La corporación de origen francés factura 17.000 millones de euros al año. Tiene 75.000 empleados, 220 fábricas en 43 países y maneja marcas de renombre internacional como Parmalat, Président, Galbani, Lactel, La Laitiere, Bridel y Celia, entre otras. La industria francesa hizo contacto con SanCor recientemente vía emisarios que operan para ella. «Eso fue hace dos meses», precisó una fuente al tanto de esta tratativa, que agregó cuál fue el mensaje: «Se demostró el interés por la empresa. La idea sería comprarla». ¡Oh casualidad!, la emblemática láctea argentina cae en crisis, con despidos de personal. Así es la vida en el mundo del neoliberalismo salvaje con el sello lumpen del gobierno de Cambiemos. En tanto, en San Carlos, La Plata, cerca de noventa trabajadores toman de forma pacífica la distribuidora que abastece de productos SanCor a la región.
Según informa el diario La Nación este viernes, los directivos de SanCor no respondieron aún a la propuesta francesa, pero quedó abierto un canal de diálogo que, trascendió, otra vez se reactivó como una de las alternativas de la firma “para afrontar su crisis actual”.
El año pasado, en medio de una situación financiera acuciante, la cooperativa le pasó al grupo local Vicentin el 90% del negocio de yogures, flanes y postres a cambio de 100 millones de dólares. En ese momento, Vicentin además propuso hacerse cargo de 500 de los 4.700 empleados de la cooperativa. Pese a ceder esa unidad de negocios, SanCor igual cerró su último ejercicio con una pérdida de 2421,4 millones de pesos.
Si bien por ser cooperativa la empresa no se puede vender, la alternativa sería crear una sociedad anónima. En 2006, el grupo Adecoagro ofreció 120 millones de dólares para quedarse con el 62,5% de una sociedad anónima que iba a constituir SanCor reemplazando la figura de la cooperativa. Sin embargo, como en ese momento el magnate George Soros tenía una participación importante en Adecoagro, el gobierno de Néstor Kirchner bloqueó la operación y facilitó a SanCor la toma de un crédito de Venezuela por 80 millones de dólares. Ese préstamo fue cancelando con leche en polvo.
La transformación de una la cooperativa en SA – la gran jugada a la que aspira siempre el capital concentrado – había abortado temporalmente pero una serie de posteriores operaciones comerciales quedaron impagas por parte de Venezuela, con una deuda que ascendería a los 60 millones de dólares.
Más allá de esa operación, SanCor hizo otros negocios que Venezuela dejó impagos. Según el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, la factura impaga a la cooperativa ronda los $ 1000 millones o unos 60 millones de dólares.
“Ayer, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, y el de Trabajo, Jorge Triaca, con funcionarios del ministerio de la Producción, recibió a los directivos de SanCor y al gremio Atilra. El Gobierno expreso la voluntad de ayudar a SanCor si presenta un plan de saneamiento definitivo, según trascendió. En rigor, el gobierno ya le refinanció 250 millones de pesos y le dio el año pasado otro crédito por 250 millones”, consignó hoy La Nación. Por supuesto, para Mauricio Macri y sus ministros “saneamiento definitivo” significa despidos de trabajadores.
La crisis que atraviesa la cooperativa láctea SanCor llegó también a La Plata. En San Carlos, cerca de noventa trabajadores toman de forma pacífica la distribuidora que abastece de estos productos a la región, sostuvo este mismo viernes el diario Contexto, de La Plata.
El desplome del mercado interno y las exportaciones generaron que este año se registre la mayor caída del sector lácteo desde 1970. En ese contexto, la empresa láctea SanCor Cooperativas Unidas paralizó cuatro de sus plantas ubicadas en las localidades santafesinas de Brinkman, Charlone, Moldes y Centeno, y ya suspendió a quinientos trabajadores. Pero el recorte impactó también en La Plata, donde la distribuidora Lactosur –que distribuye los productos de la firma lechera– se encuentra tomada por sus trabajadores, que se declararon en alerta por la falta de salarios adeudados en los últimos cuatro meses.
La toma de la planta de Lactosur incluye el cese total de actividades, por lo que no entran ni salen mercaderías, lo que podría desencadenar en el desabastecimiento de productos SanCor en la capital bonaerense. Mientras, la empresa se encuentra en medio de una crisis comercial que llevó a la firma a pedir auxilio al Gobierno nacional. Pero Mauricio Macri, lejos de brindar apoyo, cuestionó que en las paritarias sus trabajadores obtuvieran un aumento del 40%.
“Es una distribuidora que abastece con productos de SanCor a toda la zona. Vienen los productos acá y de acá salen a toda la zona”, explicó a Contexto Flavio Pellegrino, del Sindicato de Choferes de Camiones.
Lactosur tiene al menos treinta trabajadores que se encargan del armado de los pedidos y sesenta transportistas que hacen la distribución. Pero la crisis de SanCor y los pagos adeudados están complicando el funcionamiento normal de la planta.
“La mercadería hoy no está saliendo. Al no ingresar mercadería porque las plantas están paradas, no salen camiones de las fábricas y no llega acá. Lo que había para distribuir eran los productos de ayer”, sostuvo Pellegrino.
En ese sentido, Juan Romero, delegado de la distribuidora, explicó que “es todo una cadena: al no tener productos adentro no hay preparación ni distribución”.
Los trabajadores de Lactosur se mantendrán en la toma de forma pacífica hasta obtener respuestas favorables y que les paguen los salarios adeudados, mientras SanCor avanza con su plan de reestructuración en medio de una crisis que mantiene en peligro más puestos de trabajo.
Según un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda, quienes accedieron a los documentos contables de la empresa, la crisis de SanCor se debe a la caída en la producción de leche fresca sumada a un contexto recesivo local, lo que multiplicó sus pérdidas netas más de cinco veces entre 2015 y 2016.
“Con ausencias de políticas públicas de parte del Estado nacional para ayudar al sector en general y a la empresa en particular, peligran no sólo una de las empresas nacionales más importantes de producción láctea y derivados, sino que también lo hacen cerca de 4.000 puestos de trabajos directos y el doble de indirectos”, agrega el Observatorio.
Parte de los puestos laborales en riesgo están en la distribuidora Lactosur, por lo que los trabajadores tomaron la planta y se declararon en alerta por esta situación y por los salarios adeudados que alcanzan a los cuatro meses.