El Ejército sirio y sus aliados conquistaron el Casco Viejo de la ciudad y obligaron a los terroristas a retirarse. Estados Unidos, Francia y el Reino Unido solicitaron un alto al fuego, pero el presidente del país árabe afirmó que “no hay tregua”.
Bashar al Asad consideró hoy que el triunfo en Alepo “marcará un giro en la guerra”, ya que era el principal frente del conflicto que ha dejado desde marzo de 2011 más de 300.000 muertos y obligado a más de la mitad de la población a abandonar sus hogares.
“No significará el fin de la guerra, pero será un gran paso hacia ese final”, aseguró el presidente sirio en una entrevista con el diario local Al Watan.
Este miércoles, el Ejército del país árabe, junto a Rusia e Irán, conquistaron el Casco Viejo de Alepo y obligaron a los terroristas a retirarse. Al menos el 95 por ciento de los barrios orientales fueron liberados, según se informó oficialmente.
En este marco, seis países occidentales, incluyendo a Estados Unidos, Francia y Reino Unido, solicitaron un alto al fuego ante la “catástrofe humanitaria” en esa ciudad.
Sin embargo, Al Asad sostuvo que el pedido de Estados Unidos y sus aliados responde a que los terroristas, que son financiados por ese país, “están ahora en una difícil situación” y subrayó que “sobre el terreno, no hay tregua”.
Las tropas sirias luchan contra los últimos puntos de resistencia de formaciones armadas, en su mayoría vinculadas o subordinadas al movimiento terrorista An Nusra o su versión actual, en Alepo, la segunda ciudad en importancia del país.