El gobierno de Mauricio Macri hace ingentes esfuerzos para apaciguar el creciente malestar social antes de fin de año. Negocia la emergencia social, volvió a pedir a los empresarios que no despidan y ahora el INDEC dice que en el tercer trimestre hubo creación de puestos de trabajo.
Todos los indicadores económicos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dan negativos, pero llamativamente la tasa de desocupación empieza a mostrar buenas señales con una leve recuperación del 0,8 por ciento, de acuerdo al organismo conducido por Jorge Todesca.
El nivel de actividad económica, por ejemplo, cayó 3,7 por ciento en septiembre respecto del mismo mes de 2015. En los primeros nueve meses, el retroceso se ubicó en 2,4 por ciento en relación con igual período del año pasado, lo que echa por tierra la recuperación tan anunciada por el gobierno de Mauricio Macri para el segundo semestre. Los datos se desprenden del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC.
Entre las actividades más perjudicadas por las medidas económicas neoliberales de Cambiemos están la industria y la construcción. Al mes de septiembre, los propios datos oficiales registran que la producción manufacturera sufrió un retroceso del 4,6 por ciento con respecto a los primeros nueve meses del año pasado; mientras que la construcción reflejó en el período enero a septiembre de este año un nivel de actividad 12,8 por ciento inferior al de igual período de 2015. La consecuencia directa de estos números son despidos y suspensiones de trabajadores, que se suman a las cientos de miles de cesantías que se vienen produciendo desde el 10 de diciembre de 2015.
Tampoco hay que olvidarse de la actividad comercial, golpeada por la caída del consumo y la inflación. Según los últimos índices de Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en los primeros ocho meses del año cerraron unos 6.300 comercios en todo el país. Otro informe, presentado por la ONG Defendamos Buenos Aires, registró en septiembre que en los últimos cuatro meses bajaron sus persianas unos 3.200 comercios en Capital Federal, dejando en la calle a 13 mil trabajadores.
Así y todo, el INDEC de Todesca informó hoy que en el tercer trimestre la tasa de desocupación se ubicó en 8,5 por ciento (1.069.000) y la subocupación en 10,2 por ciento (1.274.000). Si se la compara con el tercer trimestre de 2015, cuando la desocupación había sido de 5,9%, el desempleo aumentó un 2,6%.
Sin embargo, el dato más relevante para el gobierno de Macri y los medios hegemónicos que le lavan la cara cotidianamente, como Clarín, es que “la desocupación bajó a 8,5%”, en relación al segundo trimestre, cuando la tasa de desempleo fue de 9,3%. De acuerdo al INDEC, esto representa la “creación de 110 mil empleos nuevos”. La subocupación, según Todesca, también muestra una mejoría al bajar del 11,2% al 10,2% en el mismo período.
Las cifras oficiales de desocupación aparecen en un momento complicado para Macri, cuando crece el malestar social de cara a fin de año, fruto de la crisis, la escalada inflacionaria, los tarifazos, la caída del poder adquisitivo y los despidos en diversos sectores.
Según el último informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en el mes de septiembre los conflictos laborales crecieron un 30 por ciento con respecto a agosto, y pasaron a más del doble si la comparación es con los producidos en julio. El motivo principal es la pérdida del poder de compra de los salarios; seguido de los despidos y suspensiones.
Se trata de una tendencia que no para y que se ve ahora con mayor énfasis en provincias como Tierra del Fuego, donde se desmantelan fábricas como consecuencia de la apertura de importaciones; o Chubut, donde el Sindicato del Petróleo y Gas Privado acaba de advertir que peligran 3.000 empleos.
En medio de este panorama, el macrismo cede ante el reclamo por la ley de Emergencia Social y Alimentaria, y ahora negocia con algunas organizaciones cambios al proyecto original, mientras persiste la tregua con la CGT a partir de un bono de fin de año claramente insuficiente. Al mismo tiempo, volvió a reflotar con sectores empresarios el “acuerdo antidespidos”, que tuvo tan poco éxito meses atrás. Desde la CTA lo calificaron como “una ficción absoluta”.
“El gobierno persiste en generar actos simbólicos. No hay nada que permita verificar realmente una recuperación del empleo y mucho menos la creación de nuevos empleos”, manifestó el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, quien agregó que “el diálogo social así como está planteado es una especie de puesta en escena, una escenificación”.