Los 380 cesanteados de la imprenta del grupo conducido por Héctor Magnetto se movilizaron desde el Obelisco hasta la sede del Ministerio de Trabajo con el apoyo de distintos sectores. Reclamaron que el gobierno dicte la conciliación obligatoria en el conflicto.
Miles de trabajadores, dirigentes políticos, militantes sociales y estudiantes marcharon esta tarde por el centro porteño en respaldo de los despedidos en Artes Gráficas Rioplatenses (AGR-Clarín), que ayer ratificó el cierre de su planta de Pompeya y luego se desató una brutal represión policial con balas de goma y gases lacrimógenos.
La masiva movilización, encabezada por los 380 cesanteados y sus familiares, partió desde el Obelisco y finalizó en el Ministerio de Trabajo al grito de “¡Se va a acabar, se va a morir, la dictadura de Clarín!”.
Frente a la sede de Alem y Córdoba exigieron que el titular de la cartera laboral, Jorge Triaca, aplique la conciliación obligatoria para retrotraer los despidos, como se hace en todo los conflictos de este tipo.
Héctor Amichetti, secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense –gremio que hoy desarrollo un paro en defensa de los puestos de trabajo en AGR-, denunció que el Gobierno nacional actúa en favor del grupo monopólico que conduce Héctor Magnetto, en un marco de despidos masivos, flexibilización de las condiciones de trabajo y reducción de costos patronales.
“El Grupo Clarín prácticamente forma parte de las políticas del gobierno, se puede ver en sus medios como coinciden con la política oficial. Encontraron condiciones muy favorables para cerrar la planta”, sostuvo el dirigente gremial.
En tanto, desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) repudiaron “la violenta represión policial ocurrida ayer contra los trabajadores de AGR y sus familias”, que dejó varios heridos, y exigieron “el retiro inmediato” de los efectivos policiales que “permanecen desde hace 72 horas en las puertas de las redacciones de Clarín y en la planta de impresión del diario, en el barrio de Barracas”.
“Esta presencia policial busca intimidar a los periodistas del Grupo Clarín y neutralizar la solidaridad desplegada entre los trabajadores de las distintas empresas del multimedios hacia los compañeros de AGR. Esto se combina con el cerco mediático que las empresas de Magnetto han montado sobre el conflicto”, agregaron en un comunicado.
Por su parte, la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) advirtió que el cierre de AGR es un “caso testigo”.
“Si permitimos que la flexibilización laboral se imponga, como se intenta en este caso, y sea acompañada por el Gobierno a fuerza de palos, gases lacrimógenos y balas de goma, los trabajadores perderemos más que los puestos de trabajo”, remarcó la organización.