El ministro de Hacienda dijo que el Gobierno seguirá recortando el “gasto público” para cumplir con sus metas de déficit fiscal, especialmente en materia de subsidios a la energía y al transporte.
Nicolás Dujovne asumió al frente de Hacienda hace poco más de un mes y medio, junto al endeudador serial Luis Caputo (Finanzas), con tres objetivos trazados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para profundizar el modelo neoliberal de Cambiemos: avance en el ajuste fiscal, mayor reducción salarial y flexibilización laboral.
Por ahora, Dujovne anunció que el Gobierno incorporará metas trimestrales de déficit fiscal para el período 2017-2019, que requerirán más ajuste en el “gasto público” para ser cumplidas.
El funcionario detalló que buscarán bajar el déficit un punto por año para ubicarlo en 2,2% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2019. “Para ello, queremos mejorar la composición del gasto público. Por ejemplo, la Argentina gasta mucho en subsidios, que tenemos que ir eliminando, sobre todo en energía”, agregó hoy durante una conferencia de prensa en el Palacio de Hacienda.
Pero la energía no será el único blanco de la tijera de Cambiemos. El ministro también deslizó que avanzarán con un mayor recorte de los subsidios al transporte público, los que significará un nuevo golpe para la mayoría de los argentinos.
Dujovne prometió que el recorte de gastos no se traducirá en despidos: “Vamos a mantener el número de empleos en el Estado Nacional. De ninguna manera producir despidos”.
Además, como lo hizo su antecesor Alfonso Prat Gay, aseguró que todo mejorará en la segunda mitad del año. “En el segundo semestre tendremos una tasa de inflación sustantivamente más baja”, sostuvo el funcionario.
Sin embargo, luego de un año y dos meses de gestión macrista, los argentinos aprendieron al menos dos cosas: que nunca hay que confiar en las promesas de Cambiemos y que los segundos semestres son los peores.