Primera conclusión (reiterada): la AFA una gavilla de impresentables. Segunda: en Córdoba no tienen ni idea de cómo debe ser una gramilla futbolera, la pelota picaba como un pirinola loca y los de buen pie – D´alessandro por las gallinas y Lo Celso por los canallas – toda la noche a las puteadas. Tercera: el humor de las tribunas no tiene piedad; pobre el arquerito de River – ¡bue, se regaló con Boca y dos veces con Central y dicen por ahí, si le ponés guantes al Pipita Higuaín te da un Batalla. Todo esto a cuento de que River se quedó con la Copa Argentina y se coló a la Libertadores, mientras que Rosario Central está de duelo por tercera vez consecutiva por la misma justa perdida, como si un caballero de antaño le hubiese partido el mate con una de esas pelotonas de fierro pinchudas. ¡Cierto, una de aquellas frustraciones se trató de un simple choreo por parte de los bosteros.
Por Xavier Lautréamont o XL (*) / No hay caso. Quien por un tiempo está en el país de los argentinos no puede desentenderse de esa morbosa, y muy popular por cierto pasión por la redondez (de cuero a lo antaño o de material sintético con tecnología para el presente); aunque me corrijo, más que morbosa es fetichista en tanto culto de figuras o imágenes que representa a un ser sobrenatural que gobierna una parte de las cosas, de las fuerzas o de las personas, y al que se adora y se rinde culto, u objeto al que se atribuye la capacidad de traer buena suerte a quien lo usa o la posee; idolatría, veneración excesiva; y hasta tendencia en los dominios de Eros que consistiría en fijar alguna parte del cuerpo humano o algún algo relacionado con él como objeto de excitación y el deseo, según recitan los diccionarios, como si fuesen abstemios y conjuradores de la absenta de las ideas (¡falso!). Por consiguiente fui a Córdoba, con poca simpatía lo reconozco, pues allí le dieron la victoria al tal Mauricio y ahora hasta pretenden que esa paupérrima musiquilla llamada cuarteto sea declarada patrimonio de la cultura planetaria. Mamadera pa’ lo pibes, oí decir y confieso que no entiendo su significado pero me gusta como suenan las palabras, así de seguidilla.
Y me pregunté, cuándo salen los caballitos de salto a trotar y entrenarse, porque el verde césped era más un mazacote de tierra apisonada que otra cosa. Y me explicaron: sucede que nada que provenga de la AFA puede ser serio; muerto el capo de siempre lo que aconteció es que las miserias de su mafia quedaron al descubierto. Y claro, ahora con el tal Mauricio que enciende en pira aquello del Fútbol para Todos, para qué contarles quien se quedará con la guitarra.
Sí lo sé. Acá al Pipita no se lo bancan porque es una maquina no de hacer churros sino de perder goles imposibles con la Selección; y los de River son comprensivos con los críos pero que Batalla salga a cazar mariposas contra Boca y haya costado lo que costó y anoche dos veces igualitas en el boludeo libre; todo fue demasiado y claman que es un Pipita con guantes. ¡Pobre pibe!
Los de Rosario Central están que trinan, sostienen que son víctimas de un choreo casi serial. El de Boca había sido notorio; y el de anoche no tanto pero el segundo penal aquí no se cobra ni que el ex de negro esté bajo efecto de una mayonesa en mal estado. En fin, así es el futbol, reiteran los futboleros; y los del Muñeco más felices que dos canes con dos colas. Siguen de racha y de de a ratitos parecería que juegan bien. ¡Uh! Me olvidaba, qué manera de hacer goles don Alario y cómo la escolasearon los yoruguas que entraron en el segundo, don Mora y don Alonso, el veterano.
¿Y si me hago hincha de River?
(*) El autor es columnista ocasional de AgePeBA.