La novela Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez, será otra serie de la estadounidense Fox, reescrita por un “writers room” de varios guionistas latinoamericanos aun de incógnito. Sin prejuicios por favor, pero en cierto estado de alerta: ¿qué será de ella durante los ocho episodios de una hora, previstos para ser preproducidos y rodados el año próximo?
Por Víctor Ego Ducrot (*) / ¿Se imaginan a los Hollywood’s boys and girls torturándonos con una imagen deformada de aquella por la cual buena parte de un generación entonaba “Perón, Evita, la patria socialista” y confrontaba con los de “Perón, Evita, la patria peronista”, en una dialéctica del hecho maldito del país burgués, como diría John W. Cooke – que llegó a ser trágica porque al poder resolverse la derecha golpista se enquisto en el golpe cívico militar de 1976?
Y sí jodidos estamos y no en la forma que el gran Quevedo, el del Siglo de Oro español, pudo haber utilizado el verbo (joder); y no se ofendan por la digresión: cuando Felipe IV le solicitó que improvisara ciertas rimas, Don Francisco le propuso, “dadme pie, señor”, y luego lazó; “Paréceme, señor, que en esta postura, yo parezco el herrador, y vos la cabalgadura”. Y sí, jodidos estamos porque quién puede estar tan pirado como para creer que los de la Fox serán capaces, no lo serán ni les interesara, para acometer, si se quiere en clave de humor llegado el caso y solo porque deseo recordar a un gran crítico cultural de nuestros tiempos, con Bombita Rodríguez o con la batería del Perón’ Blues. ¡Aguante Peter Capusotto!, celebrarían los pibes.
Durante el primer semestre de este año una serie de la Fox supo ocupar el quinto lugar de las más vistas por la tele latinoamericana; esa fue The X-Files. Pero también figuró entre los grandes fracasos, con Broklyn Nine Nine y Grandfathered, y anuncian una nueva temporada para las aventuras zombies de The Walking Dead, según datos tomados del sitio digital Altapeli.
En tanto, hace muy pocos día fue noticia en las secciones Espectáculos de casi todos los diarios argentinos. Por ejemplo, La Nación informaba: “desde MipCom, la feria de televisión que se realiza actualmente en Cannes, la señal Fox anunció que adquirió los derechos del libro para sumar la ficción sobre el destino del cadáver de Eva Perón a su futura programación. Los próximos pasos prevén el desarrollo de los guiones mediante un writers room (salón de escritores) que estará conformado por diversos guionistas latinoamericanos, explicó Edgar Spielmann, ejecutivo de la cadena, en el encuentro internacional. Además, detalló que la serie estará compuesta por ocho episodios de una hora y que está previsto comenzar la preproducción y el rodaje el próximo año. Aunque el proyecto recién está dando sus primeros pasos, se podría suponer que, a diferencia de las usuales producciones del canal realizadas para América latina, que se graban en Colombia, el programa debería grabarse, al menos en parte, en la Argentina.
Recomendando proceder a los ajustes imprescindibles, es interesante recordar los que publicaba en mayo de 2014 Infobae: “se realizó la primera Encuesta Nacional de Consumos Culturales y Entorno Digital, que permitió realizar una radiografía de la sociedad. En esta nota, cuánta gente está en Facebook y qué porcentaje tiene Twitter. La vigencia de la radio y la TV y los hábitos de lectura. El relevamiento fue realizado durante el primer semestre de 2013 por la Universidad Nacional de San Martín, que contó con la colaboración del Centro de Investigaciones en Estadística Aplicada (CINEA) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Se consultó a mayores de 12 años en localidades de más de 30 mil habitantes de todo el país, con una muestra de 3574 casos efectivos en los que están representadas las seis regiones de la Argentina: AMBA, NOA, NEA, Centro, Cuyo y Patagonia. El informe puso en evidencia la notable cantidad de usuarios de computadoras que se registran en el país (71%) y reflejó que la actividad en las redes sociales es el principal uso que los argentinos le dan a Internet. Además reafirmó el masivo consumo de televisión, radio y música y el gasto de los hogares en cultura: desde la compra de DVD hasta el pago de TV por cable.
Y añadía el informe: El 98% de los argentinos miran televisión a través de un aparato tradicional y una gran mayoría utiliza servicios de TV por cable (68%) o satelital (13%).
El promedio de consumo diario de TV ronda las 3 horas (2 horas y 51 minutos) y casi la mitad mira tele durante más de 2 horas al día. El 73% mira noticieros, la mitad mira películas y un poco menos (43%) se entretiene con series. La grilla la cierran los programas deportivos (34%), humorísticos (22%) y otros con menciones menores al 20%.
La encuesta precisa además que el 40% de los argentinos concurre al cine por lo menos una vez al año. Un 33% asiste con menos frecuencia y el 27% restante no va ni fue a ver películas. Los complejos multisala acaparan la mayor parte del público (35%); mientras que los cines de sala única convocan 1 de cada 10 espectadores de frecuencia anual (4%).
Un 84% de la población ve cine y video en el hogar; la principal vía de consumo es la TV (81%), dada la gran extensión del servicio de televisión paga con gran variedad de canales. El reproductor de DVD todavía es utilizado (10% como principal dispositivo y 48% como aparato secundario). El consumo de películas y series online y/o bajadas de Internet es menor al 20%, y constituye un canal secundario para el consumo audiovisual hogareño.
En agosto de este año, el diario Página 12 publicaba un artículo que pasamos a reproducir: Una encuesta nacional sobre hábitos de consumos culturales entre adolescentes revela que el 95 por ciento accede a Internet a través del celular. Siete de cada diez están todo el día conectados. Pero para los jóvenes, lo más divertido es la vida social cara a cara.
El cuarto de un adolescente argentino tiene en promedio cuatro pantallas, si se cuenta el celular, el televisor, una netbook o notebook y una computadora de escritorio, en ese orden. El celular, claro, es la herramienta por amplia mayoría y tiende a ser la única en el futuro cercano. La televisión, en cambio, perdió un espacio muy importante: los adolescentes se sientan frente al televisor siete veces menos que hace una década. Los datos son parte de los resultados de una amplia encuesta nacional, la tercera que se realiza en el país. Los antecedentes, 2006 y 2011, fueron producidos por el Ministerio de Educación de la Nación, y en esta oportunidad –la encuesta debe cumplirse cada cinco años para cumplir con los requerimientos estadísticos–, ante la ausencia de información sobre alguna iniciativa oficial, se realizó la encuesta promovida desde el sector privado.
El punto de partida fue determinar el perfil del adolescente argentino, e intentar despejar la idea de que la conexión cada vez mayor de los adolescentes a internet y redes sociales, a las pantallas y especialmente al celular, constituyan valores negativos. La “Encuesta nacional de consumos y prácticas culturales adolescentes” fue organizada por la Asociación de Diarios del Interior (Adira) y dirigida por la especialista Roxana Morduchowicz. Se trató de una encuesta nacional, con un rango importante de encuestados, 1800 adolescentes de entre 14 y 18 años. Se realizó en las capitales de provincia y en ciudades como Rosario y Comodoro Rivadavia, sobre la base de escuelas públicas y privadas. Se trató de una encuesta cuantitativa, esto es, una radiografía de la situación actual, pasible de ser comparada con las dos encuestas anteriores, y con las que semejantes que se realizan en Gran Bretaña y Francia. Consistió en un cuestionario al estilo múltiple choice y se realizó entre abril y junio de este año.
En primera instancia, se verifica que la habitación de un adolescente argentino, hoy, incluye en promedio cuatro pantallas. Aunque el resultado muestra que en la habitación tienen hasta seis tipos de pantalla diferentes, las que indefectiblemente aparecieron fueron el celular y la tevé; en tercer lugar la netbook –entregada en las escuelas públicas–, o la notebook –en los casos en que fue comprado por los padres–; seguido de la computadora de escritorio, después MP3, MP4 o iPod, y una Play Station o la consola Wii. La mayoría, el 60 por ciento, tiene entre 3 y 5 pantallas (cuatro de promedio), que son indefectiblemente el celular, la tevé, la netbook, y cualquiera de las tres restantes (pc, MP3 o consola). Alrededor del 20 por ciento tiene seis o más; otro 20 por ciento tiene dos (el celular y la tevé) y un número irrelevante para la encuesta tiene solo una (el celular). Dato significativo: no hubo respuestas por cero.
El resultado respecto a los medios gráficos da sentido a la pregunta anterior. A la consulta sobre qué medios gráficos compran en la casa de cada encuestado, el 25 por ciento respondió que compran al menos un periódico, el 15 por ciento, libros; el 10, revistas; y un 15 por ciento, los tres medios. Es destacable que el treinta por ciento, tres de cada 10 familias, no compran ningún medio gráfico. “En las casas hay más pantallas que medios gráficos, es una manera de desetiquetar a los chicos, de entender que tienen tantas pantallas en su habitación porque en sus casas hay pantallas y en el 30 por ciento de los hogares hay solo eso, porque no hay un solo medio gráfico”, señaló la directora de la encuesta durante la presentación que se realizó en la sede de Adira.
El motivo de que en la habitación la mayoría tenga cuatro pantallas se explica porque “la facilidad de acceso hace que los padres actualicen sus modelos y los que tenían se los pasan a sus hijos”, describió Morduchowicz.
De la encuesta surge que ningún consumo cultural es recibido en el medio para el que fue creado. La lectura de los diarios impresos es un ejemplo: lo leen mayoritariamente en la versión on line. Las cifras respecto a las pantallas como receptoras de consumos para los adolescentes dicen que el 60 por ciento mira programas de tevé en computadora y celular; el 75 lee en esas dos pantallas; el 60 ve películas en la computadora; el 90 por ciento escucha música en el celular y el 55 por ciento en la PC (la suma no da 100 porque en muchos casos escuchan en ambas); y prácticamente el total, el 95 por ciento, navega por Internet en el celular.
Es impactante el dato que surge de la encuesta respecto al hábito de sentarse frente a un televisor: en la encuesta realizada en 2006, 7 de cada 10 adolescentes miraba el televisor de 4 a 6 horas diarias. Este año, la encuesta determinó que en el mismo rango de horas (4 a 6 diarias), uno de cada diez mira en la pantalla de tevé. Siete veces menos.
“El menú rígido de la tevé no es compatible con los hábitos adolescentes –señaló la directora de la Encuesta–, que se caracterizan con tres puntos: miro cuando quiero (no en el horario de transmisión); dónde quiero (no en la casa de los padres); y con quien quiero (no con familiares). No es que dejan de ver los programas sino que dejan de verlos en el televisor”.
Los adolescentes leen contenidos digitales. Sólo un 2 por ciento lee en papel. Esos contenidos surgen de redes sociales (70 por ciento); páginas y sitios web (60); libros para la escuela (30); diarios on line (20 por ciento). Esas lecturas son recibidas en el celular, 75 por ciento; en la PC, 60; en la netbook de la escuela, el 15; 10 por ciento en la tablet.
El celular es el principal medio de conexión de los adolescentes y va en camino a ser el único, es la pantalla que más aprecian. “En Europa y Estados Unidos, ya es la única, pero en Argentina no todos tienen smartphone lo que demora pero es una tendencia firme en todo el mundo”, explicó Morduchowicz. El celular, en ese sentido, es la contracara del televisor. El 95 por ciento navega Internet en el teléfono móvil. El 75 por ciento lo hace en la PC en la casa; el 20 en la netbook de la escuela; y el 15 por ciento en la tablet.
“A diferencia de otros años, al ser más móviles todos los dispositivos (celulares, tablet, netbook) se usan más tiempo. Hace diez años, se usaban locutorios, había que pagar por navegar, no había tablet”, señaló Morduchowicz. Esa disponibilidad lleva a que 7 de cada 10 estén conectados todo el día a Internet mientras que en la primera encuesta, en 2006, el 70 por ciento se conectaba sólo 30 minutos.
Y al conectarse a Internet, el 90 por ciento recorre redes sociales. “Facebook, menos que antes porque se sumaron los padres –explicó la directora de la Encuesta– y están prefiriendo otras redes como Instagram y con enorme crecimiento Snapchat”. El 75 por ciento escucha y baja música; el 55 busca información propia; el 35 hace tareas escolares; y el 30 ve series.
Imposible agotar o achicar siquiera el debate que se abre en torno al resultado ideológico y político perfilado en los últimos años, en Argentina y en el mundo, a partir de nuevas tecnología y plataformas, y sobre todo los nuevos lenguajes y vertiginosas gramáticas comunicacionales, desde el cual parte el poderoso complejo de industrias culturales de Estados Unidos.
Lo cierto es sí, que iniciativas como la de la Fox impactan e impactarán aun más sobre nuestra sociedad, en especial sobre las franjas etarias que definirán el tablero del sistema de poder inmediato. Y la derecha y sus cuadros intelectuales y técnicos van ganando. Para pensar.
(*) Doctor en Comunicación por la UNLP. Profesor Titular de Historia del Siglo XX (Cátedra II) FPyCS UNLP. Periodista. Escritor. Director de AgePeBA.