres más en la Argentina, subiendo el índice a un 32,9%. Para colmo, los profetas de la “Pobreza Cero” no logran controlar una inflación que según el INDEC en febrero pasado fue del 2,5%, el doble que en enero y la más alta desde septiembre del año pasado. Cambiemos se hunde, el país también.
Por Carlos López / El gobierno de Mauricio Macri se enfrenta a un laberinto económico sin salida. Mientras que los funcionarios de la alegría anuncian un año a puro crecimiento sostenido, los principales índices macroeconómicos y sociales anuncian una profundización de la recesión y un futuro muy preocupante para la gran mayoría de los argentinos.
Esta semana se dio a conocer la carta abierta titulada “Bases firmes para la economía argentina” que el jefe de gabinete, Marcos Peña, le envió a su círculo rojo en una acción de comunicación desesperada para excusar un escenario económico ya insostenible. En el escrito desde la Jefatura de Gabinete aseguran que recibieron “en diciembre de 2015 una economía estancada y distorsionada” y prometen que “este año la economía volverá a crecer, con cada vez menos inflación, más productividad y menos pobreza”. Una frase de puño y letra de Peña.
Siguiendo el presagio del jefe de Gabinete, no sólo la economía transcurrido el tercer mes del año no crece, sino que además la inflación volvió a picar en punta; la pobreza aumenta a niveles escandalosos; y la productividad en descenso por falta de políticas que respalden a las empresas pone en riesgo a Pymes, además de las firmas que se aprovechan del escenario desfavorable para despedir empleados, como lo hace SanCor preparando el terreno para una posible venta a la corporación francesa Lactalis.
Es que no hay nada en este momento que no desmienta mejor a Peña que los propios números. Según la UCA, en la Argentina hay “1,5 millones de nuevos pobres”, que se suman al total de “cerca de 13 millones de personas que viven por debajo de la línea de pobreza”. Más que nunca queda expuesto que el slogan de campaña “Pobreza Cero” no era más que una pieza de marketing aplicada a la política para prometer lo que nunca será posible con un gobierno que aplica políticas neoliberales y fascistas.
El informe que realiza el Observatorio de la UCA remarca además que “el impacto de la devaluación, la medidas anti-inflacionarias, el contexto internacional adverso y el rezago de la inversión pública y privada habrían generado un escenario crítico, aún más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo de amplios sectores sociales”, lo que además de aumentar la pobreza, ubicó a unas “600.000 personas en situación de indigencia”, índice que subió del 6,3 al 6,9%.
Sin embargo, Peña no perdió tiempo y este mismo jueves fue recibido por los periodistas Julio Blanck y Eduardo van der Kooy, en el programa Código Político de TN, donde no tuvo más alternativa que confirmar los índices de pobreza pero advirtió que “las próximas mediciones van a ir mejorando porque está bajando la inflación, porque se están generando puestos de trabajo». Con esa impunidad se refirió a la inflación que hasta para el propio INDEC sigue subiendo y los mismos empleos que se pierden día a día tanto en los sectores público y privado.
Retomando la carta del hombre de Macri, desde Cambiemos piden “paciencia” y prometen que la economía argentina este año “estará lista para despegar definitivamente”. Además, en las 11 páginas que el jefe de ministros le dedica a su círculo, recuerda las “profundas crisis que habían hecho pedazos el salario real de los trabajadores” en los últimos 50 años de la historia argentina, como si el presente se tratase de una historia muy distinta y obviando no sólo la pérdida del salario real y la caída del consumo, sino también la propia ola de despidos que protagonizó el gobierno del cual forma parte.
Para Peña, Macri tomó el país con dos desafíos centrales: “1) liberar la economía de las trabas que frenaban su crecimiento; y 2) diseñar un plan de desarrollo que no necesite salarios bajos, sino que tomara el nivel de entonces como un piso sobre el cual empezar a generar empleo”. Insólitamente, Peña considera que Cambiemos generó más puestos de trabajo, cuando en realidad los distintos gremios más fuertes del país se desayunan cada semana con nuevos despidos tanto en el sector público como en el privado, políticas que Peña define como de “reordenamiento”. Incluso, se anima hasta a pronunciar que “entidades privadas” confirman que el sector privado logró una “creación de empleo acumulada entre agosto y noviembre a totalizar 62.100 nuevos puestos de trabajo”.
En otro apartado central la carta abierta de Peña insiste en que “la inflación en diciembre bajó al 1,2% mensual” y proyectó para este año –y los próximos– una “desaceleración de la inflación que a su vez ayudará a mantener la recuperación de los salarios reales”. Poco tiempo le duraron tales estadísticas al gobierno, puesto que este jueves pasado el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dio a conocer que la inflación de febrero pasado escaló al 2,5%, duplicando a la de enero y siendo la más alta en ocho meses. Peña mintió de la mano de las estadísticas privadas, otra vez.
La fuerte suba de la inflación en el mes pasado fue producto de las políticas de Macri que pronunciaron precios disparados en rubros como alimentos y bebidas, educación, y vivienda y servicios. Hasta el propio presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, se corrió del insólito relato macrista y advirtió antes de conocerse los índices de la inflación que hasta marzo este 2017 iba a atravesar «tres meses difíciles en términos de inflación».
Sumado a la reducción del consumo generado por los aumentos y el fuerte ajuste como política central de Macri, el gobierno también tuvo que reconocer esta semana que el plan Precios Transparentes fue un rotundo fracaso para fomentar la compra de bienes y servicios. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, fue el designado para aceptar el desacierto del gobierno y reconocer la caída de las ventas minoristas, tal como lo confirmó la Confederación de la Mediana Empresa (CAME), con una reducción del 4,1% en las ventas.
Pero el ministro justificó estos índices en el programa radial de Jorge Lanata aludiendo que «es como un tema psicológico”. Más bien, parece ser un tema de decisiones políticas orientadas a que los ricos sean cada vez más ricos, y los pobres tengan cada vez menos oportunidades de dejar de serlo. La lógica neoliberal que aplica Macri reza que un consumo a paso lento provocaría una caída de la inflación, producto del estancamiento de la economía que alimentan las ventas minoristas. Pero en el comienzo del segundo año -el tercer semestre para seguir la lógica macrista- de Cambiemos al poder, ni siquiera esto funciona. El consumo se derrumba y ahora la inflación vuelve a figurar como un indicador alarmante.
Peña cierra su carta abierta declarando que “preferimos años de crecimiento moderado pero bien repartido”, como si alguien más que los ricos ganaran en este presente. Ante estas falsas promesas del gobierno, la gran mayoría del pueblo argentino más que esperar un crecimiento sostenido, mira el reloj del tiempo que le queda al gobierno con las riendas del país, que como refleja este poco más de año de gestión, serán tiempos de miserias y hambre.