Así se expresó la monja argentina Guadalupe Rodrigo, quien vive desde hace cuatro años en Alepo y lleva unos 20 como misionera en Medio Oriente. Condena duramente a las organizaciones alzadas contra el gobierno sirio y destaca el rol positivo que jugó la intervención de Rusia en el conflicto, que ella caracterizó como una “invasión” y no como una “guerra civil”.
Guadalupe Rodrigo nació en la provincia argentina de San Luis en 1973 e ingresó a la congregación cristiana del Verbo Encarnado a los 18 años. De 2011 a 2015 vivió en la ciudad siria de Alepo, uno de los principales focos del conflicto bélico que atraviesa ese país.
La congregación del Verbo Encarnado siempre fue caracterizada como una organización de la derecha católica, por lo cual resultan particularmente llamativas las manifestaciones que le religiosa expresa en una entrevista concedida al medio ruso RT.
Más allá de su vida en Siria durante los últimos años, Guadalupe Rodrigo tiene un vasto recorrido en diversos países de Medio Oriente.
«Estuve durante casi 20 años como misionera en distintos países de la región. Primero en Palestina, donde estudié el árabe durante dos años», comentó. Luego se trasladó a Egipto «unos 12 años», donde asumió el cargo de superiora regional, por lo que tuvo que viajar y «recorrer todas las misiones» que la congregación tiene en Medio Oriente. «Los últimos cuatro años de misión los pasé en Siria, en Alepo», apuntó.
A continuación reproducimos parte de la entrevista que le hiciera el colega Santiago Mayor para el sitio RT.
Consultada sobre los orígenes del conflicto bélico que comenzó pocos meses después de su llegada a Siria, la hermana Guadalupe fue contundente: «Podemos testimoniar, por haber vivido antes de la guerra y conocer a ese pueblo, que lo que está sucediendo en Siria está muy lejos de ser una guerra civil». Desde su perspectiva «si hubiera que ponerle una etiqueta sería más bien una invasión».
«Sabíamos que las revueltas no las estaba iniciando el pueblo propiamente, sino que estaban siendo provocadas desde afuera», apuntó. Y aclaró que eso no lo saben «por los medios de comunicación, porque las grandes cadenas internacionales siempre mintieron» y lo siguen haciendo «descaradamente hasta hoy».
La religiosa reconoce que existían previamente grupos opositores al Gobierno, pero «eran minoritarios». La mayoría de la población «ha apoyado este Gobierno, aun cuando tiene muchas falencias. La gente entiende que es el modo de gobierno que les ha funcionado, sobre todo en cuanto a contener a raya el terrorismo». Las manifestaciones «de la gente pidiendo que no apoyen a los rebeldes, que eran terroristas, que ellos querían a su Gobierno; esas imágenes las hemos visto por televisión, en cadenas internacionales, pero comentadas como si fueran protestas contra el presidente», dijo.
Guadalupe Rodrigo analizó que «es difícil de entender para un occidental que no conoce la situación que se vive en Medio Oriente» pero al mismo tiempo «es muy prepotente por parte de Occidente juzgar a los árabes, sacando de contexto lo que ellos viven».
La entrevistada afirmó que hay «diversos factores que se suman en este conflicto» y los diferenció entre los objetivos que persiguen los grupos terroristas del que moviliza a los países occidentales. Aunque, en última instancia, coincidan en la necesidad de derrocar al Gobierno.
«Estos grupos terroristas que están llevando adelante las batallas tienen sus propios objetivos políticos y religiosos», señaló. Son grupos «fundamentalistas islámicos que pretenden imponer la ley islámica y por lo tanto acabar con los ‘infieles’. Por eso los cristianos, desde el comienzo del conflicto, no del último año, están siendo masacrados». Todos estos grupos «que se hacen llamar rebeldes, opositores u oposición moderada, tienen todos -aunque son distintos- este perfil terrorista» y «de ninguna manera buscan ni la democracia ni la libertad» del pueblo sirio.
Pero por otra parte, «detrás de ellos, quienes los apoyan, quienes están fuera, tienen objetivos económicos muy claros». Para la hermana Guadalupe, el principal interés es «acabar con este Gobierno porque no ‘coopera’, es independiente, no responde ni a Arabia Saudita ni a los intereses occidentales». Es «de acuerdo a esa decisión» que luego «se acomoda todo lo demás».
«El conflicto estuvo manipulado desde el comienzo, fue inventado», insistió la religiosa. «No nació en la calle por una revuelta popular sino que fue una guerra, como tantas otras de hoy en día, planeadas sobre un escritorio», dijo. En este sentido remarcó que se intentó «debilitar Siria para debilitar Irán» y allí entró en juego «el tema del petróleo y el tráfico de armas».
Basta de apoyar a la oposición moderada porque esa nunca existió, a no ser que llamemos moderado descuartizar una persona
Este es «uno de los pedidos de los obispos»: terminar con la venta de armas a los rebeldes. Dicen los obispos «basta de apoyar a la oposición moderada» porque «esa nunca existió, a no ser que llamemos moderado descuartizar una persona».
Por otra parte, la hermana Guadalupe señaló que la Iglesia, que «levantó su voz desde el comienzo del conflicto» solicitó a la comunidad internacional que si se llegaba a «la última instancia de intervenir» debía ser «en acuerdo con el Gobierno sirio». Por eso «han sido ridículas las coaliciones que se hicieron en estos años, intervenciones totalmente unilaterales, que en realidad eran cosméticas». Sin dudar la religiosa afirmó: «Nunca hicieron nada, aparentaban porque se llegaba a situaciones ridículas como estar atacando al Estado Islámico y al mismo tiempo a los puestos del Ejército nacional».
«Hablar del Gobierno de turno, si es válido o no, es algo para un segundo momento. En este momento hay que luchar contra el terrorismo», opinó. La gente «comentaba mucho, como burlándose pero lamentándose a la vez, cuando veía a los aviones occidentales que estaban ‘disparando al aire’ y haciéndole el juego a los rebeldes», aseguró. «Veían pasar los aviones occidentales sobre los campamentos de Estado Islámico sin disparar. Así han actuado las coaliciones occidentales durante estos años», criticó.
Su mirada es que «la única intervención que trajo realmente beneficio fue la rusa, que apoyando al Ejército nacional, logró por primera vez en años lo que la comunidad internacional decía que no se podía: liberaron ciudades e hicieron retroceder a los grupos rebeldes».
La entrevista con la hermana Guadalupe se llevó a cabo pocos días después de que el Ejército sirio recuperara justamente la ciudad de Alepo. «La manipulación de los medios logró que en poco tiempo la gente crea exactamente lo opuesto a lo que está pasando», analizó la religiosa, ya que tras la salida de los terroristas de la ciudad «la gente está festejando en las calles».
«Lo que muestra la prensa internacional es el Ejército supuestamente masacrando a los civiles» en vez de mostrar «a los habitantes que salen con alegría a encontrarse con los soldados que los están liberando», contó. Cabe recordar que «estos civiles estaban siendo usados como escudos humanos por los rebeldes».
Para la hermana Guadalupe la situación que provoca la guerra en Siria es trágica y los cristianos la han padecido tanto como los musulmanes que no se adscriben a los grupos fundamentalistas. «Nuestra casa, nuestra misión, se ubica en el Obispado, en la parte occidental de la ciudad de Alepo. Es decir, que estuvimos siempre bajo el control del Gobierno y el Ejército», explicó. «No hemos estado nunca en las partes bajo control de los rebeldes. Si hubiera estado alguna vez allí, entonces no estaría hoy respondiendo estas preguntas», sentenció con seriedad.
«En los lugares que han sido tomados por los rebeldes en todos estos años los cristianos han sido eliminados de las formas más violentas: decapitados, crucificados. Estamos hablando de niños y jóvenes», subrayó.
Como contrapartida, apuntó que el partido gobernante «desde hace ya muchos años en Siria es de los alauitas». Esta es la rama «más moderada dentro del islam y por lo tanto la más cercana al cristianismo». Remarcó al respecto que además de la convivencia «se ha vivido esta tolerancia, aun cuando en Siria la mayoría de la población es de la rama sunita». Por eso los cristianos «se han sentido todos estos años protegidos por el Gobierno». Incluso varios de ellos participan en las Fuerzas Armadas sirias.
La convivencia entre cristianos y musulmanes que había en Siria «se vio muy afectada por este conflicto», detalló la religiosa, pero aseguró que «ha sido muy variado». Hubo musulmanes «que entregaron a sus vecinos cristianos y otros que se resistieron a este fundamentalismo». Un dato aterrador es que en la ciudad «había medio millón de cristianos y ahora se pueden contar apenas 20.000. El resto ha huido o han sido asesinados». «La desaparición de los cristianos en Medio Oriente sería un peligro para el propio Occidente», concluyó.