De cómo en Washington trabajan para instalar bases militares en Argentina y una foto que habla por sí sola sobre los acuerdos CGT, gobierno y patronales en pos de la pax social que aquella estrategia demanda. Tan grave es el panorama que algunos peronistas entrados en años dicen, muy pero muy en broma, con filosa ironía, “volvé Vandor, te perdonamos”. Y “por tu mala junta te perdiste, nena y nos causa tu extravío, llantos, ¡pena! En la fiebre loca de mentidas galas se quemaron tus divinas, ¡níveas alas! En tu afán de lujos y de orgías recubriste de agonías ¡a mi vida y a tu hogar!” Así dice aquel tango Mala Junta, de Julio De Caro, Pedro Laurenz y Juan Velich; ya que bien suena el título para explicar hasta donde la estrategia estadounidense, con Donald Trump o sin él, juega con Mauricio Macri pero puede hacerlo también con Sergio Massa, y por qué no hay que sorprenderse tanto cuando, como lo viene haciendo hasta ahora, la CGT coquetea con el gobierno y deglute sapos y garrones, pues justamente de ello hablaría la imagen difundida el jueves, del dirigente bancario, el radical “ultracombativo” Sergio Palazzo, con el doliente entre sollozos Carlos Melconian, un histórico talibán mediático del neoliberalismo criollo.
Por Víctor Ego Ducrot (*) / “El líder del Frente Renovador, Sergio Massa, asiste este viernes a la asunción como presidente de Estados Unidos de Donald Trump, adonde fue invitado por su amigo el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, con quien el jueves se reunió en Washington. El diputado nacional viajó a Washington acompañado por su jefa de bloque Graciela Camaño, el senador bonaerense Rodolfo D’Onofrio y su secretario Ezequiel Melaraña. A ellos se sumó el economista Martín Redradro, que ya estaba en la capital estadounidense. Todos se alojan en el hotel Hyatt Regency, a pocas cuadras del Capitolio y dentro de la zona restringida del fenomenal operativo de seguridad que montaron las fuerzas de seguridad. En ese hotel, Massa recibió el contó que conoce a Giuliani desde hace años, cuando trabajó en el programa de seguridad de Tigre. Además, adelantó que el ex alcalde de Nueva York va a hacer el prólogo de un libro que Massa va a presentar en junio (en plena campaña electoral) sobre el modelo de seguridad de Tigre. El libro se llamará «Cómo lo hicimos» y lo realizó junto a su ex secretario de seguridad Diego Santillán. Durante el encuentro, Giuliani y Massa dialogaron sobre política internacional y el ex alcalde -que será asesor de Trump en temas de inteligencia, cyber terrorismo y seguridad- dio su opinión sobre cómo cree que será la relación con la Argentina. Al respecto, indicó que el vínculo va a ser bueno, pero que Argentina no está entre las prioridades de la administración republicana, que está centrada principalmente en dos grandes temas: México y China”. Hasta aquí parte del texto de una oportuna nota que este viernes publicaLa Política On Line (LPO).
Conforme a otras fuentes, más propias del gobierno de Mauricio Macri que del diputado habitué y mandatario de la embajada de Estados Unidos y ahora codiciado por no pocos operadores del Frente para La Victoria y el PJ para que vuelva al redil, Sergio Massa, el fascista Giuliani, el mismo que en Nueva York inventó el programa represivo “tolerancia cero” – una forma elegante de bautizar al gatillo fácil policial de La Gran Manzana contra negros, pobres y jóvenes de Harlem y el Bronx -, se encargó a pedido de Trump de transmitirle a Massa lo mismo que le están haciendo llegar a la Casa Rosada: exigen mayor presencia de las agencias de inteligencia y seguridad de Estados Unidos (la ministra Patricia Bullrich pa’ lo que gusten mandar) y la apertura de al menos dos bases militares de gran operatividad en este país llamado Argentina. Justamente este mismo viernes, el canal de TV Telesur difundió la noticia sobre esa iniciativa bélica de Washington para el extremo austral de América Latina.
Casualmente, aunque si existe un universo en el que los espacios vacios son imposibles y las casualidades altamente improbables ese es el de la política, el saliente jefe del Banco Nación, Carlos Melconian, entre sus llantos y moqueadas, fue estrechado en un abrazo por el líder del sindicato de los bancarios, el radical de discurso “ultra combativo”, Sergio Palazzo.
En el país de las certezas fascistas de Macri y las confusiones alarmantes en buena parte de aquello que denominamos campo popular todo es posible, hasta lo ridículo: hace pocos días, cuando Prat Gay dejó el gobierno, para algunos periodistas que se dicen opositores el hombre de JP Morgan pasó a ser poco menos que progresista; el jueves por la noche en el canal de TV C5N hacían piruetas en el aire para explicar el abrazo Palazzo-Melconian a partir de una supuesta buena predisposición de éste último, uno de los talibanes mayores del gorilismo neoliberal mediático, para con los trabajadores del Banco Nación.
Y acto seguido esos mismos periodistas y opinadores se volvían a indignar porque la CGT no hace nada contra las políticas de Macri contra la producción y el empleo. ¿Por qué no ven la foto como película? Quizás ello les ayudase a comprender el por qué del cacareo de la burocracia sindical, que sigue existiendo, mientras por atrás negocian y negocian…y negocian. Si hasta algunos peronistas ya con algunos calendarios transcurridos, en broma, muy en broma, con filoso ironía, se animan a decir, “volvé Vandor te perdonamos”, en alusión a aquél dirigente sindical Augusto Vandor, quien, entre dictaduras, apostaba por un peronismo sin Perón.
(*) El autor es doctor en Comunicación por la UNLP. Profesor titular de Historia del Siglo XX (Cátedra II) en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. Periodista y escritor.