Se trata de Patrick Kennedy, Joyce Barr, Michele Bond y Gentry Smith, que se sumaron a otras dos dimisiones ocurridas el mismo día del traspaso de mando. “Es la salida simultánea más grande de la memoria institucional”, dijo David Wade, quien se desempeñó como jefe de Recursos Humanos de la dependencia estadounidense.
Tras la llegada del secretario de Estado de Donald Trump, Rex Tillerson, varios diplomáticos de alto rango que cumplieron funciones tanto en administraciones demócratas como republicanas decidieron dejar sus puestos.
Los que renunciaron hoy son la subsecretaria de Estado para la Administración, Joyce Anne Barr, el subsecretario de Estado para Asuntos Consulares, Michele Bond, y el embajador Gentry O. Smith, director de la Oficina de Misiones Exteriores.
Por su parte, Patrick Kennedy, que sonaba como número dos del Departamento de Estado, anunció que se retirará del servicio exterior a fin de mes.
Todos ellos dimitieron como señal de protesta para evitar servir a Trump, quien, entre otras polémicas medidas, firmó el decreto que autoriza la construcción inmediata de un muro en la frontera con México y se manifestó a favor de la aplicación de la tortura.
El viernes pasado, día en que asumió el nuevo mandatario estadounidense, ya habían renunciado el secretario de Estado adjunto de Seguridad Diplomática, Gregory Starr, y la directora de la Oficina de Operaciones de Edificios de Ultramar, Lydia Muniz.
David Wade, quien se desempeñó como jefe de Recursos Humanos del Departamento de Estado bajo el mandato de John Kerry, dijo al diario The Washington Post que esta “es la salida simultánea más grande de la memoria institucional”, y agregó: “son todos puestos que requieren de mucha experiencia y difíciles de reemplazar”.