Los avances tecnológicos son cada vez más rápidos y dinámicos, de modo que pronto se vuelven obsoletos. Las redes sociales, así como los teléfonos celulares, los iphons y otros, han logrado cambiar nuestras vidas. Hay aplicaciones donde los navegantes colocan fotos, buscan “amigos”, hacen política, menoscaban a personas y hasta se puede usar para gobernar y dominar a la gente. Sin contar con los delitos, robos, secuestros y muertes que se facilitan con los datos que se vierten en las redes públicas.
Por Norma Estela Ferreyra (*) / Es sabido que los poderes neoliberales, pretenden tener al mundo bajo sus pies y en lo posible, sin acceso a la educación, ya que la ignorancia, el aislamiento, la distorsión de la realidad, la adicciones, entre otras cosas, son las condiciones psicológicas, que más le convienen al sistema, para formar al esclavo moderno, evitando que la persona piense, razone, analice y procure una salida a sus problemas económicos, mediante el trabajo o el estudio, o simplemente, a través conocimientos técnicos.
Les aclaro, que lo que voy a decirles aquí, no ocurre en el 100% de los casos, pero hay un gran número de personas que han caído, lamentablemente, en un estado cuasi autista.
A través de los medios de comunicación, se fueron instalando, poco a poco, la violencia, el terror, los crímenes, por medio de entretenimientos o juegos, donde se muestran hechos sangrientos, como por ejemplo, ver a un terrorista cuando le corta la cabeza a un prisionero frente a una pantalla de TV, o en las películas de terror, donde aparecen ficciones muy impresionantes, como algo corriente y normal. Los videos juegos, también siguen esa línea, cuando de lo que se trata, es de matar la mayor cantidad de seres humanos para ganar la partida.
En internet, con facebook, Twitter, Instagram, así como en las tablets, las computadoras, los teléfonos celulares, los iphons, entre otras cosas, nos quedamos fascinados, con las formas cómodas y pasivas de vida, ya que una persona, sin moverse de su casa, puede comprar, ver cine, escuchar música, buscar un tema en los buscadores, enviar fotos, pedir comidas, recibir muchos “me gusta” para enaltecer su ego, hacer photoshop para verse mejor y vivir con lo superficial, creyendo que eso es la felicidad. Y nos resulta difícil, ver a un niño que no sepa manejarse con estos dispositivos, o que se duerma sin tener la TV frente a sus ojos.
Luego, vino el wassap, que se convierte en una terrible adicción que va a afectar el comportamiento de las personas, sus valores, actitudes, opiniones y disminuye la interacción entre padres e hijos, produciéndose un peligroso aislamiento social. Los más afectados son las personas de la tercera edad, que son continuamente ignorados, por falta de interacción dentro de este nuevo estilo de vida. A los jóvenes, les interesa cada vez menos hablar con su familia y con gente real, porque puede hacerlo virtualmente y GRATIS. Y allí está, precisamente, la trampa.
A quién se le ocurre pensar que las Multinacionales, les van a dar un servicio gratuito a alguien, como ocurre con wassap. ¿Por qué lo harían? ¿Por generosidad? ¿Para vendernos cosas? No. Porque si fuera para eso, les bastaría con conocer el número de móvil que, por supuesto, sería más fácil, aunque no se registren a nombre de su poseedor. Algo que también, resulta muy extraño.
La razón para todo esto, es que necesitan personas adictas, o sea, que pasen 4, 5, 6, 10 horas pendientes de estas relaciones virtuales, superficiales, para que no tengan deseos de estudiar, de hablar con alguien cara a cara, de hacer arte, deportes, etc. Necesitan seres desvalorizados, ignorantes, que no piensen, que se dejen llevar de las narices, sin rebelarse. Porque los jóvenes son rebeldes y dificultan el dominio global. Esa es la verdadera causa, para convertirlos en entes, que trabajen por mínimos sueldos, para ser explotados sin que se den cuenta. Hasta les pondrán un chip debajo de la piel. En los DNI ya están incorporados y en los teléfonos celulares nuevos, también.
Toda la familia se desconecta y se hace adicta a la comunicación superficial, sin contactos físicos, sin miradas ni gestos. Los maestros, los policías, los automovilistas, todos enloquecen colectivamente, pierden la noción de la realidad, de la verdad, es decir, se convierten en entes. Claro, que siempre hay excepciones. Pero en general, esto es lo que vivimos a diario, dentro de las sociedades actuales. La publicidad mentirosa, la falta de información y estos noticieros permanentes, que nos torturan repitiendo siempre lo mismo, no son algo inocente, sino que nos sucede porque está programado por quienes ostentan ese poder sobre nuestras vidas.
El neoliberalismo internacional, se encarga de hacer que todos pensemos cada vez menos, que quedemos atrapados con esta moda social, nos convirtamos en autistas y formemos clanes impenetrables, aislados del resto. Tanto los adultos menores de 50 años, como los niños y jóvenes, se convierten en esclavos de la moda, del qué me importa, de la no participación, de la ignorancia, de la indiferencia, del ocio, de la publicidad engañosa, del consumismo, que lleva a la desvalorización de los seres humanos y sus lazos familiares.
Pero hay otros aspectos importantes en esta psicología programada, para esta nueva sociedad con apariencia de progreso, ya que todos se sentirán culpables de su fracaso personal, de su escaso rendimiento intelectual y se convertirán en seres depresivos y agresivos. La tecnología mal usada los irá convirtiendo en autómatas, mal dormidos, mal alimentados, mal educados, es decir, en personas que irán adaptándose al sistema impuesto globalmente y que pretende lograr, que no piensen, que no analicen lo que les sucede.
Tenemos que poner límites, sin negar a la tecnología, pero haciendo buen uso de ella. Por ejemplo, no deberían los niños acceder desde pequeños y cuando sea el momento adecuado, darles un horario fijo, para poder comunicarse libremente, advirtiéndoles que fuera de ese horario, el celular, la computadora o lo que sea, quedará bajo la custodia de sus padres. Se podría hacer que elijan ver dos o tres programas de televisión, pero no más. El niño debe leer, jugar con otros, hacer deportes. Y su papá, su mamá, su maestro, serán su ejemplo. No permita que concurra a la escuela con su teléfono móvil. Cuando él necesite hablarle, la maestra se comunicará con Uds. No les niegue el uso de la tecnología, sólo ponga límites y sostenga esa postura en el tiempo. Recuerde que los adolescentes, deben tener reglas y horarios, cueste lo que cueste. Si se lo propone, Ud. puede hacerlo, por el bien de la humanidad. No permita que el poder mundial del neoliberalismo, transforme a los seres humanos en robots.
No permita el fraude electoral, ya que todo se sabe a través de las redes sociales. Es fácil elegir en las mesas donde se vota, a presidentes y fiscales ambiciosos y corruptos, de cualquier partido que sean. Sus perfiles son estudiados por psicólogos y hackers, para consumar el engaño electoral. Se trate de voto tradicional o electrónico, Ud. puede ser engañado. Para eso, fueron creadas las redes. Cuídese, porque podría ser despedido de su trabajo por la ideología que Ud. mismo, deja traslucir en ellas. Eso está ocurriendo ahora en Argentina. Atención Latino América. La democracia ha sido distorsionada y nos quieren convertir en esclavos. Ese es el propósito que persiguen con estas distracciones adictivas gratuitas. No se duerman. Es hora de resistir este ataque masivo. Pensemos juntos y lo lograremos.
(*) Publicado por Barómetro Internacional.