Porque tocar ese feriado nacional habla de lo que son él y su banda: nietos de la Fusiladora de Rojas y Aramburu, hijos del genocidio del ’76 de Videla y Cia. Se hacen los disimulados por los de Cambiemos son fascistas. Si la Rosada no vuelve sobre sus pasos, si el Congreso de pulveriza el decreto, pues entonces que sean cientos de miles las personas en la calle el próximo 24 de marzo y que los asuetos declarados por gobernadores e intendentes hagan sonar su escarmiento. El ministro de Cultura, Pablo Avelluto, al tope en el “cuadro de honor” de los cínico y fachos detrás de Mauricio.
La ola de rechazos a la decisión del presidente Mauricio Macri de convertir en feriados móviles fechas como el 24 de marzo o el 2 de abril sumó ayer a gobernadores e intendentes peronistas que decidieron decretar asueto para esos días en sus provincias y municipios, pero también a aliados del gobierno. El diputado radical Ricardo Alfonsín calificó como “una incomprensible banalización” el cambio por decreto del Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia votado por el Congreso en 2006. El gobernador cordobés Juan Schiaretti lo incluyó entre otros feriados que “no pueden ser cambiados” porque “son fundacionales” aunque no declaró asueto como los peronistas Mario Das Neves (Chubut) y Carlos Verna (La Pampa). Santiago Cantón, secretario de Derechos Humanos bonaerense, advirtió que Macri debió haber consultado a los organismos de derechos humanos. “Imponerlo no me parece la manera más correcta de avanzar en un diálogo positivo”, advirtió el funcionario del gobierno de María Eugenia Vidal. Así comentaba este sábado Página 12
Esta semana, con un decreto, Macri eliminó el carácter de inamovibles a los feriados del 24 de marzo y el 2 de abril y 17 y el 20 de junio. Los organismos de derechos humanos rechazaron la modificación respecto del Día de la Memoria. En un comunicado conjunto, 16 agrupaciones calificaron la medida como una “provocación” y la interpretaron como un intento de vaciar el significado de la conmemoración y de desmovilizar, debido a que todos los años en esa fecha se realiza una multitudinaria marcha. Este año además, el 24 de marzo cae un viernes y el feriado se estableció el lunes 27.
El intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, fue el primero en disponer el asueto en el Día de la Memoria para su municipio, en rebelión al decreto presidencial. A la iniciativa se sumaron los intendentes bonaerenses Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Pablo Zurro (Pehuajó), Ariel Sujarchuk (Escobar), Francisco Durañona (San Antonio de Areco), Juan Ustarroz (Mercedes), Verónica Magario (La Matanza), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Eduardo Bucca (Bolívar) Juan de Jesús (de la Costa), Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Walter Festa (Moreno), Ricardo Curutchet (Marcos Paz), Santiago Maggiotti (Navarro), Patricio Mussi (Berazategui) y Marisa Fassi (Cañuelas), de diversas corrientes del peronismo.
Lo mismo hicieron jefes comunales del interior del país como el chaqueño Jorge Capitanich (Resistencia) y el entrerriano Esteban Piaggio (Gualeguaychú), mientras que los fueguinos Walter Vuoto (Ushuaia) y Gustavo Melella (Río Grande) también declararon inamovible el 2 de abril. Lo mismo hicieron los gobernadores de Chubut, Mario Das Neves y Carlos Verna, de La Pampa.
“El 24 de marzo y el 2 de abril no se tocan en Chubut. Son heridas que no cierran, hay que respetarlas”, afirmó Das Neves en conferencia de prensa. “Hay que ser serios, no puede ser que corran fechas tan significativas que hacen a la historia de nuestro país”, remarcó, y calificó la decisión de Macri como “una barbaridad y una equivocación”. “Por lo menos por respeto no se puede estar manoseando según el gobierno que esté”, expresó. Verna decretó que 24 de marzo y 2 de abril serán días no laborables para los empleados públicos pampeanos. El decreto de Macri “nos parece rechazable porque le quita significación, minimiza, banaliza”, explicó el secretario de Derechos Humanos pampeano, Antonio Curciarello.
Schiaretti anunció que dispondrá que el 24 de marzo sea “una jornada de reflexión” en las escuelas de Córdoba aunque se pronunció en contra del asueto con el argumento de que sólo alcanzaría a empleados públicos. Planteó que hay cuatro fechas que deben ser fijas: 25 de mayo, 9 de julio, 20 de junio y 24 de marzo. “Estos cuatro feriados no pueden ser cambiados de fecha, son fundacionales”, dijo. El Día de la Memoria “es un día fundacional en el sentido de decirle sí a la democracia, sí a la vida, no al terrorismo de Estado”, agregó. “En Córdoba lo que haremos es una jornada de reflexión de la memoria, la verdad y la justicia en todas las escuelas de la provincia. Esta medida alcanza a 930 mil estudiantes”, precisó.
En la provincia de Buenos Aires, mientras el bloque de senadores del Frente para la Victoria le reclamó a Vidal la inamovilidad del 24 de marzo y el 2 de abril, crece el rechazo al decreto entre los propios aliados de Cambiemos. Alfonsín lo tildó de “incomprensible banalización”. “Hace poco el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, manifestó que las nuevas generaciones no tenían que cargar con la mochila de la dictadura”, recordó, y consideró que “es como si los descendientes de las víctimas de los nazis dijeran que no cargan con la mochila del genocidio”. El secretario de Derechos Humanos de Vidal consideró que la decisión sobre el 24 de mazo debió consensuarse con los organismos. “Todo lo que se refiera a cuestiones que son esenciales para los organismos, deben ser trabajadas y consensuadas previamente. Si ellos consideran que el feriado es inamovible creo que se debería haber tenido en cuenta esa posición”, afirmó Canton, quien ya se había diferenciado del gobierno nacional al afirmar que la dirigente de la Tupac Amaru Milagro Sala debía ser liberada de acuerdo al reclamo de los organismos internacionales de derechos humanos. “No estamos hablando de un hecho de hace cien años. Ocurrió hace poco y hay gente que fue víctima directamente, tanto de la dictadura como de Malvinas. La gente está muy activa con eso”, remarcó y criticó la decisión por decreto. “Imponerlo no me parece la manera más correcta de avanzar en un diálogo positivo”, concluyó.