Y cómo es más fácil que llueva de abajo hacia arriba antes que aquello suceda, una vez más queda en claro que el de Cambiemos es un gobierno de nietos de Rojas y Aramburu e hijos de Videla y genocidas, gobierno del cual son cómplices los radicales, salvo algunas excepciones y más de un peronista, o porque están estos con Macri o porque cacarean oposición mientras regalan o bien cobran “gobernabilidad”, que le dicen. El presidente de “los papelitos de Panamá” esta cada día más atrapado entre espías, negociados y defensores de la dictadura.
La defensa que el jefe de la Aduana hizo de la dictadura, del terrorismo de Estado y de los genocidas son “opiniones son a título personal, no son compartidas desde ningún punto de vista y no pueden ser tomadas como representativas del pensamiento del gobierno», se dijo desde la Secretaría de Derechos Humanos en un duro comunicado, No basta hasta que el gobierno tomo la decisión de tronar de una vez por toda a energúmenos como Gómez Centurión; pero claro es difícil porque esos energúmenos son demasiados, casi la administración Pro – Cambiemos se quedaría sin funcionarios y porque, como en este caso, así como en el del jefe de la ex SIDE ahora AFI, Gustavo Arribas ya tantos otros –entre ellos la ministra de Seguridad Patricia Bullrich; la lista sería interminable – le garantizan a Macri impunidad, tapadera para su negociados y consolidación de un aparato represivo virtualmente en manos de la CIA y la MOSSAD – para avanzar con sus políticas económicos y sociales, las que desembocaran sin duda en protestas masivas, aunque ahora, “gracias” a la conducción “gorda” de la CGT y de los acuerdos de organizaciones bendecidas por el Vaticano juegan y juegan al distraído.
Esa degradación del país a la que apuesta la derecha se expresa con claridad en que el jefe de la AFI es un oscuro hombre de los negocios cloaca – los del fútbol son paradigmáticos en ese sentido -; los jefes de las policías más poderosas del país, como los es la Bonaerense, se reparten los sobre del crimen organizado con total impunidad y basto que “muera” en la cárcel uno de los provisoriamente caídos en desgracia para que la fiesta continúe; a la vez que en tanto maniobra de complicidad el gobierno nacional y los provinciales en manos de Cambiemos se lanzan en políticas xenófobas y racistas.
Respecto de la declaraciones del jefe de la Aduana y los intentos de desmarcación esbozados por el ministro Avruj, “se trata de la primera reacción del Gobierno nacional ante la insólita provocación del ex carapintada, que no hizo más que empujar a Mauricio Macri a una nueva disputa con los organismos de derechos humanos, justo cuando parecía salir de la polémica por el feriado del 24 de marzo”, consideró este lunes La Política On Line (LPO).
“Luego de que el presidente Mauricio Macri anunciara la marcha atrás con el decreto que modificó el feriado del 24 de marzo por el rechazo de los organismos de derechos humanos, intendentes y gobernadores, el titular de la Aduana y excarapintada, Juan José Goméz Centurión, aseguró que la última dictadura cívico-militar ‘no fue un plan sistemático’ sino ‘un modelo caótico de conducción de la guerra’, dentro del cual los centros clandestinos de detención fueron ‘lugares descentralizados’.
“En ese tono, Gómez Centurión desconoció la cifra de 30 mil desaparecidos y pidió no formar a la juventud ‘con consignas’ porque ‘no es lo mismo 8 mil verdades, que 22 mil mentiras’. El titular de la Aduana, repuesto por Macri tras denuncias de corrupción, emuló los dichos del ex ministro de Cultura porteño Darío Lopérfido sobre la cantidad de desaparecidos y volvió a sostener que la cifra real de desaparecidos fue de 8 mil”, comenta este mismo lunes Página 12.