El Observatorio de Jóvenes, Comunicación y Medios de la facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, lanzó Rutinas periodísticas y violencia mediática», un nuevo informe mensual de monitoreo donde se analizan temáticamente las narrativas mediáticas sobre las juventudes. El objetivo del trabajo es “aportar a toda la sociedad un insumo para discutir, reflexionar y problematizar colectivamente los dispositivos, discursos y mecanismos que naturalizan la exclusión, vulneran derechos y expropian la posibilidad de la palabra a los y las jóvenes”.
“En este informe elegimos como recorte para el abordaje de dicho monitoreo la relación entre las rutinas periodísticas y las juventudes a partir de noticias publicadas en medios gráficos durante el mes de mayo, reconociendo la importancia del discurso mediático a la hora de construir unos relatos y plataformas desde donde narrar los modos de vivir la experiencia juvenil contemporánea en/desde ámbitos vinculados a la conflictividad social y las tecnologías”, explicaron desde el Observatorio.
Con la publicación de este material de divulgación, el Observatorio de Jóvenes busca “aportar a toda la sociedad un insumo para discutir, reflexionar y problematizar colectivamente los dispositivos, discursos y mecanismos que naturalizan la exclusión, vulneran derechos y expropian la posibilidad de la palabra a los y las jóvenes”.
“Cuando se trata de medios hegemónicos, este análisis permitió visualizar cómo los jóvenes aparecen despersonalizados a través de apodos despectivos. La gran mayoría de las notas estudiadas los exponen como productores de delitos, es decir, que los relatos mediáticos destacan al joven como productor de riesgo, priorizando esa información por sobre el resto. La vulneración cotidiana que los relatos mediáticos realizan sobre los derechos de los jóvenes y la asociación permanente de la juventud con la violencia y el delito, establecen estereotipos que estigmatizan a los pibes, fundamentalmente a los más empobrecidos, habilitando todo tipo de acciones discriminatorias, represivas y punitivas”, se advierte en el trabajo.
Asimismo, el informe explica que “el mito del joven como delincuente y peligroso tiene una persistente presencia en los medios hegemónicos de comunicación, este concepto interviene fuertemente en la producción y reproducción del orden hegemónico. En las narrativas mediáticas estudiadas se exhibe al delito como una práctica no sólo deliberada y elegida, sino también cotidiana e inherente a la vida diaria de ciertos pibes”. “
“Las noticias diarias describen a los jóvenes como peligrosos asociándolos al riesgo, a los excesos y a las transgresiones, se los sitúa en lugares marginales, se los nombra con apodos y su voz no aparece prácticamente en ningún relato. Las políticas editoriales de las empresas mediáticas sitúan las experiencias juveniles escindidas de contextos histórico-sociales, es decir, se describen sucesos como una serie de prácticas y no se postula su valor relacional con la estructura social. Las rutinas periodísticas configuran narraciones juveniles, a partir de las agendas del deterioro, representan a las juventudes como responsables de los malestares y conflictividades sociales, obturando de este modo, la posibilidad de reparar en las luchas hegemónicas y la capacidad de agencia de los jóvenes”, afirma.
El informe está estructurado en dos apartados. En una primera sección de análisis cuantitativos se aborda la descripción de las variables utilizadas en la clasificación de noticias: temas y motivos a los que se asocia la juventud, secciones, fuentes, territorios, entre otros. Este análisis se realiza a partir del relevamiento de los meses de marzo, abril y mayo, con el objetivo de obtener un balance general del relevamiento mediático realizado hasta el momento.
En la segunda parte, se realiza un abordaje cualitativo para reconstruir el devenir mensual de la agenda mediática en torno al tema de nuestro interés, y se eligen los principales eventos o discusiones que concitaron la enunciación mediática, sobre los cuales se realiza una interpretación con mayor detalle, particularmente a partir del relevamiento del mes de mayo.