Por Carlos López / El ex columnista de TN ahora se pasea por los pasillos del canal dando entrevistas en las que promete la “reducción de la pobreza” y desmiente la inflación. El nuevo fetiche de Macri defiende sin cesar las políticas de recortes de Cambiemos, y propone insólitamente importar más y frenar la producción nacional como supuesta salida a una economía que cada día se enfría un poco más. Y los trabajadores que no estén de acuerdo, recibirán lo mismo que en la última dictadura cívico-militar: la acción sin control de las fuerzas represivas estatales.
Cuando Mauricio Macri estaba en su búsqueda desesperada por atraer inversiones extranjeras, y que terminó siendo un viaje a España poco prometedor y con repudios de diferentes sectores políticos, en la Argentina los patrones del ajuste siguieron castigando a las clases trabajadoras.
El flamante ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, esta semana pasada se dio el gusto de asegurar que «ningún gobierno ayudó tanto a los jubilados como el nuestro», olvidando además que el propio gobierno intentó hace tan sólo una semana recortar por decreto del presidente el aumento a los jubilados. Sin dudas el ministro genera un discurso falso porque no le encuentra el rumbo a una economía que arrojó un balance con una caída de 2,3% en 2016, según datos oficiales del Indec.
Más que la economía, lo único que no deja de sorprender a los argentinos es el caudal de mentiras que escupen los funcionarios de Cambiemos. Dujovne, entrevistado en TN, lugar que supo ser su refugio para defender al gobierno hasta poco antes de asumir, se atrevió hasta a prometer un buen año económico y aseguró que la pobreza va a disminuir porque los salarios no paran de subir.
Quizá el ministro confundió el término salario con inflación. Es que los docentes, ya anunciaron un paro de dos días para el mes próximo. Si las clases no comienzan, mucho tiene que ver el alto costo de vida que atraviesan los argentinos y que poco se corresponde con los aumentos planteados por el gobierno en las paritarias. En el caso de los docentes de la provincia de Buenos Aires y Capital Federal, la gestión de Cambiemos se sentó a la mesa con la irrisoria cifra del 18%.
Tampoco nadie le pregunto a Dujovne en la entrevista que será de los cientos de trabajadores que estas últimas dos semanas perdieron sus puestos laborales por el cese de actividades en distintas plantas de producción del país. Justo en la semana en la que se confirmó la apertura total de importaciones en productos informáticos, Banghó cerró sus puertas dejando en la calle a 450 personas. No sólo porque para las multinacionales empieza a ser más rentable importar productos de países como China y Brasil, sino que además se profundiza el sueño macrista de tener una tienda de iPhone a costa de la caída del empleo. A esto también se le sumaron las suspensiones de 600 personas en Volkswagen, acción que fue custodiada en Tigre por efectivos de Gendarmería, la Policía Bonaerense y el Centro de Operaciones de Tigre, y los 180 despidos en Atanor, una importante compañía química.
Las empresas muestran el mismo modus operandi que desplegó el gobierno durante los primeros seis meses de gestión, para dejar sin trabajo a miles de estatales. El caso más significativo en este sentido se dio en Atanor, empresa que notificó a sus trabajadores de los despidos con un cartel en la puerta de las instalaciones, con el justificativo de concentrar su producción en otras ciudades. Criterio muy similar es el que utilizó el gobierno para «limpiar» los ministerios, informando a los trabajadores en la puerta de los edificios públicos, para unos meses más tarde permitir el ingreso de la militancia PRO a la administración nacional, como fue el caso de la subsecretaría nacional de Juventud que conduce Peter Robledo.
A todo esto, para Dujovne «este mismo año ya se va a notar una reducción en los niveles de pobreza». La gran pregunta que se hace la mayoría de los argentinos es, ¿cómo es posible que la pobreza, algo prometido por Cambiemos incluso desde la campaña electoral, se reduzca con despidos masivos en el sector privado y estatal, reducción de los gastos públicos, pérdidas salariales en las negociaciones salariales con respecto a la inflación y una política de comercio exterior que pretende abrir las importaciones poniendo en riesgo la actividad de las Pymes?
La respuesta no es visible hoy, pero tiene un posible final que ya se ha transitado en la historia de la Argentina. Las políticas neoliberales de Mauricio Macri profundizan cada vez más una recesión económica que el propio ministro de Hacienda desconoce y niega. Este viernes pasado en una entrevista en Radio Mitre, Dujovne aseguró que “el tipo de cambio que tenemos es mucho más competitivo que el que recibió este gobierno”, y al mismo tiempo minimizó la importancia de la inflación, buscando justificar el bochornoso plan de Precios Claros que implementó el gobierno.
Pero por más que el reemplazante de Alfonso Prat-Gay se mostraba muy transparente al ser entrevistado, su pasado como empresario y funcionario público expone a la luz el porqué de su designación al frente de la cartera económica. Dujovne fue nada menos que director de Papel Prensa, empresa estratégica tomada por el Grupo Clarín para dominar el mapa de los medios de comunicación a partir de la última dictadura cívico-militar. Además, pasó por el canal del mismo grupo TN y fue columnista de La Nación. Durante sus participaciones en los medios llegó a proponer la eliminación de puestos de trabajo porque “sobran un millón de trabajadores del Estado”.
Dujovne es parte de la misma CEOcracia que concentra Cambiemos. Antes de llegar a la función pública, pasó por varios bancos del sector privado como Galicia y Citibank, y ya en el sector público fue jefe de asesores del viceministro de economía Pablo Guidotti, durante el gobierno de Carlos Menem. Quizá desde ese entonces es que tomó las políticas neoliberales que busca profundizar en la era macrista.
El ministro de Hacienda es hoy es el hombre al que apuesta Macri para continuar el “trabajo sucio” que empezó Prat-Gay en la economía argentina que afecta a las mayorías. Esta semana el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, alertó que “en febrero estamos observando un repunte en la evolución de los precios, fundamentalmente en el nivel general, primordialmente motorizado por los precios regulados, respecto del valor observado en enero”, durante un almuerzo organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) en el Hotel Sheraton Buenos Aires. Rápidamente Dujovne salió al cruce de que en realidad la suba en la inflación será «algo transitorio», y luego ponderó la tarea de Sturzenegger, intentando tapar una recesión y crisis económica ya inevitable para el gobierno.
Y en España ya celebran el triunfo de la destrucción nacional de la derecha. Macri fue premiado ayer con el «Premio Foro Nueva Economía al desarrollo económico y la cohesión social». El presidente se atrevió a decir que el país emprendió «un cambio copernicano» en materia económica, y pidió “ayuda” con las inversiones. Como dijo esta semana el diputado español por Podemos, Íñigo Errejón, Macri tiene muy en claro que gobernará a expensas del pueblo argentino hasta las últimas consecuencias porque “en vez de combatir la pobreza, combate a los pobres”. Dujovne entendió esto a la perfección y ya aporta su cuota de castigo. Quizá esta es la manera en que pretenden combatir a la pobreza.