En las causa de lesa humanidad no tiene importancia ni el grado ni la edad de los imputados, porque todos estuvieron implicados. Hay guardia cárceles, que actuaban en centros clandestinos, y hoy están detenidos. Alfredo Astiz tenía 23 años cuando señaló a las monjas y a las Madres de Plaza de Mayo. Hay muchos militares de bajo rango detenidos. Incluso, la Cámara Federal de Córdoba le dice al Juez, en la causa Olivera, donde también está imputado Milani que actuó en la misma época en la que desapareció Alberto, que hay suficientes pruebas para procesar a Milani, porque hay muchos militares que están condenados, con menos pruebas de las que pesan contra Milani en el expediente por el secuestro de Olivera.
Pasamos a reproducir la nota que La Izquierda Diario publica sobre el tema, con declaraciones de Graciela Ledo, hermana del soldado desaparecido.
El abogado de Milani dice que en la causa no hay un acta de deserción sino una fotocopia simple, ¿cuál es la documentación que existe en la causa?
– No es cierto lo que dice el abogado, lo que hay en la causa es una fotocopia autenticada. Desde el juez Bejas, hasta la Cámara de Casación, en la última resolución que realizó hace 15 días, le da valor a la fotocopia autenticada del acta, es decir le rechazó el pedido de la defensa de nulidad de la prueba. Todos los estamentos de la Justicia lo dan por válido y el fiscal Brito, anterior fiscal en esta causa, toma el acta para imputar a Milani en el delito de falsificación de documento público. El fiscal lo imputó por encubrimiento, por haber ayudado a ocultar el verdadero destino de Alberto y falsedad ideológica en la causa por la desaparición de mi hermano.
Feldman, el abogado de Milani, insiste en que quién labró el acta no tiene ninguna responsabilidad, que ya hubo antecedentes de juicios de lesa humanidad, también por la desaparición de conscriptos durante la dictadura, y no fueron imputados quienes labraron el acta. ¿Qué opinas de esta afirmación que hace Feldman?
– Sí que pueden ser imputados, porque quién labró el acta no podía desconocer qué pasó con el conscripto. Incluso en 2013, en una entrevista a Página/12, él dice que redactó muchas actas de deserción, ahora dice que no se acuerda, y si él no la hizo ¿por qué insiste en anular la prueba?. Es más, en el auto de procesamiento de Sanguinetti, único condenado por la desaparición de Alberto, este dice: “yo, ante la desaparición de Ledo, le pedí a Milani que hiciera una investigación sobre la desaparición de este soldado” y después lo mandó a que labrara el acta.
Otro de los argumentos del abogado defensor, es que Milani tenía 20, 21 años cuando desaparece Alberto, pero que además tenía el cargo de subteniente y no cumplía con los requisitos para intervenir en la Autoridad de Coordinación, a cargo de Inteligencia, quienes estaban a cargo de los operativos, y por eso la defensa llamó al el general Balza para que responda en la causa cuál es la función de un subteniente
En las causa de lesa humanidad no tiene importancia ni el grado ni la edad de los imputados, porque todos estuvieron implicados. Hay guardia cárceles, que actuaban en centros clandestinos, y hoy están detenidos. Alfredo Astiz tenía 23 años cuando señaló a las monjas y a las Madres de Plaza de Mayo. Hay muchos militares de bajo rango detenidos.
Incluso, la Cámara Federal de Córdoba le dice al Juez, en la causa Olivera, donde también está imputado Milani que actuó en la misma época en la que desapareció Alberto, que hay suficientes pruebas para procesar a Milani, porque hay muchos militares que están condenados, con menos pruebas de las que pesan contra Milani en el expediente por el secuestro de Olivera.
– Las pruebas en las causas de Olivera y de mi hermano están, por eso tanto la Cámara de Apelación de Córdoba, como la de Tucumán y la Cámara de Casación de Buenos Aires pide al juez que cite a indagatoria y defina la situación procesal de Milani. No se puso a analizar ni la edad, ni el grado de Milani, las pruebas lo incriminan, pero Feldman esgrime la defensa con los argumentos de la Obediencia Debida, y esta ley, con la que impidieron que fueran juzgados todos los responsables, fue derogada hace muchos años.
La semana pasada, en las puertas de Comodoro PY, Milani decía ante la prensa que sobre la desaparición de Ledo debían buscar por otro lado ¿vos qué le responderías?
-Le diría que se presente en la causa y diga qué es lo que sabe. Milani no puede desconocer qué pasó con mi hermano, porque él estaba en el campamento el día y a la hora en que lo desaparecen. Además, aunque él niegue que mi hermano fue su asistente, hay testigos que declararon en la causa que sostienen lo contrario, como Álvaro Illanes.
Frente a la parálisis de la causa, donde además el juez Bejas se aparta de ella, vos y tu mamá se reunieron con el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj y con otros funcionarios para pedirles que el Estado se constituyan como querellante en esta causa ¿qué respondieron ellos en esta audiencia?
-En primer lugar quiero decir que está muy claro que el juez Bejas se excusó de seguir con esta causa, después de seis años, porque no quiere llamar a indagatoria a Milani. Otra demora más hasta que se nombre nuevo juez. Por todas estas dilaciones es que pedimos reunirnos con Avruj. Ellos demostraron estar al tanto de todo sobre cómo está la causa. Nos dijeron que en unos días definen si el Estado se constituye como querellante.
Como dice Graciela Ledo, sobran pruebas que imputan a Milani como uno de los responsables de la desaparición de Alberto Ledo. Álvaro Illanes, quien hizo el servicio militar junto a Ledo afirmó en una entrevista que: «Milani siempre dirigía la mirada hacia Ledo y hacia mí» y agregó «cada vez que llegaba Milani sacaban a algún compañero para que lo torturen». Illanes, que días después de estar cumpliendo con el servicio militar fue detenido, afirmó que: “La última vez que lo vi a Alberto fue en la cárcel. Milani también fue a la cárcel para hacer ‘las visitas’. Los que estuvieron detenidos saben que llegaban comitivas para ver quién estaba encerrado, iban celda por celda. Ahí también iba Milani a visitar”.
Los argumentos sobre la «obediencia debida» recurridos por la defensa y el propio exjefe del Ejército hermanan a Milani con muchos de los torturadores, asesinos y ladrones, que sostuvieron sus «defensas» en estas décadas usando el mismo artilugio.
Alberto Ledo era un estudiante riojano de 20 años cuando desapareció en el momento que cumplía el servicio militar en el Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 de La Rioja. El Ejército siempre sostuvo que desertó cuando en mayo de 1976 un grupo de esa dependencia se trasladó a Tucumán, a la ciudad de Monteros, presuntamente bajo las órdenes de Milani y de Esteban Sanguinetti.
La causa que investiga la desaparición de Ledo se sigue en los juzgados de Tucumán a cargo del juez Daniel Bejas y el fiscal Gustavo Gómez.
El juez Bejas se excusó de continuar interviniendo en la causa y no citará a indagatoria a César Milani, como lo había solicitado nuevamente el fiscal Gustavo Gómez. El fiscal había presentado una solicitud de pronto despacho, argumentando que Bejas llevaba 106 días sin resolver la citación, después que la Cámara Federal de Casación Penal confirmara que el ex jefe del Ejército debía ser citado a indagatoria en los tribunales tucumanos por la desaparición del soldado Ledo.
En tanto César Milani cambió de abogado. Gustavo Feldman asumió la defensa del exjefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Kirchner, en las causas de lesa humanidad que pesan sobre el militar. En el caso Ledo Feldman cambió la estrategia, ahora sostiene que no se puede considerar la fotocopia simple del acta de deserción, que había labrado Milani cuando desaparecieron a Ledo, como prueba acusatoria, y además plantea el antecedente del caso Germán Cantos, un soldado conscripto desaparecido en Santiago del Estero en 1977, en circunstancias similares a Ledo; sobre esto Feldman argumenta «En esa causa, el propio Bejas nunca citó, ni siquiera como testigo, al subteniente que libró el acta», y agrega que «Milani nunca dijo que confeccionó o firmó el acta que se labró cuando el soldado Ledo no acudió a su unidad militar», dijo Feldman.
Durante la dictadura desaparecieron 127 conscriptos mientras cumplían con el servicio Militar obligatorio. Los genocidas usaron la figura de «desertor», incluida en un acta en las unidades militares, para justificar las desapariciones forzadas. La firma de Milani en el «acta de deserción» lo implica directamente en la desaparición forzada de Ledo.
Ante la parálisis de la causa, Marcela y Graciela, la mamá y la hermana de Alberto Ledo se reunieron el miércoles pasado con el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, y otros funcionarios, a quienes les solicitaron que el Estado se constituya como querellante de la causa en la que se investiga a César Milani por la desaparición del conscripto en junio de 1976.